
Al cabo de un mes de recorrer Europa de largo y ancho, el fenómeno Van Van ha contaminado a todos los amantes de la música en el Viejo Continente. Es algo que va más allá de la moda. Es el descubrimiento definitivo de la música popular cubana contemporánea, la revelación de que en los últimos treinta años ha habido un proceso profundamente renovador en el espectro sonero.
Por esta ciudad andaluza, famosa por su plaza de toros y su vinculación con el poeta alemán Rainer María Rilke y el cineasta norteamericano Orson Welles, acaban de pasar Los Van Van. Lo hicieron en una fecha muy significativa para los cubanos que participan en el ciclo académico De Lecuona a Formell, que la Sociedad General de Autores y Editores y la Universidad Rey Juan Carlos han organizado y que justamente el compositor y director de la destacada agrupación insular preside.
Fue el 26 por la noche y el teatro Vicente Espinel, repleto hasta los pasillos, se estremeció con el formidable jolgorio de los músicos cubanos. El repertorio básico del concierto cubrió los temas del disco más reciente, Llegó Van Van... Van Van is here, con el que ganó el Grammy 2000 en el apartado de salsa.
Se da el caso singularísimo de que este disco apenas ha circulado en Europa, y en España no se le encuentra, por arbitrio del sello Caliente, que nadie sabe por qué ha distribuido de pésima manera esa producción. Y sin embargo, por canales subterráneos, la gente se entiende con esa música, y delira cuando Pedro Calvo entona El negro está cocinando y enloquece con los tumbaos de César Pedroso y con las improvisaciones de Mayito Rivera.
El concierto resultó doblemente importante por cuanto permitió a los académicos de varios países que asisten al ciclo verificar en la práctica qué es lo que hace grande a una orquesta, al margen de los mecanismos promocionales de la industria cultural global, la cual precisamente no privilegia a Los Van Van en comparación con otros fenómenos del entorno "tropical", léase Ricky Martin o Julio Iglesias.
El propio Formell y el investigador cubano Manuel Acosta explicaron la evolución de la orquesta y el modo en que las orquestaciones han ido vertebrando un discurso revolucionario dentro de la tradición sonera, a partir de la síntesis de elementos de la cultura musical cubana y sus afinidades caribeñas, del desplazamiento de la acentuación rítmica y el seguimiento de las nuevas necesidades expresivas de los bailadores.
Históricamente quedó demostrado que con el surgimiento de Los Van Van en 1969, de Irakere en 1973 y Son 14, bajo la conducción de Adalberto Alvarez, en 1978, el modo de hacer son cambió de manera radical sin apenas deberle nada a la salsa. Y que la vanguardia del movimiento sonero cubano actual, donde tienen un notable protagonismo también NG la Banda, Issac Delgado, Paulito FG, la Charanga Habanera, Manolito Simonet y Pachito Alonso, aporta códigos originales que merecen ser difundidos con tanta fuerza como los del son tradicional.
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elesvan frometa dijo:
1
2 de mayo de 2014
13:05:59
Papereza dijo:
2
2 de mayo de 2014
14:58:58
humberto dijo:
3
2 de mayo de 2014
15:35:46
juan blanco dijo:
4
2 de mayo de 2014
22:44:33
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