
Ya todos los equipos pasaron la mitad de su calendario al tener 37 o más partidos celebrados, y la temporada, a pesar de sus deslices en cuanto a calidad en el terreno, aporta aristas novedosas y otras historias más conocidas.
Matanzas, dueño de la cima, es el equipo de mejores indicadores. Segundo en promedio ofensivo (333), solo superado por Artemisa (340). En el pitcheo los contrarios le batean para 277, parámetro en el que es aventajado por los lanzadores de Industriales, los menos castigados (275). Es quinto, con 4,81, en carreras limpias permitidas por juego (PCL), detrás de Santiago de Cuba (3,78), Pinar del Río (4,75), Villa Clara (4,79) y Sancti Spíritus (4,90).
Sus pitchers son los que más ponchan (263), y son uno de los tres elencos que retiran por esa vía a más de 200. Los otros son Artemisa (223) y Camagüey (204). Sin embargo, han otorgado 166 boletos, únicamente cuatro equipos regalan más.
El whip de la serie, de 1,67, está muy deteriorado, y si el de los Cocodrilos es el tercero es porque han podido deprimir los maderos adversarios. Su defensa es la tercera de más calidad, con 972, en una campaña que sigue deficiente, por debajo de 970 (968).
Por cierto, en términos globales, el calendario, en el ecuador de su programa, vio cómo la ofensiva bajó de los 300, incluso ya no son ocho los elencos que compilan por encima de esa cifra, sino cinco. Aun así, el 297 sigue muy por arriba de los pitchers, quienes, aunque bajaron su pcl, continúan superior a cinco (5,29).
Lo de la Atenas de Cuba no es noticia. En los últimos 15 años ha permanecido dentro de la élite, habitando sempiternamente sus podios. En cambio, lo significativo de la primera manga lo escribieron cuatro equipos que no aparecieron entre los ocho punteros de la pasada edición: Artemisa, Santiago de Cuba, Holguín e Isla de la Juventud.
Los Cazadores, de la joven provincia, es lo más llamativo que estamos viviendo en los terrenos. Terminaron en el lugar 14 en el pasado clásico, y han permanecido, desde su aparición, hace más de diez años, en el último tramo de las tablas de posiciones. Hoy es segundo, con un bateo descomunal (líder en triples, con 15, y en dobles con 75, más cuarto en jonrones, con 24), que tiene a la escuadra de puntera en extrabases, en el estreno del exlanzador Yulieski González como timonel. Su defensa de 970 está por encima de la media, pero su talón de Aquiles es el pitcheo: 6,39 de pcl es pésimo, y de cara a una posible postemporada un hándicap.
A los santiagueros (terceros) les ha costado regresar a la altura de su historia. Ya pasaron la mitad en posición de privilegio. A su favor está el poderoso argumento de ser el único equipo por debajo de cuatro de pcl, 3,78, que, con una defensa de 970, lo apuntalan como el de mejores rendimientos en esos decisivos fundamentos del juego, básicos para cambiar el lugar 12 de la justa anterior.
Holguín (cuarto) hizo una galáctica carrera en la segunda mitad del pasado calendario, pero no le alcanzó para los play off. En este, ese despertar le llegó más temprano, y en el epílogo del primer tercio se trepó en la vanguardia. Isla de la Juventud, empatada con los Cachorros, tiene en su uniforme la onda martiana de David: parece chiquito, pero no les teme a los gigantes. Fue duodécima en la 61 Serie, y viene dispuesta a cambiar la imagen.
Granma e Industriales siguen fuera de sus órbitas. Los campeones defensores son últimos, a seis de la puerta de entrada a la postemporada. Su tarea en la segunda mitad tiene que ser casi perfecta, y que los ocho primeros se desplomen. Los Azules han mejorado, y están a cuatro del ámbito clasificatorio, mas requieren de una última parte por encima de 500 de average, lo cual no han logrado en lo que va de campaña.









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