Se anuncia como una presentación virtual a lo largo de junio, y encabeza la cartelera del teatro Brava, de San Francisco, como «el evento del mes», pero para su protagonista principal, el compositor y guitarrista de origen estadounidense Pablo Menéndez, el rescate de la presentación suya, al frente de la banda Mezcla, cuatro años atrás en la institución californiana, posee una consistencia real mucho más allá de las autopistas digitales.
«Recordar nuestra presencia en el teatro –explica–, la extraordinaria acogida del público y medir la repercusión que ahora mismo alcanza la difusión del material de entonces, valida varias cosas: desde la confirmación de la ruta emprendida en 1985 por nosotros en Mezcla, hasta la vigencia del diálogo entre culturas diferentes capaces de construir puentes».
Resulta inevitable eludir la connotación simbólica de la transmisión del espectáculo: el próximo 23 de junio Cuba expondrá nuevamente ante las Naciones Unidas el informe sobre la necesidad de poner, fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra nuestro país, el cual, como ha venido sucediendo, ha recibido el creciente y hoy día casi unánime respaldo de la comunidad internacional desde 1992.
Mientras el entendimiento a partir de la música y la cultura en general triunfa, el actual gobierno de la Casa Blanca mantiene incólumes las 243 medidas con las que la administración anterior recrudeció el bloqueo.
Los directivos del teatro Brava han hecho público el propósito de la nueva promoción del espectáculo de Mezcla: celebrar la amistad musical entre Cuba y el área de la bahía de San Francisco. Entre los participantes estuvieron estudiantes de la escuela de artes Ruth Asawa –cuenta con un programa de enseñanza de percusión afrocubana–, que se unieron para pedir el fin del bloqueo de más de 60 años de Estados Unidos que intenta estrangular al pueblo cubano.
Ante la propuesta de Mezcla acudieron el multinstrumentista John Calloway, el sonero Fito Reinoso, el tresero Tito González y el productor Greg Landau, radicados en la ciudad californiana. Pero, para Pablo, el momento climático aconteció cuando llegó a la escena su madre Bárbara Dane: «El público estalló al verla y más al cantar, acompañada por Mezcla, Juntos podemos mover montañas».
El teatro Brava convida a la audiencia a verificar cómo Pablo Menéndez, durante su larga inserción en la isla antillana, ha sido capaz de transformar en riqueza espiritual una vida artística significativa, construida a partir de la fuerza de las tradiciones, mientras continúa reinventando el futuro.
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