ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Ricardo López Hevia

Estamos a una semana de que la Serie Nacional Sub-23 defina sus cua­tro semifinalistas, tan solo un mes después de que arrancara el tor­neo. Muy poco tiempo ha durado un certamen que, se supone, ten­ga incidencia crucial en el crecimiento cualitativo de nuestro sistema de competencia en el béisbol.

Con un número de jugadores con­tratados en Japón, Canadá e Ita­lia, además de múltiples solicitudes de bajas por diversas razones, el ve­nidero clásico de las bolas y los strikes, máximo espectáculo deportivo de la nación, recibirá nuevamente la inyección de un gran gru­po de mu­chachos que ahora su­dan la camiseta en la casi inadvertida lid Sub-23.

El hecho de que esos jóvenes solo efectúen 36 partidos frente a tres escuadras de su mismo grupo, sin con­frontar con el resto de los territorios, demerita bastante a un evento que luego de tres temporadas debe plantearse crecer exponencialmente en aras de sacarle verdadero provecho.

Si los hombres de Artemisa solo ven a Pinar del Río, La Habana e Isla de la Juventud, por ejemplo, tienen un abanico muy reducido de experiencias y corren el riesgo de caer en el inmovilismo, porque se adaptan a enfrentar nada más que tres sistemas de juego, sin medirse al poder robador de los camagüeyanos, al bateo de largo metraje de Matanzas o al pitcheo villaclareño.

Este mal se padece en cada zona, y no pensemos en ello como un de­talle sin importancia, porque lue­go repercute en la fugaz postemporada, que contará, como máximo, de seis partidos por cada uno de los fi­nalistas. La cuestión es sencilla, si no se conoce al contrario, si nunca lo hemos visto, son infinitamente me­nores las opciones de plantear una estrategia correcta basada en el estudio, primordial en el béisbol moderno, incluso, en las categorías inferiores.

La consecuencia al final es el daño al espectáculo, pues con tales deficiencias no se puede aspirar a tener un béisbol de mediana calidad en las instancias decisivas de un campeonato que, repito, está llamado a ser la verdadera antesala del principal certamen de pelota en el país, ya sea la Serie Nacional o una Liga Cubana que se juegue en el invierno, como en las potencias caribeñas.

Por ahora, nos queda esperar la definición de los cuatro clasificados a la postemporada, carrera en la cual Villa Clara, Artemisa, Ciego de Ávila y Santiago de Cuba llevan ventaja en sus respectivas llaves, aunque todavía el panorama no se ha despejado y los tres últimos pueden sufrir sofocones teniendo en cuenta sus ventajas mínimas.

Este parece ser el año de los villaclareños, líderes indiscutibles del apar­tado B, aunque la suerte de unos playoffs muy cortos y sin margen de error puede pasar factura al más favorito de los favoritos. Sin em­bargo, precisamente el hecho de en­frentar series breves puede ser ventajoso para los naranjas, cuyo pitcheo dispone de varios efectivos has­ta el momento fenomenales. Ade­más, su bateo se coloca entre los mejores del certamen, combinación capaz de catapultarlos hasta la cima.

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Cubano dijo:

1

28 de junio de 2016

01:56:20


No solo invisible es la Sub-23, es un problema uno detras de otro en su organización, le resta calidad, los estadios vacios, en fin un torneo que pasa sin que nadie lo vea, un gasto elevado de dinero para nada, esta competencia en las actuales condiciones del béisbol no tiene sentido mantenerla, es una locura ... nadie en Cuba sigue esa serie por su baja calidad, desorden y otros elementos que la lastran, no nos engañemos la Sub-23 no despierta pasiones en ningun ligar de Cuba

Pedro Hernández Soto dijo:

2

28 de junio de 2016

07:52:37


Coincido con el redactor en cuanto a la necesidad de jugar más juegos en esta categoría y me permito apuntar que es imprescindible hacerlo también en las demás. Extender el play off de la Sub-23 a dos equipos por zona, con refuerzos, y mayor cantidad de encuentros puede ser una alternativa pragmática y con gastos no tan elevados. La poca cantidad de juegos que se efectúan en las categorías del beisbol cubano es un mal endémico -causa principal de las deficiencias presentes en nuestros atletas- y me preocupa mucho la poca atención prestada a los torneos provinciales, verdadera cantera de la Serie Nacional de Beisbol.

francisco dijo:

3

28 de junio de 2016

09:53:01


Sr. Aliet Arzola Lima, esos son los malos procederes de la DNB que a la vista de todos está asesinado al exdeporte nacional. La supuesta justificación de que los recursos financieros no dan, es una falacia. Se puede organizar un torneo con menos equipos, a lo sumo 8 y jugar un todos contra todos y organizar las fechas para disminuir los viajes. Es tan simple como que concentrando la calidad se obtienen resultados superiores. Pero por qué no hacen eso, que casi toda Cuba está pidiendo? Sencillo hay muchas personas que sin aportar casi nada viven de la pelota en vez de vivir para la pelota. Entre esas personas están los señores de la DNB.

JORGE dijo:

4

28 de junio de 2016

10:59:06


ALIET,SIEMPRE EN LAS NUBES,ATERRIZA,ES LO QUE TENEMOS,EL PAIS NO PUEDE CON TANTO GASTO,BASTANTE ESFUERZO HACE,,Y ESO Q TU ERES PERIODISTA DE GRNAMA,,ORGANO OFICIAL,,??QUE ESPERAMOS DE OTROS ANALISIS???

Ariel dijo:

5

28 de junio de 2016

13:38:58


Estoy de acuerdo que la cantidad de partidos es insuficiente más la poca promoción que adolece lleva a un torneo sin mucho brillo.Se debe mantener pero enfrentando a todos contra todos poniendo cuerpos de dirección con perspectivas de ascenso a la SNB y experimentados.

Ismael dijo:

6

28 de junio de 2016

15:41:52


Ese precisamente esta la edad donde deben jugar bastante a esta nivel para que desarrollen habilidades. Esto sería muy provechoso para los equipos de la serie nacional