
Quiero pensar que Bernardo Rezende solo va a tomar un aire. No abandona al voleibol, pues sería renunciar a la vida. Se despidió del equipo de Brasil cual maestro creador de un espíritu indomable en sus alumnos, deporte que seguirá latiéndole en el pecho.
Bernardinho —quizá algo apresurado para un entrenador de 56 años de edad— cede su sitio embargado de alegría por una triada insustituible: Río de Janeiro, su ciudad natal; su hijo Bruno, capitán de la escuadra, y el oro en los Juegos Olímpicos 2016, confluyeron en el agosto pasado para repletarle el corazón.
«Ver a todos los aficionados celebrando el título, esa es la medalla, es la imagen con la que me quedo», dijo de manera profética tras vencer a Italia en la final quien ya presentía que más de 20 años dedicados como mentor es una cantidad respetable, para ahora abrirse un mayor espacio de entrega a la familia.
ENÉRGICO Y AMISTOSO
Lo conocí a principios de la década de los 90 del siglo pasado, en ocasión del Mundial’94 femenino, precisamente en Brasil, donde debutó con plata. Enérgico en las exigencias sobre la cancha, por momentos muy molesto; sin guardar secretos, pues entrenaba a puertas abiertas. Intranquilo, calculador, furia desatada en el rectángulo de juego que trocaba en humildad al instante de conversar con la prensa o algún curioso deseoso de conocerlo.
Luego vinieron otros escenarios para el encuentro y la charla sobre el voleibol. Siempre igual, atento, sin callar alguna que otra falla vista en sus muchachos o en cualquier elenco rival. Fue en el Mundial de Polonia 2014 cuando lo encontré en una sesión de práctica apoyado sobre una muleta que le aliviaba el paso. Aún convaleciente de una operación en los pies no abrió espacio a las lamentaciones. «Aquí estoy, para luchar», aseguró entonces. La sede, repleta de punta a cabo, lo vio marcharse con la presea plateada, detrás del conjunto anfitrión.
¿QUÉ 20 AÑOS NO SON NADA?
Sentir que es un soplo la vida/ que veinte años no es nada. Así va la letra del tango Volver, en la voz de Carlos Gardel; sin embargo, para quien diariamente dedica horas interminables a la preparación de los jóvenes, a su educación, más allá del deporte, dos décadas encierran un caudal de experiencia, aciertos y sufrimientos.
Rezende comenzó al frente de las mujeres de Brasil en 1994 hasta el 2000, donde sumó tres títulos en los Grand Prix, bronce en los Juegos Olímpicos de Atlanta ’96 y Sydney ’00, además de la ya mencionada plata en el Mundial ’94.
LA CONSAGRACIÓN
El cambio hacia la dirección del elenco varonil en el 2000 le abrió una nueva etapa en la que completó más de 30 títulos en diversos certámenes, no obstante, su consagración le llega a partir del oro en Atenas ’04 y las platas de Beijing ’08 y Londres ’12, para concluir campeón ante su pueblo, en Río de Janeiro el pasado año.
Bernardinho fue el artífice de que Brasil ocupe el primer lugar en el ranking del orbe, mérito al que agregaron brillo sus éxitos en los campeonatos mundiales de Argentina ’02, Japón ’06 e Italia ’10, esta última victoria con un relampagueante 3-0 a la selección de Cuba en la final.
De los nueve títulos brasileños en la Liga Mundial (líder seguida por Italia con ocho), Rezende ganó oro en ocho ediciones entre el 2001 y el 2010, además de repetir la supremacía en los campeonatos sudamericanos, y en las copas mundiales del 2003 y 2007, entre otras satisfacciones.
Renan Dal Zotto (56 años de edad) ha sido el escogido para seguir su senda al frente del seleccionado, mas la impronta de su antecesor primará por mucho tiempo en el voli brasileño.
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Papo2016 dijo:
1
19 de enero de 2017
22:16:05
mansour dijo:
2
19 de enero de 2017
22:58:32
yumika dijo:
3
19 de enero de 2017
23:15:26
Fernando dijo:
4
22 de enero de 2017
02:45:17
Miguel Angel dijo:
5
22 de enero de 2017
11:50:51
Memo2016 dijo:
6
22 de enero de 2017
17:14:14
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