
Sus oportunidades eran escasas, dependían de otras selecciones para tocar la gloria, pero supieron aferrarse a sus posibilidades y hacer su juego de “partido a partido”. Solo así, como una locomotora imparable y a toda maquina, el equipo de fútbol de Villa Clara se coronó Campeón Nacional por decimocuarta ocasión, para ratificarse de esa manera como el máximo ganador de certámenes en la historia de este deporte en Cuba, tras 18 fines de semana.
El llamado Expreso del Centro siempre estuvo al acecho de Guantánamo y La Habana, líderes durante casi todo el torneo, los que continuamente, jornada tras jornada, se alternaron en la punta, pero que fueron incapaces de conseguir el despegue definitivo que les garantizara el primer lugar con varias jornadas de antelación.
Durante un buen tiempo Villa Clara marchó en la cuarta posición de la competencia. En la fecha 16 del torneo lograron brevemente llegar a la cima, pero su estrepitosa derrota una semana después por 0-5 ante el campeón saliente, Camagüey, los mandó al tercer lugar, a dos puntos de los habaneros y a uno de los guantanameros.
Pero la inestabilidad de capitalinos y orientales en la etapa conclusiva, sumado a que los villaclareños tenían un compromiso pendiente en casa del débil Isla de la Juventud, fue la fórmula necesaria para que los de la región central llegaran a la cumbre del fútbol nacional.
En la cancha del Rodeo de Nueva Gerona, la capital pinera, el once anaranjado firmó unas tablas 0-0 con el anfitrión, suficientes para llegar al primer sitio con 36 unidades, igual cantidad que los guantanameros, pero Villa Clara se adjudicó el trofeo por llevarse a su favor los dos duelos frente a la escuadra del extremo más oriental de Cuba (2-2 y 2-0).
El Expreso del Centro, con un plantel renovado, donde ya no militan algunos nombres históricos, se dio a la tarea de ubicarse entre los tres primeros del certamen futbolístico. Si bien en el inicio no se consiguieron los resultados esperados, para la mitad del calendario el rendimiento del Expreso del Centro era notable.
El éxito del conjunto que dirige Idalberto Raúl Mederos estuvo sustentado en un grupo de jugadores que sobresalieron en el momento indicado. Su principal figura, el talentoso mediocampista Arichel Hernández, cumplió con la responsabilidad de organizar el juego ofensivo villaclareño, además de aportar seis goles.
Pero las palmas se las llevó el joven de 21 años Yoelvis González, autor de ocho importantes dianas. Además brilló el trabajo en el centro del campo de Osmani Capote y Roberney Caballero, este último protagonista del gol de la victoria en la jornada 18 sobre Granma por marcador de 1-0.
Las palmas para el subcampeón Guantánamo, porque ha demostrado que el crecimiento futbolístico en esa provincia en los últimos años ha sido sostenible y ya se recogen los primeros resultados. Si bien es cierto que sus principales figuras (Hanier Dranguet, Alexei “El loco” Zuaznábar, Alián Urgellés y Yudiniel Basil) sobrepasan los 30 años de edad, todavía conservan el talento necesario para lograr nuevos éxitos siempre y cuando se acompañen de jóvenes y prometedoras figuras, como es el caso del delantero Randy Valier, dueño de seis dianas en porterías rivales.
Por cuarta ocasión consecutiva La Habana obtuvo el tercer lugar, lo que demuestra una persistencia en su accionar competitivo en los últimos años. Sin embargo la repetición del bronce deja a sus parciales un tanto insatisfechos, quienes observaron como la copa de campeón se les escapaba a los azules de entre las manos una vez más, efectuando sus últimos choques como locales.
La nota negativa en el campeonato la dieron Camagüey y Cienfuegos, campeón y subcampeón del certamen anterior, respectivamente, los que en esta oportunidad mostraron una actuación muy por debajo de lo esperado.
Los Marineros de la Perla del Sur (Cienfuegos) tocaron el sótano de la tabla de posiciones y se van al purgatorio de la segunda división para la venidera temporada. En tanto la permanencia en primera división de los Miuras (Camagüey) pende de un hilo, ya que necesitan que la Isla de la Juventud no salga victorioso en su partido aplazado ante Santiago de Cuba y que, increíblemente, carece de una fecha pactada para su realización a estas alturas. Solo mencionar que ese match ha sido postergado en más de una ocasión por problemas de transportación hacia territorio pinero.
Si los pineros archivan los tres puntos ante los Diablos Rojos (santiagueros) desplazarían a los camagüeyanos de la octava plaza y les entregarían el boleto a la categoría inferior, para dar así conclusión a un evento que resultó muy reñido de principio a fin.
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