Tokio siente el latir del corazón olímpico que estuvo todo un año convaleciente tras la posposición, en el calendario anterior, de los XXXII Juegos. Cuando parecía languidecer, la capital japonesa y el Comité Olímpico Internacional (COI) lo mantuvieron con vida frente a la mortal COVID-19.
Y aunque la pandemia lo cambió todo e hizo que esta edición se transformara en pos de no prescindir de ella, los deportistas tienen la posibilidad de coronar el principal anhelo: una medalla bajo los cinco aros.
A propósito de ese encumbrado deseo, en esta ciudad competirán 205 representaciones nacionales, pero 71 de ellas jamás han pisado un podio de premiaciones. Si se aprieta la calculadora, estamos hablando del 35 % de la familia olímpica sin la sensación de ver a su bandera en los mástiles del reconocimiento.
Según el medallero histórico del COI, Albania, Andorra, Bosnia-Herzegovina, Liechtenstein, Malta, Mónaco y San Marino, son los países europeos sin preseas en estos escenarios. La lista de América es más amplia: Antigua y Barbuda, Aruba, Bolivia, Islas Vírgenes Británicas, Dominica, El Salvador, Honduras, San Cristóbal y Nieves, Nicaragua, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Islas Caimán y Belice.
Por Asia no se han estrenado en las ceremonias de premiaciones Bangladés, Birmania, Bután, Brunéi, Camboya, Laos, Maldivas, Nepal, Omán, Palestina, Timor Oriental, Turkmenistán y Yemen, y en Oceanía tampoco lo han hecho Samoa Americana, Islas Cook, Guam, Kiribati, Islas Marshall, Micronesia, Nauru, Palau, Papúa Nueva Guinea, Islas Salomón, Tuvalu y Vanuatu.
La lista más extensa sin un lauro olímpico es la de África, porque la historia de estos Juegos es muy parecida a la del mundo. Angola, Benín, Burkina Faso, Cabo Verde, República Centroafricana, Chad, Comoras, Congo, República Democrática del Congo, Guinea Ecuatorial, Gambia, Guinea, Guinea-Bissau, Lesoto, Liberia, Madagascar, Malawi, Mali, Mauritania, Ruanda, Santo Tomé y Príncipe, Seychelles, Sierra Leona, Somalia, Sudán del Sur y Suazilandia son las naciones que aún aspiran.
De los pabellones que han subido al podio, buscan en Tokio a su primer campeón olímpico: Malasia, Namibia, Filipinas, Moldavia, Islandia, Líbano, Sri Lanka, Tanzania, Catar, Ghana, Kirguizistán, Arabia Saudí, Haití, Níger, Zambia, Botsuana, Chipre, Gabón, Guatemala, Montenegro, Paraguay, Samoa, Senegal, Sudán, Tonga, Islas Vírgenes, Afganistán, Kuwait, Barbados, Bermuda, Yibuti, Eritrea, Guyana, Irak, Mauricio, Macedonia del Norte y Togo.
Pero las expectativas no acaban, pues entre los agraciados 20 primeros países más ganadores de premios, hay varios que persiguen aquí cifras redondas. Estados Unidos debe pasar las 1 060 doradas; Reino Unido sobrepasaría las 280 áureas y su sumatoria lo pondría por encima de 900; China quedaría por arriba de los 260 trofeos, con 600 en el total; Alemania espera rebasar la frontera de las 220 victorias, pero le será difícil las 230, y cerraría una sumatoria de más allá de 760; Francia arribará a 220 y en total 720; Italia a 210 con acumulado de 600; Rusia a 200 para sumar 500; y Australia a 160 para completar 500.
Cuba, única nación del tercer mundo en la veintena vanguardista, va a firmar su diadema 80, y ha de irse por arriba de las 230 de cualquier color, aunque no están lejos las 240.
En los Juegos Olímpicos, como en el océano, el pez grande se come al chiquito, pero hay pequeñines cuya onda es la de David, y a Goliat, entre asombro y resignación, no le queda más que respetarlos. (O.S.S.)