ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Durante su vida quiso pintar cuadros que hablaran por sí mismos, por eso redujo la complejidad de su obra limitándola al color y a la forma. Foto: Fundación Paul Klee

A quienes practicaron el arte abstracto les interesaba revelar lo invisible: emociones, fuerzas cósmicas y espiritualidades internas. En aquella época, el arte había dejado de copiar lo que se veía en el mundo a simple vista, para expresar elementos nuevos, puramente visuales y sin referentes reconocibles.

Las obras de Paul Klee, uno de los artistas más reconocidos del pasado siglo por su singular fusión de estilos, son una invitación a entender el arte como una forma de revelación; a buscar las fuerzas que subyacen ocultas en el mundo, desde un simbolismo intrincado.

Nació en Suiza, en 1879, armado de sinfonías interiores, puesto que provenía de una familia de músicos. Es por eso que, en ocasiones, sus pinturas recordaban a partituras musicales, ya que había encontrado la primera de sus pasiones en las cuerdas de un violín.

La otra fue la pintura, especialidad en la que se mostró talentoso siendo apenas un adolescente. Estudió arte en Múnich, Alemania, a la vera de grandes como Franz von Stuck, destacado grabador del Art Nouveau (movimiento de renovación artística inspirado en la naturaleza).

En 1914, durante su visita a Túnez, país al norte de África, tuvo una epifanía cromática. Fascinado por la luz y armonía del paisaje, se declaró poseído por el color para siempre y llegó a manipularlo con una enorme precisión y pasión.

Más adelante fue docente en la legendaria Bauhaus, una escuela alemana de artes que, en la década del 20 sentó las bases para el diseño gráfico e industrial moderno. En aquel periodo, Klee dotó a sus creaciones abstractas de teorías formales y su labor encaminó al arte a formas más intelectuales y razonadas.

Durante el ascenso del régimen nazi en Alemania, se le tachó de degenerado, por lo cual fue expulsado de la enseñanza. Aunque en la última etapa de su vida se le diagnosticó una grave enfermedad degenerativa, solamente en 1939, un año antes de su muerte, produjo centenares de obras.

Tanta fue su influencia, que sus ideas renovadoras abrieron nuevas perspectivas a muchos artistas, incluso a pintores cubanos como Eduardo Abela Villareal y Servando Cabrera Moreno, quienes navegaron bajo el influjo abstracto de su obra.

Sus cuadros, a primera vista, parecen infantiles, pero esto sucede porque su técnica retrocedió hasta lo más simple, lo intuitivo, para penetrar la esencia de las cosas ocultas. Al fin y al cabo, las verdades de la vida se encuentran en lo interno y eso lo supo Klee, ese gran artista de lo invisible.

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Vicente dijo:

1

1 de julio de 2025

13:18:20


Que interesante, es una alegría leeros, gracias.