Contrastes
En nuestra dirección del país los diputados tienen rostro; los conocemos, viven en nuestros barrios; nos compartimos la sal y el café, en un apartamento, por ejemplo, igual al mío. Nos alegramos juntos cuando nuestro equipo de pelota gana un partido; cuando organizamos un evento cultural; nos llamamos por teléfono y decimos donde hay que decirlo lo negativo inadmisible








