ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Mónica Marziota, una voz que merece promoción en los medios cubanos. Foto: Gabinete Esteban Salas

Noviembre fue un mes pródigo para la música de concierto en la capital cubana y es algo que no se puede pasar por alto, más allá de las notas informativas y el reflejo muchas veces aleatorio y azaroso en los medios audiovisuales. Hay que decirlo, dejar constancia y extraer lecciones.

En el orden cuantitativo, la realización del Festival de La Habana de Música Contemporánea de la Uneac trajo 43 estrenos de obras de autores cubanos y extranjeros, cifra más que respetable. Este es un evento para exponer novedades; lo cual no quita que en lo adelante convendría revisar de qué modo quedan, previa criba rigurosa, estos estrenos en los repertorios de sus intérpretes y en la programación habitual de solistas y agrupaciones. El problema de la música contemporánea de concierto radica, justamente, en que su encasillamiento en uno o dos festivales o jornadas no forma parte de la agenda cultural cotidiana. Tarea pendiente para el Instituto Cubano de la Música, con el impulso de la Uneac.

La clausura del festival Mozart Habana, que diligentemente sostiene el maestro Ulises Hernández desde el Lyceum Mozartiano, se eslabonó con las propuestas de Habana Clásica, esas espléndidas jornadas de concierto promovidas por el pianista Marcos Madrigal con el respaldo del Gabinete de Patrimonio Musical Esteban Salas de la Oficina del Historiador de la Ciudad.

De la memorable velada en el ámbito catedralicio protagonizada por la Sinfónica del Lyceum, conducida por el director invitado Thomas Hengelbrock, con una misa de Mozart, una sinfonía de Schumann y la huella de nuestro Carlos Fariñas, a la visión poliédrica e integradora de los conciertos de Habana Clásica 2019, puede hablarse de una sucesión de hitos enriquecedores.

No seré prolijo, aunque valdría la pena. Solo me detendré en dos momentos finales de estas jornadas, concentradas en la Basílica Menor de San Francisco y el teatro Martí. El primero fue una sesión dedicada a la música de cámara que debe ser tomado en cuenta como referencia de excelencia en fidelidad a los originales y comunicación de contenidos.

La ejecución de la Sonata para violonchelo y piano en La mayor No. 3 op. 69, de Beethoven, por el ruso Nicolai Shugaev y Marcos Madrigal, y de la Sonata para violín y piano en Fa mayor, La primavera, del mismo autor alemán, por la estadounidense Tai Murray y Madrigal, califican como entregas ejemplares al rebasar las fronteras del virtuosismo y, al mismo tiempo, dotar de nuevo sentido a la impronta beethoveniana.

Por si fuera poco, Shugaev, Murray y Madrigal se unieron para reanimar el Trío en sol menor op. 15, del checo Bedrich Smetana. Apelo al verbo reanimar no por gusto. Si no se ataca con la pasión necesaria, como lo hicieron estos tres notables ejecutantes, la obra puede resultar machacona y retóricamente irrelevante.

En el último compás de Habana Clásica estuvo la cantante ítalocubana Mónica Marziota. Debe tomarse como ejemplo lo que sucedió en el Martí para sentir y saber de qué van los llamados a la sobriedad, la mesura y la exacta densidad cultural que muchas veces echamos de menos en los espectáculos. Nada sobró y poco faltó en el tejido de un  concierto que honró a La Habana con canciones donde la poesía, la música y la voz se mostraron en plenitud equilibrada, gracias a la dirección artística de Luis Ernesto Doñas, el soporte del trío del guitarrista Emilio Martini con los arreglos del Fino Rivero Alarcón y las colaboraciones del trompetista Yasek Manzano, los trovadores Raúl Paz (su canción Encore es de las mejores que he escuchado en los últimos tiempos) y Polito Ibáñez, el cuarteto de cuerdas Habana, el contrabajista italiano Michel Taddei, el cantaor Andrés Correa, el coro Diminuto y Marcos Madrigal. Un solo detalle: bastaría con escuchar Mambo spaghetti.

Bueno sería que esta alentadora cosecha no quede en el pasado. Que se multiplique y fije en actos por venir.

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peter j. melian dijo:

1

3 de diciembre de 2019

10:43:13


TODAS LAS ARTES ASPIRAN A LA CONDICIÓN DE LA MÚSICA. Y, AFORTUNADAMENTE, ESTA ESTÁ MUY BIEN ACOGIDA Y CULTIVADA EN EL AMBIENTE ARTÍSTICO DE NUESTRA ISLA.