Y de repente, un apagón. Grettel Morejón, primera bailarina del Ballet Nacional de Cuba (bnc), había terminado su variación como protagonista femenina del Grand pas de Paquita. Apenas faltaba la coda del divertimento, que también protagonizaban Yankiel Vázquez, Carolina Estrada, Victoria Casals y Nadila Estrada, junto al cuerpo de baile.
Espontáneamente, todo el público que colmaba el Teatro Heredia activó las linternas de sus teléfonos celulares, para que, al amparo de esos peculiares «seguidores», continuara el espectáculo.
Salieron los bailarines al escenario. A ellos se les unió su directora general, Viengsay Valdés... Y el aplauso ensordecedor se convirtió en ovación delirante.
Alexsey Batista Morcillo, locutor santiaguero, también iluminado por linternas, inició el elogio que precedía la entrega de varios premios y reconocimientos a Viengsay... Y «se hizo la luz».
Hubo exclamaciones de júbilo, y un regocijo general. Viengsay se dirigió a la compañía: «Muchachos, este público se lo merece, vamos a hacer la coda».
Comenzó la música, y todos bailaron más que al compás de las melodías compuestas por Ludwig Minkus, acompañados por los aplausos que miles de santiagueros ofrecieron a los artistas.
Y esa tarde, los saltos de Laura Kamila –ella dueña de un salto encomiable– parecieron más altos que nunca, y la energía de las bailarinas del cuerpo de baile tenía algo extra, imposible de definir con la palabra.
Hubo lágrimas, risas, ovaciones, exclamaciones de «¡bravo!»... pero, sobre todo, la gratitud de un público excepcional que bien merece el calificativo de hospitalario.
Por tratarse de la función que cerró la temporada del bnc en el Teatro Heredia, varias instituciones santiagueras quisieron congratular a Viengsay Valdés por sus tres décadas ininterrumpidas de vida profesional.
Entre ellas, el Gobierno Provincial del Poder Popular le entregó la Distinción Mausoleo José Martí, de manos de Beatriz Johnson Urrutia, primera secretaria del Comité Provincial del Partido en Santiago de Cuba, y del gobernador Manuel Falcón Hernández.
Entre impresionada y conmovida, Viengsay Valdés inició sus palabras de agradecimiento de manera jocosa: «Con tantas emociones puedo decir que al Ballet Nacional de Cuba no lo detiene ni un apagón», y añadió: «Si hubieran estado aquí Alicia o Fernando, nunca hubieran dudado en continuar la función, por eso seguimos bailando para ustedes...»
Al final del espectáculo, emocionados y agradecidos, los bailarines del bnc decidieron lanzar al público las flores que antes habían recibido... Y entonces fue el delirio.
Ya lo escribió el poeta Manuel Navarro Luna: «¡Es Santiago de Cuba! ¡No os asombréis de nada!».
COMENTAR
Responder comentario