
Comienza la etapa de primavera en nuestro país y, con ella, la posibilidad de que se incremente la presencia del mosquito Aedes Aegypti, causante principal de la propagación del dengue, el Chikungunya y el Zika, entre otras enfermedades.
Esta vez pudieran coincidir en Cuba dos enemigos potenciales muy poderosos: el dengue, enfermedad capaz de causar un deterioro importante de la salud, llegando incluso a la muerte; y la COVID-19, pandemia que afecta a gran parte de los países del planeta, y que ya ha provocado el fallecimiento de más de 70 cubanos.
De esta situación podríamos salir airosos si se juntan muchas voluntades y la población adquiere una percepción de riesgo real, que la lleve a comprender que se trata de dos contrarios muy peligrosos, los cuales están al acecho para, en el menor descuido, atacar.
Se sabe que las altas temperaturas, el exceso de humedad y las lluvias resultan condiciones características del clima tropical e ideales para que el pequeño vector se reproduzca en ciclos cada vez más cortos, una realidad que solo puede ser enfrentada si, junto al esfuerzo que realiza el Gobierno y las autoridades de Salud para prevenir el dengue, se une el trabajo individual de cada cubano desde su casa o centro de labor.
El incremento de los criaderos de mosquitos, a partir de los problemas de saneamiento que existen en lugares públicos, algunos centros de trabajo y en los patios de determinadas viviendas, favorecen la focalidad del vector en tan complejas circunstancias.
Teniendo en cuenta esos elementos es imprescindible la eliminación de los hospederos potenciales del vector, ya sean naturales o artificiales (pomos y botellas vacías, bandejas de refrigeradores y huecos de árboles, entre otros), empeño que no admite dilaciones porque, como se ha dicho, demoras son derrotas.
La mayoría de nuestra problación se imagina el costo que va teniendo la presencia en Cuba del nuevo coronavirus, para cuyo enfrentamiento no se han escatimado recursos humanos ni materiales, a pesar de la situación económica que atraviesa el país a causa de la pandemia y del arreciamiento, aun en estas circunstancias del bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos.
Ante tal dilema, pensemos en la mejor manera de contribuir a que la dirección de la nación pueda sobrellevar estos dos frentes de batalla en tiempos donde no abundan el dinero ni las riquezas.
Estas realidades nos advierten acerca de la necesidad de crear conciencia de que no puede haber el menor descuido en cuestiones de pérdida de percepción del riesgo, aislamiento social o higienización, por lo que puede significar, en primer lugar, en vidas humanas; además del gasto en recursos que acarreará el enfrentamiento a dos peligros tan mortíferos.
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Pedro Diego Perez Morales dijo:
1
12 de mayo de 2020
12:20:39
michael vazquez dijo:
2
14 de mayo de 2020
04:20:15
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