La pelota se ve desde el pueblo

PINAR DEL RÍO.–Tenía una deuda con el Capitán San Luis, el estadio de Casanova, Lazo, Urquiola, Juan Castro, de Donald y de Saavedra. Siempre quise ver un partido parado en la lomita del jardín izquierdo, esa donde los pinareños no quieren que le construyan una grada. Desde allí la pelota se ve desde el pueblo.

Antes de iniciar el choque, el béisbol late en aquel promontorio. Un debate con la pasión como argumento, alejado de criterios especializados o frías estadísticas, pero lleno de anécdotas y del gracejo popular, compara a Casanova con Víctor Mesa, a Anglada con Urquiola, a Germán Mesa y Giraldo González, Juan Castro y Ariel Pestano. Se fueron años atrás porque desde esa lomita veían el juego de las estrellas veteranas de nuestras Series Nacionales.

Desde la privilegiada altura se vieron más emocionantes los abrazos entre varios de los comparados, arropados también en sus propias historias y unidos por este deporte que cala en las entrañas de la nacionalidad cubana. Ellos, los que viven en ese firmamento, la definieron en palabras que una vez le escuché a Anglada: «la pelota es más grande que todos nosotros».

Ernesto Amaya, Evely Corbillón, Angélica Arce, Diosdenis Maso, Andy Luis, Camilo Pérez, Glenda Torres, Aliet Arzola, ni fueron estrellas en el terreno ni lo serán, pero preñados de talento periodístico se vieron desde la misma lomita haciendo crecer a ese béisbol. La nueva generación de informadores, cámaras y grabadoras mediante, conectan aquel luminoso pasado con el necesario impulso que necesita el presente en pos de que la pelota siga siendo el jonrón que queremos todos.

Pinar del Río recibió a Cuba este fin de semana, como lo hizo el 26 de julio pasado, el 28 de septiembre o igual que se hace sentir con sus jóvenes 150 años, porque alojó a la pelota, que es todo eso también. Ella es símbolo de independencia, de pueblo, rasgo indispensable de nuestra cultura. Por eso el teatro Milanés se hinchó de orgullo con tanto arte, el de los peloteros y los directores tomando refuerzos para una mejor serie en la segunda parte, ya el próximo jueves, y el de otros dos eximios vueltabajeros, Kike Quiñones y Mayito Rivera, con los muchachos de Sonando en Cuba.

Artemisa se hizo noticia; Industriales y Pinar del Río parecen robarse el show en las batutas directrices de Víctor y Lazo; Figueroa, en Matanzas, nos dijo «estaremos entre los cuatro finalistas»; Martí, sin estridencia vuelve a estar y en calidad de peligroso; y los tuneros de Pablo Civil «siguen echándole leña al fuego». Todo eso, con vistosos uniformes, por demás de alta calidad y con los estadios que tienen que vestirse de lujo para el aplauso, viviremos hasta enero, desde la lomita del Capitán San Luis, donde Alarcón sembró un campo de pelota en el Derby de jonrones, continuará el juego para seguir viendo en los nuevos héroes del diamante a hombres como el pinareño Fernando Hernández,  con su número 9, porque las estrellas viven allí, delante de su pueblo.