ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Javier Méndez, uno de los mejores bateadores zurdos de las Series Nacionales. Foto: Ricardo López Sánchez

El béisbol ha sido siempre, desde su nacimiento, un deporte de muchas estadísticas. Todo es posible de calcular en los tres departamentos: bateo, pitcheo y fildeo. Pero hoy día los números abundan en grado superlativo, desde el WHIP y el WAR hasta el Babip, casi todos cálculos complicados, con fórmulas enrevesadas para quienes no gustan de las matemáticas.

Sin embargo, existen formas de conocer la productividad de un bateador que no requieren de complejas operaciones. Una de las más conocidas es la de sumar la cantidad de carreras anotadas e impulsadas y restarle los jonrones, pues cada cuadrangular equivale a una anotación y una carrera remolcada.

Desde su aparición, esta forma de medición de la efectividad real de un bateador dividió a los aficionados en dos bandos: quienes afirmaban que los bateadores colocados en el centro de la alineación (tercero, cuarto y quinto) tenían que ser los de mejores resultados y los que abogaban por tener en cuenta a los hombres de tacto, sobre todo por la cantidad de anotadas.

Como todo es posible en este apasionante deporte, les recomiendo que pasemos a revisar las tablas estadísticas, las cuales agrupan a los diez primeros en cantidad de carreras producidas en nuestro béisbol y en el de las Grandes Ligas. Veamos.

ENRIQUITO, JAVIER, BORRERO, MERIÑO

Para ninguno de ustedes constituirá una sorpresa que Orestes Kindelán sea el puntero histórico en jonrones y carreras impulsadas, tenía que serlo, además de su gran total en anotadas.

Pero lo inesperado —al menos para mí—, fue ver a un clásico primer bate como Enrique Díaz ser el segundo en carreras producidas. Olvidé, lo confieso, su liderato en anotadas, más de 100, por encima de quien le sigue, Omar Linares. Y también su primer lugar en bases robadas, que le permitió estar en posición anotadora con mayor frecuencia. Cuando sumamos las impulsadas a las anotadas, Enriquito pasaba con creces las 2 300, y como solo se le restaron sus 31 cuadrangulares, el resultado es de 2 338, idéntico al de Antonio Muñoz, otro nombre infaltable entre los primeros de cualquier departamento ofensivo.

A pesar de haberse quedado a nueve bambinazos de los 200, el zurdo capitalino Javier Méndez clasificó en la relación de los diez primeros en productividad, apoyado en sus 2 101 jits, de ellos 381 dobletes, además de su bateo oportuno con hombres en circulación y de su capacidad para discriminar lanzamientos, traducida en solo 526 ponches en más de 6 000 turnos al bate y 1 244 bases por bolas. Fue uno de los tercer bates de mayor rendimiento en la nómina de los Industriales durante más de una década. Paciencia y ecuanimidad a la hora de pararse en el cajón de bateo fueron sus principales características.

Otro bateador zurdo de excelentes resultados, cuyo desempeño fue factor fundamental en los triunfos de los Azucareros villaclareños resultó Ariel Borrero. Transitó por 21 Series Nacionales y desde sus inicios lo identificaron con el sobrenombre de «El Remolcador», por ser oportuno para impulsar y colocar en el pizarrón 1 960 carreras para su equipo.

Borrero integró el equipo Cuba que conquistó la medalla de plata en el Primer Clásico Mundial, del cual recuerdo su jit al jardín izquierdo ante las ofertas del mejor zurdo de las Grandes Ligas en aquellos momentos, el venezolano Johan Santana, impulsando una importante anotación.

Integrante de la famosa «Aplanadora» que tantas alegrías le dio a Santiago de Cuba y considerado uno de los receptores más ofensivos de todos los tiempos, Rolando Meriño clasifica, por méritos propios, como un bateador extremadamente productivo, a pesar de jugar en un equipo repleto de buenos bateadores, con excelentes promedios de slugging y bateo, además de gran cantidad de impulsadas y anotadas.  

Menciones para Antonio Pacheco, tercer impulsador de por vida, quinto entre los más productivos de la historia, y Fernando Sánchez, una vez más entre los mejores ratificando su extraordinaria clase.

COBB, ANSON, GEHRIG

Es necesario hacer algunas precisiones sobre Ty Cobb, uno de los jugadores más carismáticos y controvertidos de la historia. Algunos consideraban a Cobb un hombre de mediana estatura, cuyos principales atributos eran la velocidad y el tacto. Pero no era así: el apodado «Melocotón de Georgia» medía seis pies con una pulgada y pesaba alrededor de 180 libras.

