ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Malleta aporta sus experiencias como bateador a los nuevos industrialistas. Foto: Ricardo López Hevia

Antes de comenzar los terceros enfrentamientos de la II Liga Élite, que concluyeron el pasado sábado, la producción de jonrones estaba muy limitada, no alcanzaba la cifra de un vuelacercas por partido. Entonces, las conexiones elevadas (flies) eran de solo un 19 %.

Alexander Malleta, el máximo jonronero de los equipos de la capital en series nacionales, con 257, hoy entrenador de bateo de Industriales, nos dijo que «tenemos jugadores con excelentes físicos, con fuerza en sus muñecas, pero si no le hacen swing hacia arriba, el cuadrangular no llega».

En las últimas selecciones nacionales, ya con una gran deuda con la afición en cuanto a resultados destacados, ocurre algo muy similar, evidentemente como consecuencia de lo que se hace en casa. Pero el exinicialista se mostró confiado en que puede enmendarse esa deficiencia. «Lo principal lo tenemos, el talento, queda por nosotros, los entrenadores, explotar sus posibilidades, con una buena conducción de esos jóvenes».

Al concluir los cuartos enfrentamientos de la campaña, aun cuando los vuelacercas siguen a la baja, el porciento de las conexiones elevadas aumentó considerablemente, hasta un 32 %. Sin embargo, el promedio de cuadrangulares, aunque creció ligeramente, en estos momentos es de uno por encuentro, o lo que es lo mismo: con esa relación, uno de los dos contendientes de cada desafío se queda sin batazos de cuatro esquinas.

El dato se lee así: de las 2 633 conexiones hasta el pasado sábado, 858 son de elevados, y el 50 % es de roletazo, todavía un indicador muy alto. De línea han sido 457 (17 %).

Sobre los jonrones está siempre la duda de que si ellos salen o si el bateador los busca. Un catedrático en mandar pelotas sobre las cercas, como Antonio Muñoz, nos dijo en una ocasión: «No discrepo en el concepto de que salen, pero hay hombres en una alineación que tienen esa responsabilidad. Por ejemplo, yo la tenía, así que no podía esperar a que me salieran, yo iba a buscarlo, yo iba a home a pegarle para dar jonrón».

Con la aleccionadora reflexión del Gigante del Escambray, los 47 bambinazos de la Liga encuentran a tres de las seis escuadras por debajo de diez batazos de esas dimensiones. Santiago de Cuba y Sancti Spíritus tienen cinco cada uno, en 16 y 15 choques, respectivamente, es decir, que cada tres juegos mandan a volar a una Teammate fuera del parque. Matanzas es el tercero, con solo cuatro, en 15 salidas al terreno, casi un jonrón cada cuatro encuentros.

Los que tienen diez o más de diez son Las Tunas (12), Industriales (11) y Artemisa (10), en una lid en la que se conecta uno cada 65,7 veces al bate.

Hoy, justo cuando se inician las quintas subseries, con las que se llegaría a la mitad de la contienda, se enfrentan dos de los equipos con una decena o más de estacazos de vuelta completa. Industriales acogerá a Artemisa, y si bien ya no lo recibe como líder, pues está ahora a medio juego de Sancti Spíritus, sí lo espera como el elenco de mejor rendimiento en el pitcheo: puntero en carreras limpias por juego (3,49, único por debajo de 4,00); sus lanzadores son los que menos castigos reciben de los maderos adversarios (le promedian 240, único por debajo de 270) y es también primero en whip (1,36, único inferior a 1,40).

Los espirituanos, que se adjudicaron la primera barrida de la lid, frente a Santiago de Cuba, y que llevan cinco triunfos consecutivos, visitarán a los Cocodrilos de Matanzas. Las Tunas hospedará a las Avispas, que hace ocho fechas que no logran picar a nadie.

COMENTAR
  • Mostrar respeto a los criterios en sus comentarios.

  • No ofender, ni usar frases vulgares y/o palabras obscenas.

  • Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.