ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Fotograma de Exhuma Foto: FOTOGRAMA

Estreno de la semana en las salas cinematográficas cubanas, Exhuma (Jang Jae–Hyun, 2024) constituye uno de los grandes hitos de audiencia y recepción crítica de la pantalla de Corea del Sur en esta década. Para esa industria representó lo mismo que El conde de Montecristo (comentado la semana anterior) para la francesa.

Premio del Jurado en el Festival de Sitges, y con 11 nominaciones a los Premios del Cine Asiático del próximo 17 de marzo, Exhuma desanda caminos afines a los de la notable El extraño (Na Hong–Jing, 2016): en cuanto a coincidencias temáticas, atmósferas, visualidad, interés por la cosmogonía local…, sin llegar a superarla.

En este nuevo exponente del cine de terror sobrenatural, un recién nacido manifiesta una extraña afección que le hace llorar, sin ninguna interrupción, desde que salió del vientre. Presa del desespero ante el paso de los días, la acomodada familia Park recurre a chamanes.

Al parecer, una suerte de maldición ancestral exigirá el desenterramiento de cierto antepasado, lo único que calmaría al bebé.

Alguien se rehúsa a la exhumación, pero igual se hará; aunque entrar a esta tumba demoníaca sea algo que no debió ni siquiera pensarse.

Además de la chamana y su aprendiz, contratados por los Park, a la pavorosa encomienda se incorporarán un experto en calidad de tierras (geomante le llaman aquí) y un embalsamador. Se disponen a extraer los restos del bisabuelo. Todo listo ahora para lo inimaginable…

Exhuma funciona, mayormente, al justipreciarse el modo cómo los recursos técnicos contribuyen al escenario de desasosiego y miedo generado; así como a la articulación de climas tenebrosos, muy bien concebidos y gestionados.

El oficio de la escuela coreana se manifiesta aquí, en tal sentido, a través de la fotografía del eficaz Lee Moo–Gae (Encontré al diablo, Dos hermanas) y de la labor del equipo de directores artísticos, ambos apartados merecedores del Premio Blue Dragon 2024. También aportó a lo anterior la música de Kim Tae–Seong. La conjunción de los tres frentes determina el impactante despliegue visual y sonoro del filme.

Otros dos indicadores de valor de Exhuma se vinculan a la gestión de su elenco, poblado por célebres figuras locales del cine y las series, y a la forma de imbricar al relato –envuelto en los mantos del folk horror o terror folclórico– con el peso autóctono de las supersticiones y ritos.

Como confirma la cinta, tales procederes son aún determinantes en la cultura de un país cuyo despegue tecnológico e industrial no impide la permanencia de prácticas atávicas y ritos sustentados en la convergencia de religiones/mitologías de diversos orígenes.

Sin embargo, Exhuma no alcanza la consagración de obra mayor del género, a causa de una hilatura dramatúrgica que hace aguas en su segunda hora, cuando los subrayados y las (sobre) explicaciones toman la pantalla. Ello ocurre –vaya paradoja– en el segmento más confuso y menos convincente del guion, lo cual produce cierto grado de desajuste que lastima una obra precisada de mejor desenlace.

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Me encanta Barbara Eden dijo:

1

3 de febrero de 2025

15:16:47


Los dramas coreanos son unos de los mas intensos.