Comenzó en Grandes Ligas en 1905 y buena parte de su carrera bateó con bola muerta, de ahí su poca producción de jonrones. Es el segundo en cantidad de jits y sus 724 tubeyes y 295 triples coadyuvaron a que fuera uno de los mejores impulsadores de la historia. Salvo en sus dos últimos años, su equipo fue siempre el de los Tigres de Detroit.

Cobb era conocido por su agresividad en el terreno y su forma de deslizarse en las bases, intentando siempre derribar a los defensores. Su carácter huraño quedó marcado por haber presenciado, cuando era muy joven, la muerte de su padre debido a un accidental disparo de escopeta hecho por su madre. A pesar de todo, Cobb aparece, indudablemente, como uno de los peloteros más grandes de la historia. Su liderato de carreras producidas así lo demuestra, por encima de otros extraclases como Aaron, Ruth y Bonds, entre otros muchos.    

La primera superestrella del béisbol sin discusión, primero también en conectar 3 000 jits, capitán eterno de su equipo, los Chicago White Stockings (hoy Cachorros de Chicago), de ahí su apodo de Cap, fue Adrian Constantin Anson. Es miembro del Salón de la Fama de Cooperstown por sus extraordinarios méritos como jugador, pero como ser humano estaría excluido.

En 1883, los Chicago Stockings enfrentaban a un equipo de la localidad de Toledo, en el estado norteamericano de Ohio. Cap Anson –de físico impresionante, con más de seis pies de estatura y 200 libras de peso, dueño de una voz estentórea–, se negó a que sus jugadores salieran al terreno por contar la selección rival con un receptor negro, llamado Moses Walker.

De ahí en adelante su innegable autoridad en el mundo del béisbol influyó para acentuar la segregación racial que duró durante el final del siglo XIX y la mitad del XX.

Una tarde de junio de 1923 el inicialista de los Yankees de New York, Wally Pipp, se quejó de un dolor de cabeza y le pidió a su mánager, Millar Huggings, que le concediera el día libre. Huggings aceptó y colocó en su lugar a un alto y fornido joven descendiente de alemanes. Se llamaba Lou Gehrig, quien estuvo 2 130 partidos consecutivos jugando la primera base, lo que provocó que Pipp dijera, años más tarde: «Me tomé ese día las dos aspirinas más caras de la historia. Nunca pude jugar más con los Yankees».

La carrera de Gehrig duró solo 16 años, interrumpida en sus mejores momentos por una enfermedad llamada esclerosis lateral amiostrófica, a consecuencia de la cual falleció a los 38 años de edad. Gehrig se quedó a siete jonrones de los 500 y a cinco impulsadas de las 2 000. La mayoría de los especialistas estadounidenses se preguntan hasta dónde hubiera podido elevar sus números el cuarto bate de los Mulos de Manhattan de haber jugado solo tres o cuatro años más. Lo consideran la mejor primera base de todos los tiempos y uno de los bateadores zurdos de mayor nivel en la historia.

Mención especial para un hombre todo ejemplo de constancia, Hank Aaron, líder impulsador histórico y uno de los tres con más de 700 cuadrangulares en su haber.

PUNTEROS EN PRODUCTIVIDAD

SERIE NACIONAL

NOMBRE

CA

IMP

HRS

CP

Orestes Kindelán

1 370

1 511

487

2 394

Enrique Díaz

1 638

731

31

2 338

Antonio Muñoz

1 296

1 412

370

2 338

Omar Linares

1 517

1 221

404

2 334

Antonio Pacheco

1 258

1 334

284

2 308

Víctor Mesa

1 283

1 174

273

2 184

Javier Méndez

1 139

1 175

191

2 123

Fernando Sánchez

1 115

1 223

290

2 048

Ariel Borrero

994

1 109

143

1 960

Rolando Meriño

1 243

1 117

215

1 945

 

GRANDES LIGAS

NOMBRE

CA

IMP

HRS

CP

Ty Cobb

2 246

1 938

117

4 067

Hank Aaron

2 174

2 297

755

3 716

Babe Ruth

2 174

2 213

714

3 673

Cap Anson

1 719

1 879

97

3 501

Barry Bonds

2 227

1 996

762

3 461

Stan Musial

1 949

1 951

495

3 425

Alex Rodríguez

2 021

2 086

696

3 411

Lou Gehrig

1 888

1 995

493

3 390

Pete Rose

2 165

1 314

160

3 319

Willie Mays

2 062

1 903

660

3 305

 

COMENTAR
  • Mostrar respeto a los criterios en sus comentarios.

