La 58 edición de la Serie del Caribe todavía no termina para los Tigres de Ciego de Ávila, que finalmente fueron los "Escogidos" ante los Leones dominicanos en un duelo de vida o muerte. Al final, la pobre oportunidad con hombres en circulación previa la borró con un swing José Adolis García en el inning 11, para cerrar una gran victoria cubana.
Y conviene en este caso hablar del epílogo de la historia, porque José Adolis había tenido su peor partido en la Serie del Caribe, con tres ponches en la boleta de anotaciones. Pero en extrainnings vino después del cubo de agua fría que supusieron los estrucados a Lourdes Y. Gurriel y Ariel Borrero con bases llenas, y no dudó en mover temprano su bate.
Ante el mismísimo Rafael Soriano, hombre con más de 200 rescates en Grandes Ligas, hombre que triunfó bajo los focos de Nueva York en el mítico Yankee Stadium, despachó una soberbia línea al central que impulsó dos, para silenciar el Estadio Quisqueya Juan Marichal. El talentoso patrullero revivió aquella tarde de julio pasado, cuando también se vistió de héroe con cuadrangular ante Puerto Rico para darle el bronce a Cuba en los Panamericanos de Toronto.
Fue, de largo, la mejor presentación de los avileños en suelo dominicano, y vale para eliminar a la escuadra local y meterse, por los pelos, (victoria de 4-2) en semifinales. La derrota provocó el desconsuelo de la fanaticada de los Leones, que abandonó las gradas con largo semblante.
El duelo resultó la antítesis absoluta de los desafíos anteriores de Cuba, en primer lugar porque salieron delante en el marcador, algo que no había sucedido en ningún otro momento del torneo. Doble de Yeniet Pérez con Alfredo Despaigne en circulación abrió las puertas del plato a la anotación de la Mayor de las Antillas.
Sin embargo, en ese mismo segundo episodio los Leones atacaron los veloces envíos de Vladimir García, víctima, sobre todo, de su testarudez. Hace mucho tiempo no veía tan bien al derecho de Morón, pero su empeño en utilizar una y otra vez sus pitcheos rápidos lo condenaron.
Con dos hombres en circulación y el máscara Wilkin Castillo en el plato, Vladimir se enfrascó en una lucha de rectas (todas entre 93 y 94 millas), y el zurdo dominicano, apoyado en su experiencia de 12 años en el béisbol profesional, empujó uno de esos truenos por la banda izquierda para remolcar dos carreras con doble.
Ese fue el momento crítico del lanzador cubano, en el cual agachó la cabeza, se analizó y determinó que necesitaba un punto de giro a fin de no pasar a la historia, una vez más, como el hombre que no tiene madera en los grandes partidos.
Y el cambio llegó. Vladimir se redimió después de tantos tropiezos, algunos más embarazosos que otros. Era imprescindible para él. Con cada lanzamiento sumó una nueva experiencia, y sin tozudez avanzó y avanzó, combinando sus rectas de hasta 95 millas con una slider rompiente.
Solo 93 lanzamientos y cinco entradas después salió del montículo, auxiliado por sus compañeros debido a una lesión en su pierna derecha tras una muy mala caída. Afortunadamente, el relevo de Miguel Lahera resultó ejemplar, amparado también en rectas encaramadas en las 93 millas.
Ese pitcheo efectivo sirvió de motivación para igualar las acciones en el octavo, con triple del emergente Stayler Hernández, un enorme batazo por el bosque derecho que a punto estuvo de convertirse en el primer jonrón cubano de la Serie. Inmediatamente, Yulieski Gurriel, involucrado y asumiendo sus responsabilidades como tercer madero, empujó su primera carrera de la lid con largo elevado al bosque izquierdo.
En el cierre, también a golpe de puro drama por boletos de Lahera y un desconcentrado Yennier Cano, nuevamente José Ángel García sacó los últimos outs con el empate a 180 pies del plato. El aplomo del relevista de Guanajay representa, por enésima ocasión, un bofetón a quienes no lo tuvieron en cuenta en años anteriores para las selecciones nacionales.
Ahora viene otro reto para los Tigres avileños, quienes afrontarán la semifinal contra los Venados de Mazatlán. La prueba será muy dura, por lo que conviene, y mucho, aprender de los errores vistos hasta el momento y jugar con sangre fría, enfocándose cada cual en su misión durante los pequeños momentos del partido.
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Arturo dijo:
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6 de febrero de 2016
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Rafael Rodriguez dijo:
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yoel aguila cruz dijo:
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cubano-cubano dijo:
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Pancholo dijo:
13
6 de febrero de 2016
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Roger Yendry dijo:
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6 de febrero de 2016
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