LIMA. — Al momento en que usted lea el presente trabajo ya se habrá conocido la suerte de los primeros cinco boxeadores cubanos, quienes subieron al ring este jueves en busca de las medallas de oro en los Juegos Panamericanos Lima 2019.
Para este viernes tocaría el turno a los restantes cuatro discípulos del entrenador Rolando Acebal, colectivo que busca superar lo alcanzado cuatro años atrás en Toronto 2015, donde se lograron seis fajas doradas y cuatro plateadas.
El primero de los caribeños que escalará el cuadrilátero para agregar, muy probablemente, la cuarta o quinta diadema de oro del boxeo a la comitiva cubana, será el mayabequense Osvel Caballero, en los 56 kg. El peso gallo ya superó a su principal oponente en la categoría, el colombiano Ceiber Ávila. Ahora en finales queda otro hueso duro como lo es el estadounidense Duke Ragan, hombre con un buen recorrido internacional con su país en el último par de años, por lo que se puede esperar una pelea pareja con desenlace en el tercer asalto.
Varios periodistas internacionales han comentado a los colegas cubanos que cubren esta disciplina las excelentes condiciones físicas y técnicas que presenta como boxeador Andy Cruz (64 kg). Cada uno relata al detalle sus capacidad de golpeo y su excelente movilidad para abrir la defensa del contrario. El matancero irá frente al estadounidense, Keyshawn Davis, y no debe tener problemas para alcanzar su segunda faja panamericana. Verdaderamente no se ve como pueda caer el cubano, ya que muestra un trabajo demoledor sobre el ring.
Otro cubano que tiene en mente su segundo título continental es Arlen López, en los 75 kg. El guantanamero recibirá al brasileño Hebert Carvalho, un contrincante que no es un desconocido, por lo que el cubano deberá tomar sus precauciones y llevar la iniciativa en todo momento.
La posible última medalla de oro la debe conseguir Erislandy Savón en 91 kg. Si se analiza a su adversario, el ecuatoriano Julio Castillo, no se puede señalar otra cosa que no sea un triunfo para el hombre del Guaso. Savón necesita evitar caer en los amarres y empujones del sudamericano. Si boxea apegado al plan técnico de los entrenadores sumará una faja dorada.
Las posibilidades de alcanzar siete preseas doradas para Cuba son factibles. Hablamos de hombres con talento y horas suficientes para cumplir el objetivo. Llegar a una octava o novena corona no es descartable por muy difícil que parezca. Cada púgil cubano tiene ejecutar de primero los golpes, llevar la iniciativa y abortar con desplazamientos los ataques rivales, la pasividad y el poco intercambio puede pasar factura en una pelea deslucida.
Se hace importante que cada uno de los protagonistas por nuestro país salga al coliseo Miguel Grau, lleno de confianza, sin presión y disfrute su trabajo durante los tres asaltos.
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