  • No ofender, ni usar frases vulgares y/o palabras obscenas.

  • Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.

javier O. Gómez Mederos dijo:

1

19 de octubre de 2018

07:59:19


Gracias por la estadistica es muy oportuna y buena, pero porqué la foto de Javier que no es el 1ro en la estadística, lo que vemos los de las provincias casi siempre es un resalte por los nacionales de los peloteros de Industriales y eso es lo que nos molesta, al igual que Frank Camilo, si miras las entrevistas y fotos, sin duda es el deportista más mediatico en Cuba, ¿ porqué?

Paez dijo:

2

19 de octubre de 2018

09:27:40


Sigfredo Buenos Dias; Pienso que Enriquito Borrero y Meriño jugaron más que otros, sería interesante dividir las carreras producidas entre los juegos en que participaron y comparar esos resultados. Saludos

Ernie dijo:

3

19 de octubre de 2018

11:08:16


Las carreras producidas no dan productividad, sino producción. Para calcular la productividad hay que dividir las carreras producidas entre los juegos jugados o las comparecencias al bate de cada jugador. De ahí el asombro por la ubicación de Enrique Díaz y (agrego yo) el puesto ocupado por Pete Rose en la MLB.

El estadístico dijo:

4

19 de octubre de 2018

11:53:43


Excelente trabajo. Lástima no se haya dado cuenta que Danel castro falta en esa lista. Que pasen estas cosas con tanto desarrollo y experiencia. Revise bien y se dará cuenta que se equivocó en su trabajo. Hasta Cepeda le falta hay. Esta bueno pero para el que no sabe nada

Muricio dijo:

5

19 de octubre de 2018

12:20:15


Creo que la simple operación de anotadas+remolcadas-jonrones puediera utilizarse durante una única temporada, porque todos los jugadores estarán en igualdad de condiciones (que tampoco es así porque los hay que juegan más que otros). Para poder hacer estas comparaciones de por vida de una manera más justa, pienso que hay que dividir el resultado de esa operación entre los turnos al bate y ahí sí se sabrá quién es quién, porque veamos: Dos peloteros que ambos tengan un coeficiente de 2100, pero uno en 10 series y otro en 19, ¿quién fue mejor? ¿Quién era más peligroso? ¿De cuál se tenían que cuidar más los pitchers?. Con las estadísticas en el beisbol nunca se acaba. Un saludo. Gracias.

Mauricio dijo:

6

19 de octubre de 2018

12:45:22


Sobre lo que decía en mi comentario anterior, veamos sólo cuatro ejemplos de la tabla que aparece en el artículo (Enriquito, Pacheco, V. Mesa y F. Sánchez): Según la tabla tienen ese mismo orden en que los mencioné. Ahora, si dividimos su CP entre las veces al bate de cada uno, el orden sería: Pacheco (VB:7045 – CP:0.3276), V Mesa (VB:6834 – CP:0.3195), Enriquito (VB:7983 – CP:0.2929) y Sánchez mantendría su lugar con VB:7204 – CP:0.2842. De momento sólo encontré las veces al bate de estos cuatro, pero si lo aplicamos a toda la tabla, las posiciones se moverían considerablemente. Es como en una brigada de macheteros en la zafra. Si un machetero corta 1000 arrobas en una semana y el otro corta esas mismas en dos días, este último es mucho más productivo. ¿Qué piensan ustedes?

Luis Senra dijo:

7

19 de octubre de 2018

13:34:39


Excelente Sigfredo. El béisbol moderno no es nada sin estadísticas.. De ellas muchas veces surgen las sorpresas y en ellas se basan las decisiones Crecen cada día y parecen infinitas sus posibilidades

Antonio dijo:

8

20 de octubre de 2018

00:12:58


Interesante tabla, pero hay varios errores en ella. Fernando Sánchez dio 280 jonrones, no 290. Hay un error en la cuenta de Meriño, debe ser 2145 con lo cual pasaria al séptimo. Borrero sobra. Antes de empezar esta serie, Cepeda tenía 1179 anotadas, 1083 impulsadas y 282 jonrones. Total 1980.