
Quien la ha escuchado contar sobre su padre, cantar tonadas campesinas de su pueblo natal, encantar a un auditorio de las más diversas edades y niveles culturales no puede sorprenderse, mas de cualquier manera la noticia merece correr: la narradora oral Elvia Pérez Nápoles acaba de ser laureada en el 19 Festival Internacional de Contadores de Historias, que transcurrió en Teherán, la mítica ciudad persa de los cuentos.
Organizado por el departamento internacional de la Asociación Kanoon, que trabaja en favor de los niños y jóvenes, esta realiza cada año una convocatoria a nivel mundial, que reúne la propuesta de 100 contadores de historias, entre los cuales, tras una rigurosa selección quedan solamente diez a concursar. Las sesiones narrativas tienen lugar en instituciones de la organización y en escuelas de esa, la capital del país.
La presencia internacional estuvo a cargo de India, Francia, Tanzania, Tajikistán, Australia, Argentina, Costa Rica, Colombia, España y, por primera ocasión una representante de Cuba, en la persona de nuestra coterránea.
Fue en ese difícil contexto donde Elvia se alzó con la presea, primer lugar en la categoría internacional, la más rigurosa y difícil (también se concursa en un apartado de narradores infantiles y juveniles, y otro nacional) mientras el segundo y tercer lugares correspondieron a colegas iraníes.
La artista cubana concursó con La tortuga y el venado, cuento de la tradición oral africana sobre una famosa competencia donde el animal emblemático de la lentitud logra vencer al tenido por más veloz (entre nosotros y otras partes del mundo es una liebre quien representa a este último) y donde se resalta la importancia de la modestia, la tenacidad y la perseverancia mientras se condena la vanidad, la egolatría y lo fatuo.
Como es habitual en sus presentaciones, Pérez Nápoles condimentó la narración con canciones acompañadas a la guitarra, aunque esta vez le agregó claves para marcar el ritmo y dijo segmentos extraídos del folclor africano, en la lengua original del texto, sin olvidar la presencia del son cubano en una pieza de su autoría, algo que, aunque no se permite cantar a las mujeres en público allí, logró saltar por sobre esas barreras e imponerse cuando la intérprete entonó Vengo cargada de aromas.
Este importante premio a la maestra Elvia es, sin lugar a dudas, también, para la pujante escuela de narración oral en Cuba.
COMENTAR
zuzel dijo:
1
1 de marzo de 2017
15:06:59
Responder comentario