No marcó esta vez Messi, pero igual el Barcelona se marchó con una sonrisa de oreja a oreja de París, donde se dio un auténtico homenaje y dejó prácticamente encarrilado su avance a las semifinales de la Liga de Campeones, venciendo 3-1 al PSG en el Parque de los Príncipes.
Si algo plasmó el encuentro, es que los jugadores de Luis Enrique tomaron buena nota de aquel partido en la liguilla, cuando el equipo francés los superó 3-2 en el mismo escenario, pese a sufrir entonces ausencias muy parecidas a las de ahora.
Sin los sancionados Ibrahimovic y Verratti, ni Thiago Motta, para colmo de males al conjunto parisino se le lesionó justo en medio de la primera parte su capitán Thiago Silva, que tuvo que abandonar el campo renqueante para cederle el puesto en el eje de la zaga a su compatriota David Luiz, que había llegado al desafío entre algodones y no estaba al 100 % para jugar. Moraleja: por ahí encontró el Barcelona otra fisura que atacar.
De hecho, el propio David Luiz devino la principal víctima de Luis Suárez, en los dos goles del delantero charrúa durante la segunda parte. Fueron dos pinceladas apenas, dos trazos, en los que el uruguayo reveló a contraluz todo su ingenio para sacudirse defensas de encima y fusilar la portería contraria: primero, al batir por bajo al arquero Sirigu y luego al clavar el balón en el ángulo, en ambos casos tras deshacerse del central brasileño con sendos túneles.
Ya para entonces los azulgrana (vestidos para la ocasión de amarillo fluorescente) ganaban 1-0, con la diana que había firmado Neymar al minuto 19, a pase de Messi. Intentando devolver la paridad al marcador, el PSG le había puesto una marcha más al choque tras el descanso, pero se topaba con las dos estocadas de Suárez, matador implacable, complejo de artista. Y acabó fundido, pese a que en los últimos compases su lateral Van der Wiel pudo dar, gracias a la complicidad de un desvío involuntario de Mathieu, con el gol que Cavani, Pastore y Lavezzi habían buscado tan desesperada como inútilmente. Resultado de la ida: 1-3 y el Barcelona que cabalga a semis.
Entretanto, el Bayern Múnich que llegaba a Lisboa con vitola de favorito, salía escaldado por el Oporto, que quiso dejar en claro por qué es el único equipo sin conocer la derrota a estas alturas del torneo y se impuso por ese mismo marcador exacto. El portugués Ricardo Quaresma (de penal al minuto 2 y luego al minuto 9) y el colombiano Jackson Martínez (64) sacaron petróleo de tres flagrantes errores de la defensa bávara, mientras Thiago (27) con un remate llegando desde atrás, firmó el tanto de la honrilla al que se aferrarán los dirigidos por Guardiola —como un naúfrago a una tabla— en el choque de vuelta en Múnich.

















COMENTAR
ariel dijo:
21
22 de abril de 2015
16:12:35
ariel dijo:
22
23 de abril de 2015
09:21:48
Responder comentario