A las siete de la noche del viernes 19 de septiembre, la Escalinata de la Universidad de La Habana acogerá una vez más, en concierto, el entrañable cantar del trovador Silvio Rodríguez. Será el preámbulo de su próxima gira por diferentes países de nuestra América.
Es noticia la enorme expectativa que ha motivado esa presentación tanto en Chile como en Argentina, Uruguay, Perú y Colombia, hasta el punto de que, debido al insistente reclamo de sus miles de seguidores, se han tenido que ampliar las fechas que originalmente estaban previstas para los conciertos.
Semejante demanda nos confirma el significado de esta gira en las duras y difíciles circunstancias por los que está atravesando la humanidad. Los que ya tienen en sus manos las entradas saben que tendrán la satisfacción de experimentar profundas emociones con uno de los principales exponentes de la canción comprometida; término que, aunque apenas se maneje por estos tiempos, para nada ha extraviado su extraordinaria vigencia.
Ante la pregunta de por qué canción comprometida, encontrarán la respuesta en un decidido planteamiento de la condición humana como razón ineludible del acontecer cotidiano, expresada en canciones marcadas por principios que nos dignifiquen como especie.
Se trata de composiciones comprometidas con el coraje imprescindible para poder defender esa entrega que alimenta la esperanza, por el amor con que tenemos que asumir el hecho de la existencia, incluso en las más complejas situaciones en que nos pudiéramos encontrar.
Es un llamado al civismo desde la canción, para no dejarnos enajenar por una liviandad tan egoísta, como si no hubiera otras perspectivas de considerable bagaje espiritual por las cuales se merezca también estar vivo.
En plena celebración de los 55 años de la trayectoria artística de Silvio, así como por los 50 años de la aparición del emblemático disco Días y Flores, quienes decidan asistir a los mencionados conciertos estarán ahí porque ansían compartir las canciones del legendario trovador que tiene su espada en la guitarra, esa que le reclama ser abrazada fuertemente en medio del combate por alcanzar un mundo mejor posible desde el fragor de sus versos.
En cada una de estas actuaciones, el aclamado cantautor será acompañado por magníficos músicos de probada calidad, como Emilio Vega en el vibráfono, Jorge Aragón en el piano, Niurka González en flauta y clarinete, Jorge Reyes en el contrabajo, Rachid López en la guitarra, Maykel Elizarde en el tres, y Oliver Valdés en la batería.
Pero Silvio también traerá consigo el indoblegable espíritu de lucha de los trovadores cubanos, tanto el de los que ya no están físicamente entre nosotros, puesto que nos resistimos a que sean olvidados, al igual que el de los que preservan la vitalidad de la Nueva Trova en la amada Isla.
Quienes vayamos al concierto de la Escalinata participaremos de un emotivo reencuentro familiar con quien hace más de 40 años nos dejara la siguiente reflexión en el libro Que levante la mano la guitarra: «Soy un hombre con su visión del mundo, un hombre que ha tomado partido. De lo que resulta que estoy invitando a todos a sumarse a mi bando, que es el bando de la Revolución y la belleza».
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