ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: de la autora

En los medios académicos y artísticos y entre los muchos cubanos interesados por temas históricos e indagaciones estéticas hubo legítimo regocijo al conocer la adjudicación del Premio Nacional de Investigación Cultural 2018 por la obra de la vida, al ensayista y crítico Rafael Acosta de Arriba.

El reconocimiento se hizo efectivo esta semana durante un acto celebrado en el Instituto Cubano de Investigaciones Culturales Juan Marinello.

Rafael es un intelectual de perfil ancho y profundo. En las tres líneas de investigación que ha llevado paralelamente, con máximo rigor y auténtica pasión por largo tiempo –artes plásticas, historia y literatura-  ha hecho aportes sustanciales y originales.

Fue así como concibió aproximaciones novedosas a la visualidad insular y, particularmente, a la fotografía artística cubana. Los volúmenes Caminos de la mirada (2007) y Árbol de signos (2014) reúnen una parte de su abundante producción de crítica de arte, especialidad por la que en dos ocasiones ha conquistado el Premio Guy Pérez Cisneros, que otorga el Consejo Nacional de las Artes Plásticas.

Ha escrito sobre artistas notables como Agustín Cárdenas, Raúl Corrales, Herman Puig, Pedro de Oraá, Osvaldo y Roberto Salas y Roberto Fabelo, pero también sobre la relación entre queer y creación artística, el cuerpo y el erotismo y las funciones de la crítica.

Más de una vez ha cruzado el puente entre investigación y curaduría, la más reciente al instalar el año pasado en el Museo Nacional de Bellas Artes la exposición La imagen sin límites, un exigente recorrido histórico por la fotografía cubana.

En el campo del ensayo literario destacan sus trabajos sobre su compatriota José Lezama Lima, el mexicano Octavio Paz y el hispano francés exiliado en México, Max Aub.

Sus estudios históricos han tenido como punto de convergencia la vida y el legado de Caros Manuel de Céspedes. Rafael es reconocido, al igual que Eusebio Leal, como uno de los cespedistas más acuciosos de nuestra época. Su libro Los silencios quebrados de San Lorenzo es de lectura obligatoria si se quiere divisar la real estatura del Padre de la Patria.

Valga la apreciación de Leal sobre la obra: “Céspedes nos lanzó a la lucha de las ideas, y Rafael en su libro destaca este aspecto fundamental, sobre todo en los ensayos que se han incorporado y que suponen su trabajo desde 1998 hasta 2002. En ellos se destaca la cuestión fundamental, ante la cual se detuvieron no pocos historiadores que pasaron solo a lo anecdótico, y se refirieron al hombre del ímpetu, pero insistieron poco en el hombre de ideas; esas ideas que se modelaron en la visión del mundo de un hombre que vio las cosas siempre con sentido universal”.

Profesor de la Universidad de las Artes (ISA) y de la Facultad de Historia del Arte de la Universidad de La Habana. Doctor en Ciencias Históricas (1998) y Doctor en Ciencias (2009), Rafael se desempeña como Investigador Titular en el ICIC Juan Marinello.

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