Se trata de un virus sistémico que muta. En su detección temprana radica buena parte del éxito en su tratamiento.
Es una enfermedad viral que funciona por fases. Tiene una primera semana que se conoce como de replicación viral o infección temprana, y luego viene otra semana donde suelen aparecer la neumonía, las complicaciones y la gravedad.
Es importante mantener la vigilancia alrededor del octavo día de contagio. Ha habido pacientes que al día 13 o 14 –cuando se supone que el organismo realizó la seroconversión al desarrollar anticuerpos contra el virus– transitan hacia formas graves de manera tardía.
Es complicado de diagnosticar solo por las manifestaciones clínicas en un paciente. No se debe confiar su detección solo a manifestaciones respiratorias. Es importante confirmar con un test de antígeno, o PCR.
Puede afectar varios órganos.
Más del 80 % de los infectados eliminan el virus, pero también deja secuelas.
La reinfección pudiera ser posible. Puede ocurrir, como mínimo, a los tres meses de padecerlo, y no es el caso de los PCR persistentes.
Los PCR persistentes tienen una explicación lógica. La media de negativización es 21 días; por tanto, para considerar un PCR persistente debe mantenerse por un periodo superior a ese tiempo.
Las mejores barreras son las medidas ya conocidas. Con el uso correcto de la mascarilla sanitaria y las medidas higiénicas y de distanciamiento físico y social, es más difícil que se propague porque existen barreras de contención.
La detección temprana de la enfermedad es determinante en su evolución.
(Fuente: Sitio WEB del Minsap)
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Max dijo:
1
20 de agosto de 2021
20:55:25
romeo Respondió:
23 de agosto de 2021
05:04:56
Enio Leyva Pedroza dijo:
2
20 de agosto de 2021
22:13:44
KATY dijo:
3
24 de agosto de 2021
08:55:06
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