ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Mireya Piñeiro: «El asombro es la sustancia de la poesía». Foto: José Llamos Camejo

Guantánamo.–Es como si los 9 de mayo, de siglos dispersos, replicaran la misma historia de alumbramientos que involucra, entre otros, a dos poetas españoles, a tres escritores británicos, a uno ruso y a otro estadounidense. Y al lado, al escocés padre literario de Peter Pan, y a Mireya Piñeiro Ortigosa, la guantanamera. La nuestra.

Mireya, también editora, es como una gota en el enigma de una fecha enigmática. Tal vez el calendario escogió el día noveno del quinto mes para dar a luz a quienes iluminan con las letras y la poesía. Mireya Piñeiro es una de esas criaturas. Descubrió un camino que se abre al nacer.

«Toda criatura nace preparada para la admiración y el asombro, que en definitiva es la sustancia de la poesía. Que después la circunstancia y el medio conduzcan a esos dones y maravillas, es otra cosa».

–En usted, ¿cuál ha sido la circunstancia?

–Digamos que el temprano afán de intelectualidad y conocimientos. En mi generación el orgullo era llevar un libro debajo del brazo, había una serie de jóvenes que escribían. Yo leía mucho. Desde chica empecé a hacer versitos y a ver caminos para encauzar el asombro. He aprendido del tiempo, de lo nuevo, de mis propios errores. Y aunque soy esencialmente la misma, no dejo de transformarme.

–Leyéndola, da la impresión de que, en sus descubrimientos, cuentan la obra de Eliseo Diego y de Antonio Machado.

–Yo fui bebiendo de la literatura que más me impresionaba. Empiezo a escribir en serio y a hacer mi propio camino cuando había un boom de la poesía conversacional y de la antipoesía.

«Mis primeros dioses tutelares fueron Ernesto Cardenal y Nicanor Parra. Otra fuente de asombro fue Eliseo Diego, por sus temas y su manera de manejar la poesía. A Antonio Machado lo conocí, principalmente, por las canciones que Joan Manuel Serrat musicalizaba».

–Ayúdeme a ver esas «ráfagas calientes del terral», que les han bastado a sus libros para «endurecer sus lomos y amarillear las hojas donde descansan las palabras llevadas y traídas».

–Esas palabras vienen de una preocupación, de notar que ya no tienen sustancia, que salen vacías, y que, de tanto decirlas y repetirlas, se recatan de sus preformas.  

De la exquisitez y lo hermoso que encuentra el lector en una poesía que lo busca y dialoga con él, pueden dar fe poemarios como En lo callado de la hoguera, Como un eterno saludo, En la ruta azarosa del velero, o Polvos del Sahara. Y también Tao Te King: versión comparada con la Biblia, entre otras entregas de Mireya Piñeiro, una de las destinatarias de la presente Feria del Libro en Guantánamo.

Mireya lo agradece, y aunque asegura haber escrito su último poema, confiesa miedos, incertidumbres y sueños. Si le hacen «tun tun» esos remolinos, quizá de la escritora no salga un «¿quién es?». Tal vez de nuevo le abra la puerta a la poesía que la urge.

COMENTAR
  • Mostrar respeto a los criterios en sus comentarios.

  • No ofender, ni usar frases vulgares y/o palabras obscenas.

  • Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.