
A muchos nos tomó por sorpresa que solo una división del taekwondo cubano garantizara su presencia en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. Cuatro jóvenes, de mucha calidad, se presentaron en el certamen clasificatorio de México hace un par de meses, y el único que logró el objetivo fue el estelar Rafael Alba en la categoría superpesada.
El asombro radica en los resultados de la disciplina en las competencias cumbres durante todo el ciclo olímpico, en el cual cosecharon un segundo lugar absoluto en el Mundial de Puebla 2013, el liderato exclusivo (tres coronas y dos bronces) por naciones en los Panamericanos de Toronto 2015, además de dos preseas en la lid universal de Chelyabinsk 2015 y nueve medallas (tres títulos) en los Centroamericanos de Veracruz 2014.
En nuestro continente, solo México y, en menor medida Estados Unidos, lograron equiparar o superar las actuaciones caribeñas, sin embargo, esos países clasificaron a cuatro exponentes cada uno rumbo a Río, fruto sobre todo de su activa participación en Abiertos, etapas del Grand Prix y otros certámenes que ofrecen buena cantidad de puntos al ranking olímpico.
Si observamos con detenimiento el camino de este deporte en Cuba, podemos afirmar que han tenido una empinada cuesta, pues de ese centenar de eventos efectuados del 2013 hasta la fecha han intervenido en menos de 20, a pesar de que un tercio de ellos se realizaron en América, con plazas habituales en México, Estados Unidos, Canadá, Argentina, Colombia y Costa Rica.
En el tramo final de un ciclo brillante, la limitada competencia lastró la posibilidad de que el taekwondo, disciplina con medallas olímpicas en cada una de las últimas cuatro ediciones estivales, obtuviera más boletos a Río, donde se espera un concurso de máximo rigor.
Además, una serie de contratiempos en la base de entrenamiento previa al clasificatorio en México también incidieron en la consecución de dividendos más provechosos. “La preparación fue en un gimnasio muy pequeño, con espacio reducido para los desplazamientos laterales”, expresó a Granma Roberto Cárdenas, jefe del colectivo masculino.
“Entrenamos en un área de tres metros de ancho y seis de largo, con algunas columnas en el medio, y estamos adaptados a la superficie octagonal, de ocho por ocho. Después, a la hora de la competencia, teníamos la movilidad limitada, con desplazamientos en espacios reducidos”, abundó Rafael Alba, quien supo sobreponerse a la dificultad y clasificar a Río.
No obstante, el pedigrí de las selecciones cubanas, ganado a golpe de resultados contundentes, se mantiene intacto.
Prueba de ello es que las selecciones olímpicas de Francia y Holanda decidieron culminar su preparación a finales de julio en nuestro país, teniendo en cuenta el nivel técnico del colectivo caribeño, constatado por los galos tras su participación en el Campeonato Nacional del 2015.
Además, el fuerte combinado británico solicitó la presencia en Londres de una escuadra cubana en junio, con la cual entrenarán y pelearán durante una semana. Glenhis Hernández, José Ángel Cobas, Yislena Lastre, Daima Villalón, Marubenis Castillo y Carlos Guzmán tendrán la oportunidad de codearse con varios hombres y mujeres de relieve universal.
COMENTAR
Ramon dijo:
1
28 de abril de 2016
08:18:04
Ramon dijo:
2
28 de abril de 2016
08:25:25
pABg0nZ dijo:
3
28 de abril de 2016
12:59:00
Ramon dijo:
4
28 de abril de 2016
15:52:10
Responder comentario