ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
«Mijaín significa Cuba, victoria y lucha» Foto: Cartel del documental

La sinopsis del largometraje documental Mijaín es explícita: «En la cúspide de una carrera legendaria, Mijaín López se prepara para enfrentar su mayor desafío: conquistar su quinta medalla de oro olímpica en París-2024. Este documental sigue de cerca su camino, entre el rigor del entrenamiento, las emociones del equipo y los recuerdos de su natal Herradura.

«A través de los testimonios de su madre Leonor Núñez, de su entrenador Raúl Trujillo y del propio Mijaín, se revela no solo el campeón invicto, sino, también, el hombre humilde, forjado por el sacrificio y el amor a los suyos. Una historia de voluntad, legado y grandeza, contada desde la fibra íntima de quien ha retado al tiempo con coraje olímpico».

Sin embargo, lo que no adelanta son las emociones que puede causar en los espectadores, especialmente los de Cuba, el encontrarse con las interioridades de una hazaña deportiva que estremeció al país todo. Y pudieran ser muchas, a juzgar tan solo por el impacto que produce el tráiler de la coproducción entre el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos y el colectivo de creación audiovisual independiente D’ Alma Films.

La obra, dirigida por Rolando Almirante, Ángel Alderete y Héctor Villar, tendrá una presentación especial el venidero 2 de agosto, en el cine Yara, a las siete de la noche, como parte de las propuestas del 9no. Festival de Cine de Verano.

Según adelantó Almirante en conferencia de prensa, Mijaín supone el viaje a la profundidad humana de una familia; y su principal valor –considera– es mostrar el brillo de la humildad que tiene un hombre como él, de pueblo, aunque sea Héroe de la República y pentacampeón olímpico, y que «fue abriéndonos su corazón».

Si bien el audiovisual no sigue un orden cronológico, sí resume la vida del atleta y no es –aclararon los directores– un documental deportivo propiamente, porque recoge muchas otras aristas.

Acerca del proceso de filmación del último combate de Mijaín, Héctor Villar –quien tuvo el privilegio de presenciar sus cinco triunfos olímpicos– comentó que los equipos (emplazados simultáneamente en París, Herradura y Ciénaga de Zapata, esta última la tierra de Trujillo) sintieron que «el tiempo se detuvo. Fue un hecho de amor, las personas ni miraban a la cámara, estaban metidas en cuerpo y alma» en lo que pasaba.

Asimismo, los realizadores destacaron, entre los valores de la propuesta, contar con imágenes a nivel de colchón de ese momento; y relataron cómo casi se ganan un fuerte regaño cuando, producto de la emoción tras la victoria, violaron los límites espaciales establecidos. «Pero luego nos preguntaron –rememoró Villar– “¿ustedes están locos?, ¿de dónde son?”, y cuando les dijimos que de Cuba, nos contestaron: “Ah, de López, bueno, por hoy están justificados”. Allí había una gran energía para con nuestro país».

Recordaron, además, la confesión de Alderete, luego de ese momento final de euforia: «He estado en guerras y en situaciones muy tensas, me han pasado las balas por al lado, y nunca me había temblado la mano en el lateral de la cámara, hasta hoy».

También se refirieron a la importancia que adquirió, dentro del filme, la madre de Mijaín, Mamita, quien con su espontaneidad, y sin que hubiera ni una sola situación o diálogo preparado, casi se convirtió en coprotagonista. Está muy presente, además, la memoria de su padre, Bartolo.

Villar añadió que el documental rompe con ciertos mitos alrededor del deportista «más grande que ha dado esa disciplina», quien es un hombre sensible y de muchas luces. «Mijaín significa Cuba, victoria y lucha», dijo.

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