La verdad de la música popular bailable es una sola: su cubanía

Con apenas un año de creada la orquesta El Niño y La Verdad se va insertando con fuerza entre  las agrupaciones de punta de la músi­­ca popular bailable. Continuadores de la línea trazada por Los Van Van, La Revé, El Trabuco y otras, defienden  la creencia de que el género es­tá llamado a ocupar un lugar cimero dentro de la cultura cubana. Seguidores confesos de Ale­xan­der Abreu y Habana D’Primera, Emilio Frías “El Niño”, cantante y director, y Pachi Na­ranjo (hi­jo), director musical, conversaron con Gran­ma acerca del trabajo realizado en tan poco tiempo, pero que aseguran “ha sido muy exitoso” y se ha visto coronado con la producción de su primer material discográfico, que en breve estará listo para entrar en circulación.

—Alcanzaron el éxito con La Revé, ¿por qué la necesidad de crear una nueva orquesta?

—El Niño: En la música popular cubana casi todos los cantantes tienen dos sueños: cantar en Los Van Van y tener su propia agrupación. Sin embargo, de pequeño siempre acaricié la idea de cantar con La Revé y tuve la oportunidad de en­trar a El Charangón con un papel protagónico co­mo cantante.
“De esa etapa surgió mi amistad con Pachi Naranjo (hijo), que llevaba unos siete años en La Revé. Creamos una fuerte empatía que nos sirvió para definir lo que a la postre queríamos hacer con nuestras carreras. Pensamos trabajar una línea diferente al changüí de la Revé, siempre respetando sus códigos esenciales, y nos propusimos grabar un disco nuestro, sin abandonar  El Charangón, y de esa aventura salieron las canciones  Ese soy yo, La mata y Seguir viviendo.

—¿Cuál es el sello que los distingue?

—El Niño: Nuestro sonido parte, en gran me­dida, de las concepciones musicales de Pachi. En un inicio queríamos poner una línea de tres trombones, pero nos chocaba con la idea de lo­grar un timbre propio que no recordara el sonido de La Revé. Finalmente Pachi decidió dejar dos trombones y dos trompetas, a lo que se suma la inclusión de la guitarra, que es uno de los elementos que más distingue  a la orquesta. Ahí en­tró Dayron Ortega, guitarrista del Cabildo del Son de Pancho Amat.

—Pachi: A la hora de hacer los arreglos, Day­ron y yo estamos muy pendientes de la sonoridad. En momentos hemos borrado materiales casi terminados por considerar que se parece mucho a la línea de trabajo de determinada agrupación. Este es uno de los principales retos que tenemos, lo­grar un sello propio es muy difícil porque hay mu­chas orquestas de tremenda calidad.

—¿Por qué El Niño y La Verdad?

—El Niño: El nombre es puramente fortuito. En el ex­tranjero muchas veces nos enfrentamos a pú­bli­cos que muy poco o nada conocen de nuestra cul­tura pero tararean La Guan­ta­na­me­ra o el Chan Chan, y vimos eso como una marca identitaria. De ahí lo de La Verdad, porque la mú­sica cubana es una carta de presentación, es la verdad de todo un país que representamos desde la música popular.

—¿Crees que es un buen momento para llevar adelante una orquesta como La Verdad?

—El Niño: La música popular bailable ha per­dido espacio dentro de Cuba, y creo que se de­be trabajar mucho para que recobre su fuerza. Nuestra música se conoce bastante en el extranjero; entonces cómo en nuestra propia tierra carecemos de los espacios y la promoción necesaria. Está claro que son muchos los factores que conspiran, pero lo principal: las orquestas y el público conocedor, están.

“No todo lo vemos con pesimismo, de un tiempo acá la situación ha mejorado, las agrupaciones han ganado mayor protagonismo, pero aún queda mucho por hacer. A título personal, y muchos coinciden conmigo, creo que en esto ha tenido mucho que ver el trabajo desarrollado por Habana D’Primera. Con Alexander Abreu al ti­món se han convertido en un verdadero fenómeno para la música popular bailable”.

—¿De qué va este primer disco?
—El Niño: El CD está en la fase de masterización y mezcla, pero todavía no tenemos un nombre definido. La placa presenta diez temas que ha­cen un recorrido por varios géneros de la música popular bailable. Es una propuesta que persigue rescatar el buen gusto por la música popular y la aceptación del bailador, que es a quien esta dirigido nuestro trabajo. Otro elemento importante es la rigurosidad con los textos, somos muy cuidadosos en ese sentido y es un compromiso que tenemos con nuestros seguidores: nunca encontrarán textos groseros.

“Pero lo que más nos importa es que la gente nos escuche, que asistan a nuestros conciertos. Quisiéramos hacer una gira por toda Cuba para que de verdad se conozca nuestro trabajo”.