En solo una semana que lleva Rey Vicente Anglada como director del equipo nacional que asumirá la campaña internacional de 2019, una ola de comentarios ha inundado el terreno de béisbol que es Cuba. Unos ven la decisión de las autoridades beisboleras como un acierto y otros piensan lo contrario. La unanimidad en pelota no existe y esa es una de las invaluables riquezas de este deporte en un país que respira bolas y strikes.
Este es un espacio de opinión, abierto por demás a la de los aficionados, y en consecuencia debemos expresar la nuestra. Nos contamos entre quienes piensan que fue atinada la designación, aunque como hemos dicho, somos del criterio de tener a Anglada o a cualquier otro solo en la altísima responsabilidad de cara al compromiso internacional.
Al mítico 36 de la pelota cubana le sobran atributos para ser el dueño de esa batuta, como también a muchos de los mentores cubanos activos hoy en las series nacionales. Su carácter, ejemplo, maneras de conducir el juego –muy similar a las que expresaba cuando era jugador activo– y el tratamiento a los peloteros, lo han erigido en un líder de la dirección y eso pesa mucho frente a una aspiración tan alta como la de colocar a Cuba en los Juegos Olímpicos de Tokio-2020.
Esa cota, hoy bien difícil de alcanzar, es el fin supremo y por eso el trabajo de anticipación en el orden directivo, lo cual también es una certera decisión. Pero creo que este objetivo táctico no debe distraer ni un ápice el estratégico. En un país beisbolero, hay que jugar pelota y ha de hacerse desde las categorías más pequeñas. No quiere decir que en la actualidad no existan campeonatos en edades tempranas. Están planificados y se celebran los nacionales Sub-12, Sub-15, Sub-18, pero sus calendarios son famélicos.
Se juega muy poco en la comunidad, mucho menos en la escuela, que ha de ser para la pelota y el deporte en general la institución más importante de su sistema, porque allí está el niño que puede convertirse en un Omar Linares, un Alfredo Despaigne o un Lázaro Blanco. Es cierto que el béisbol demanda recursos: nueve guantes, bates, pelotas, pero el tema es dónde los ubicamos para obtener la meta sagrada del movimiento deportivo cubano que es la participación, y como resultado de ella, la aparición del talento. Siempre hay que volver a aquel texto esencial del Comandante en Jefe Fidel Castro, en su reflexión Para el honor medalla de oro, el 24 de agosto de 2008, en la que convocaba: «Revisemos cada disciplina, cada recurso humano y material que dedicamos al deporte».
No es lo mismo un campeonato nacional Sub-12 con poco más de 12 partidos o un Sub-15 o Sub-18, con poco más de 30, que tener en municipios y provincias, con la escuela como centro, torneos de larga duración los fines de semana, situando allí los recursos, dándoles a esos jóvenes el rol de los héroes de la comunidad. Y en ese ambiente habría que insertar a los muchachos que están en el sistema de alto rendimiento, para que los captados por las eide o las espa vistan los uniformes de la comunidad que los promovió por sus cualidades.
La formación de un pelotero es un proceso constante de aprendizaje y tarda en lograrse, porque se adquiere en el juego y en las complejidades de este. Hay grandes estrellas, incluso en el béisbol rentado, que después de años se han enfrentado a una situación en un partido por primera vez y si no se tiene estudiado, si no se ha jugado mucho, queda sin respuesta.
Para Cuba la pelota no es un deporte más, es valor cultural tatuado en la identidad nacional, por eso requiere de una mirada holística y sistémica, no puede encerrarse en el mentor del equipo Cuba o en la selección nacional. Debe tener un andamiaje científico en el cual la información, tanto teórica como del arsenal con que cuenta, es vital y esta no podría existir si no se genera ese movimiento en la base; debe poseer procederes de la comunicación organizacional que la dote de ese flujo de información, tanto hacia la principal estructura de dirección como de esta hacia sus soportes iniciales.
Un buen espectáculo beisbolero pasaría por tenerlo presente en todo el país, porque cuando se materialice en los consejos populares o en los municipios, es decir en la tierra chica, de seguro tendríamos mejores Series Nacionales y el equipo Cuba sería mucho más competitivo.
COMENTAR
David dijo:
1
17 de marzo de 2019
23:08:34
Esteban dijo:
2
18 de marzo de 2019
01:03:16
ricardo dijo:
3
18 de marzo de 2019
02:51:26
rene martinez hernandez dijo:
4
18 de marzo de 2019
04:47:28
jose dijo:
5
18 de marzo de 2019
06:11:27
Pedro Rodriguez dijo:
6
18 de marzo de 2019
07:08:32
Eugenio Suárez dijo:
7
18 de marzo de 2019
07:17:49
Nolberto avila dijo:
8
18 de marzo de 2019
07:39:30
Reynerio Alvarez-Borroto dijo:
9
18 de marzo de 2019
07:52:20
Alejandro Chang Hernández dijo:
10
18 de marzo de 2019
08:06:58
GAR dijo:
11
18 de marzo de 2019
10:02:43
JFdez dijo:
12
18 de marzo de 2019
10:35:37
capirucho dijo:
13
18 de marzo de 2019
10:49:16
Nandy dijo:
14
18 de marzo de 2019
10:54:06
Y6 dijo:
15
18 de marzo de 2019
12:12:19
rodolfo dijo:
16
18 de marzo de 2019
13:18:33
loriet dijo:
17
18 de marzo de 2019
13:37:03
Tunero tunero dijo:
18
18 de marzo de 2019
14:19:44
Mario Rivera Peña dijo:
19
18 de marzo de 2019
14:56:28
Armando Rafael dijo:
20
18 de marzo de 2019
15:16:11
Responder comentario