BAYAMO, Granma—. Como parte de la XXIV edición del Evento internacional Primavera Teatral en Granma, la reconocida teatróloga y crítica Vivian Martínez Tabares dirigió un emotivo conversatorio dedicado a la vida y obra de Berta Martínez (1931-2018), figura cimera del teatro cubano.
El evento, celebrado en el marco del programa académico del festival, buscó acercar a las nuevas generaciones al legado de una artista que fusionó actuación, dirección y diseño escénico con rigor revolucionario.
Nacida en Yaguajay, Berta Martínez se consolidó como una de las directoras más influyentes del teatro moderno cubano, junto a Vicente Revuelta y Roberto Blanco. Su trayectoria abarcó más de cinco décadas, destacándose en montajes como La casa de Bernarda Alba y Bodas de sangre de Lorca, donde su manejo de la luz y la simbología escénica marcaron hitos.
Vivian Martínez Tabares, directora de la revista Conjunto y experta en estudios teatrales, subrayó cómo Berta «transformó la austeridad en poesía visual», citando su minimalismo en escenas como el bosque de varas de Bodas de sangre.
El conversatorio resaltó su papel como Lala Fundora en Contigo pan y cebolla (1964), comedia costumbrista de Héctor Quintero. Martínez dotó al personaje de una humanidad que trascendió el texto, usando gestos cotidianos -como colocar el mantel o esconder cáscaras de huevo- para criticar las contradicciones de la clase media cubana.
También se recordó su interpretación de Catalina, la hija muda en Madre Coraje, donde un grito silencioso se convirtió en símbolo de resistencia política, aplaudido por críticos como Rine Leal.
Vivian Martínez Tabares, quien compartió anécdotas de viajes y procesos creativos junto a Berta, enfatizó su audacia como directora. En La casa vieja (1964), de Abelardo Estorino, hizo derrumbar simbólicamente las paredes del escenario, mientras que en Don Gil de las calzas verdes (1969) desafió críticas al integrar elementos multidisciplinarios, sentando precedentes para el teatro cubano posterior.
El homenaje se enmarcó en el Primavera Teatral 2025, que hasta el 25 de mayo ofrece más de 80 funciones y 20 actividades académicas en Granma, incluyendo talleres y presentaciones en barrios como Manzanillo.
Martínez Tabares cerró con una reflexión: «Berta enseñó que el teatro no es un lujo, sino un espejo de la sociedad. Su obra sigue interrogándonos sobre justicia y libertad».
Con este diálogo, el festival reafirma su compromiso de vincular tradición y contemporaneidad, llevando el arte escénico «a donde late el pueblo», como bien hubiera deseado la propia Berta Martínez .
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