Agua pasada no mueve molino

Katowice, Polonia.—Volteada la página del revés ante Finlandia en el debut del Campeonato Mundial de voleibol, la selección cubana trabajó este martes sobre sus grietas durante la hora y media que le conceden a cada elenco para entrenar diariamente.

“Lleven la frente en alto, no hay por qué bajar la mirada ante quienes nos ganaron el primer día, porque ellos mejor que nadie saben que ustedes, a pesar de su inexperiencia, dieron una batalla para respetar”.

Así les habló el mentor Rodolfo Sánchez a sus alumnos, quienes este miércoles enfrentarán al cuadro de Alemania, desafío en extremo difícil, como también lo será el del día 7 ante Brasil, tricampeón consecutivo del orbe desde el 2002. El 5 y 6 el chocarán con Sudcorea y Túnez, respectivamente, que de triunfar en esos compromisos tendrán esperanzas de avanzar a la segunda ronda del torneo.

Desde la Copa Panamericana ganada recientemente, el auxiliar Javier Jiménez despuntó como un hombre clave en el sexteto, por su fuerte servicio y sus mañas para atacar por encima de gigantes como los dos centrales de Finlandia, ambos con más de dos metros de altura. ¿Cómo logra jugar así?

“Siempre entró en la cancha con mucha alegría, salto, les hablo a mis compañeros, disfruto del juego de voleibol sin preocuparme por las cualidades del rival; yo salgo a contribuir con mi equipo y eso es lo esencial”, explica Jiménez.

“No prefiero un determinado pase, lo mismo le voy al balón por la zona dos que por la cuatro, solo que llevo el ataque compartido con Osmany Uriarte, quien remata a menudo por la cuatro y yo actuó generalmente desde la otra esquina del terreno. Por ser ligero a pesar de mis 1,98 metros de estatura, trabajo cómodo sobre bolas altas, les pego bien arriba, es la única manera de burlar a un bloqueo tan alto como el de los europeos”, sentenció.

ALGUNOS ELEMENTOS DEL JUEGO

En la formación de Cuba, con el 80% de sus voleibolistas novatos, el capitán Rolando Cepeda, Isbel Mesa y Keibel Gutiérrez, como más experimentados, han de asumir máximas responsabilidades. Este engranaje no funcionó según lo esperado.

La conciencia de colectivo debe prevalecer para inspirar a todos. Si esa divisa no funciona, Cuba no alcanzará el objetivo de avanzar en el Mundial, porque la unión engendra el compromiso de que cuando se entra en una racha adversa como la vista ante Finlandia (pasó de estar abajo 10-16 a liderar 19-17 el tercer set), alguno de los cubanos debe de tomar la iniciativa para halar a sus compañeros y salir del mal momento. Esa reacción no existió, lo que contribuyó a una baja en la moral conducente a la derrota.

Todos los elencos toman nota de las lagunas de sus rivales, por lo que el auxiliar Osmany Uriarte sabrá que, a tenor de sus fallas en la recepción, en lo adelante los adversarios lo molestarán con el servicio, para también anularlo a la ofensiva.

Hay que variar el juego apoyado en la velocidad de sus hombres y Cuba tiene condiciones para emplear más el ataque zaguero desde la posición seis, especialmente cuando Cepeda (zurdo) rota por la cuatro, desde donde se le dificulta rematar. Esa variante tampoco se explotó, el pase reiterado hacia Jiménez propició que los contrarios jugaran avisados para ubicar su bloqueo.

Este martes, en el entrenamiento, se vieron rostros recuperados del revés inicial. Es preciso continuar adelante, pues agua pasada no mueve molino.