Desde la raíz del pueblo es el eslogan con el que, desde ayer y hasta el domingo 9, Cuba se viste de un divino ritmo que forma parte de su identidad. El jolgorio se debe a la celebración, por primera vez, del Día del Son en nuestro país.
Impulsado por el maestro Adalberto Álvarez, con el apoyo del Ministerio de Cultura, desde oriente hasta occidente, la Mayor de las Antillas disfruta de conciertos, de la presentación de discos, eventos teóricos y de la proyección de audiovisuales, relativos a la estirpe sonera de los cubanos, a través de los sitios virtuales, programas de radio y televisión, entre otros.
El Canal Clave, en su espacio de conciertos online Estamos contigo, de las 4:30 p.m., de lunes a viernes, acoge a disímiles representantes del género, que encontró en el santiaguero Miguel Matamoros y en el pinareño Miguelito Cuní, a sus más altos exponentes, nacidos el 8 de mayo de 1894 y 1917, respectivamente.
El disco Juramento, de Bis Music, de Artex (un álbum doble de Ecos del Tivolí, de Santiago de Cuba, que reúne 30 temas de Miguel Matamoros, fue presentado ayer, mientras hoy se presenta, como parte del proyecto Alianza musical, Al Son del Caballero, de la misma casa discográfica, en el espacio Súmate a mi show.
Igualmente, la Egrem propone los discos Desde el alma (en recordación del gran Juan Almeida Bosque) y La retroguaracha de Ñico Saquito, de Ray Fernández y Carlitos Lage, así como el audiovisual Caminos de Son, realizado por Rolando Almirante.
La festividad, que se dedica en este primer año a los aniversarios 110 de Arsenio Rodríguez y 120 de Ñico Saquito; al centenario del Septeto Habanero y al cumpleaños 75 de Eliades Ochoa, tendrá su momento cumbre el sábado 8, a las 8:30 p.m., con el gran concierto por el Día del Son Cubano, que se transmitirá por los canales Cubavisión y Clave, la emisora Radio Progreso y las plataformas digitales, de la orquesta Adalberto Álvarez y su son, bajo la dirección del Caballero del son.
La celebración del Día del Son Cubano y de toda esta jornada de cantos y bailes, será la palabra de orden. A ella se unen las artes plásticas y el teatro. También se suman otros géneros musicales como el jazz, para contribuir al loable propósito de declarar al son, con el reconocimiento de la Unesco, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
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