ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Foto: Ricardo López Hevia

Sé que estas palabras se moverán a contracorriente, que el consenso que existe no respalda mi fe. Pero los consensos no son verdades, se construyen. A veces, expresan realidades; a veces, las producen. Un lento y arduo proceso de construcción ha convencido a muchos de la superioridad del profesionalismo (que no es igual a profesionalidad) en el deporte, sobre el ya casi extinto ideal del amateurismo. Y ese convencimiento –sobre el que pesan mitos, argumentos y deserciones bien remuneradas: toda una estrategia de imposición persuasiva–, ha disminuido nuestra autoestima en el deporte nacional. El más reciente Clásico Mundial –no por la ubicación conseguida en él, sino por las sucesivas derrotas que sufrió nuestro equipo en la segunda etapa, la última por nocaut– ha sido, para decirlo en términos beisboleros, el puntillazo. Algunos han dicho, supongo que sin alegría, «al fin podemos apreciar el nivel real del béisbol cubano».

No estoy de acuerdo con esa frase. Mi posición no pretende que se ignoren deficiencias y carencias actuales –organizativas, técnicas, incluso conceptuales– que sin duda afectan a nuestro deporte nacional, desde sus bases hasta el nivel superior. Durante décadas sostuvimos una Serie Nacional de alta calidad, a pesar de que el número de equipos y peloteros involucrados no se correspondía con la cantidad de habitantes en el país; en realidad, tampoco se «corresponde» la cantidad de médicos, de científicos o de bailarines clásicos, para solo citar tres ejemplos, pero de eso se trata cuando se habla de Revolución. Ello no significa que hoy, ante circunstancias nuevas, no podamos reestructurar la Serie y disminuir la cantidad de equipos contendientes ­–aunque esa no es la solución real–, para mantener la calidad.

Pero sobre estos y muchos otros temas, ya se ha escrito.

Quiero exponer mis criterios personales sobre aquellos tópicos que sobrepasan lo estrictamente deportivo, y que sin embargo lo condicionan. Porque la derrota transitoria del sistema deportivo socialista –que el atleta de alto rendimiento sea un profesional no significa que aceptemos gustosamente las reglas del profesionalismo; el socialismo no puede prescindir del mercado, pero se opone por esencia al mercantilismo en el arte y en el deporte–, es una de las consecuencias naturales de la derrota transitoria del ideal socialista. Dejaron de existir los escenarios internacionales de prestigio para el deporte amateur, y la guerra en torno al deporte cubano, y al béisbol –que es parte de la identidad nacional, de la autoestima que la Revolución sembró en el pueblo–, se intensifica.
 
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La desaparición del llamado «sistema socialista» tuvo un efecto económico devastador en el país, y sin dudas, también, en el deporte cubano. Sin embargo, ninguno de los tres primeros Clásicos logró demostrar la inferioridad del béisbol nacional. Recuerdo que en días previos al I Clásico, los medios contrarrevolucionarios auguraban la más rotunda derrota de Cuba y la politizaban. En una publicación en Internet que supuestamente abogaba por el reencuentro entre cubanos, se afirmaba:

«El Clásico Mundial de Béisbol (CMB) dará la posibilidad, de una vez y por todas, de comprobar cuál es el nivel real del béisbol cubano. […] Alejada del mejor béisbol del mundo por casi cinco décadas, Cuba competirá con una presión adicional. El equipo de la Isla no puede darse el lujo de una derrota aparatosa, pues se derrumbaría toda la propaganda montada durante tantos años. El béisbol ha sido el principal baluarte de una política propagandística dirigida a demostrar la superioridad del sistema deportivo cubano […].»

Algún comentarista llegó a decir que si Cuba no llegaba a la discusión de la medalla de oro, se evidenciaría «el fracaso del sistema deportivo revolucionario». Era tal el deseo de que el equipo cubano naufragara, que ese mismo medio, en un editorial de la redacción, estalló de alegría cuando caímos en el primer juego frente a Puerto Rico –con marcador similar a la reciente derrota frente a Holanda, por cierto–, y se apresuró en la organización del entierro:

«El marcador, 12 x 2, refleja la derrota más abultada del equipo cubano desde que el régimen de Fidel Castro decidiera darle la espalda al mundo profesional del béisbol. (…) Fuera de la burbuja propagandística del castrismo, el equipo nacional se vio desamparado y sin respuesta ante una novena que le arrolló en todos los ámbitos del juego. Tras más de cuatro décadas de politización de la vida cubana en general, y en especial del deporte y del béisbol, se hace muy difícil para los aficionados obviar tras el partido un enfoque desde esta perspectiva. Y lo que acaba de pasar, impensable en un año como 1959, dice mucho de la situación actual del país».

¿Quién politiza qué? El mercado politiza todo lo que toca, a favor del capitalismo por supuesto. La verdadera despolitización del deporte es su no mercantilización. No se trata de una discusión técnica o de preferencias organizativas; la sola posibilidad de que un país pobre, con políticas masivas y gratuitas de atención al deporte y a la educación física pueda producir peloteros del nivel de aquellos que devengan millones en un negocio extraordinariamente lucrativo, es inadmisible para los que ostentan el poder global. Una periodista de origen cubano escribía el 27 de marzo del 2006 en El Nuevo Herald, al finalizar el I Clásico:

«Aunque puse cara de póker durante las dos semanas que duró el torneo, hacia el final, en vísperas del juego definitivo entre Japón y Cuba, me hicieron la pregunta inevitable: ¿quién quieres que gane? Y les contesté la respuesta, para mí, inevitable: en todos y cada uno de los partidos he deseado fervientemente que Cuba perdiera».

Sin embargo, cuando se obtuvo el subcampeonato frente a Japón, ningún medio, ni siquiera los nuestros –hay que confesar que, acostumbrados a ganar, nos sentimos insatisfechos con ese segundo lugar– invirtió los términos de la apuesta y exclamó: ¡Cuba ha demostrado tener un sistema deportivo superior! Ninguno de los tres primeros Clásicos, por otra parte, reivindicó la real calidad del equipo estadounidense, pero la prensa de aquel país no habló de crisis (no tenía por qué) en el béisbol de los Estados Unidos.

Foto: Ricardo López Hevia

Durante el II Clásico, los vaticinios de la contra fueron más cautelosos. Entonces empezó el largo recuento de las glorias deportivas que tuvo Cuba antes de 1959, para fijar la idea de que los triunfos en la pelota nada debían a la Revolución. Es algo que se repite, el deseo genuino por rescatar la historia acaba siendo manipulado: hubo cine antes de 1959, pero la Revolución unió arte e industria y desarrolló lo impensable, un cine nacional; hubo una Alicia Alonso antes de 1959, pero la Escuela Cubana de Ballet es hija de la Revolución; hubo médicos brillantes en las primeras décadas del siglo XX, pero nunca antes el país alcanzó cifras tan bajas de mortalidad infantil ni soñó con tener el más alto índice de médicos por habitante del planeta, entre otros ejemplos. Quiero citar las palabras de un reconocido estudioso del béisbol cubano, el estadounidense Peter C. Bjarkman, coautor de los libros Smoke: the romance and lore of cuban baseball (1999) y A History of Cuban Baseball, 1864-2007 (2da. edición, 2014), en una entrevista concedida al bloguero Reynaldo Cruz:

«La Era Dorada del Béisbol [en Cuba] está en las últimas décadas y no con la limitada liga invernal profesional de La Habana en la primera mitad del siglo XX. ¿Por qué? (…) Uno no podía imaginar a las principales estrellas cubanas en los años 50 compitiendo contra los mejores de las Grandes Ligas como lo hicieron Cepeda, Paret y compañía en el primer Clásico en el 2006. Incluso con las trabas políticas, Cuba envió más nuevos jugadores a las Grandes Ligas (nueve) este año [2014] que en cualquier temporada precedente en la historia. Los peloteros cubanos (y por tanto el béisbol cubano como un todo) son mucho, mucho mejores en las dos últimas décadas que antes de 1960. También la Cuba posrevolucionaria tiene ahora una liga verdaderamente a escala nacional, mientras el béisbol profesional en la Isla antes de Fidel estaba mayormente restringido a solo cuatro equipos en la ciudad de La Habana (y más de la mitad de los jugadores en esa vieja liga invernal eran realmente norteamericanos y no cubanos de nacimiento)».

Es curioso que Bjarkman sostenga su polémico criterio –llega a decir: «Creo que los jugadores en Cuba durante los últimos diez años son los mejores»– sobre la base del exitoso comportamiento de los peloteros cubanos contra sus similares de Grandes Ligas, en sus encuentros correspondientes al Clásico y en sus inserciones posteriores en ese circuito profesional, ya que ese es el patrón de medida impuesto, y subestime a las figuras de las décadas del 70, 80 y 90.

Lo cierto es que más allá de hasta dónde avanzaron los equipos nacionales en los primeros tres Clásicos –en cada uno de ellos, la escuadra nacional era «evaluada» como inferior a sus rivales de la Gran Carpa e incluso, de otras ligas profesionales, aunque se le exigía el triunfo inobjetable, lo que creaba en sus integrantes un estado sicológico adverso que se unía al acoso político y de los cazatalentos–, la presencia cubana dejó una huella positiva. De hecho, muchos de los integrantes del equipo nacional que desertaron y se incorporaron al circuito de Grandes Ligas, brillaron también en sus filas –y hubo quienes no desertaron (los Lazo, Cepeda, Vera, Despaigne, etc.) y eran superiores a muchos de los que tuvieron éxito en aquella «otra pelota»–, lo que desmiente la aseveración de que no eran peloteros de ese nivel.

Previo al IV Clásico, un sitio anticubano, sabedor de que la mayoría de nuestros representantes en las primeras ediciones ya jugaban en otros países, difundió algunas estadísticas sorprendentes: el bateador de mejores números y el pitcher de mejor desempeño en la historia de esos eventos, pertenecían al vilipendiado equipo Cuba. Del primero, Frederich Cepeda –que prefirió vivir y jugar en Cuba–, decía: «entre los 541 bateadores que se han parado en el plato desde el 2006, lidera categorías tan importantes como las de carreras anotadas (17), hits (31), extra bases (15), dobles (8), jonrones (6) y empujadas (23)», y añadía: «En las primeras tres ediciones, Cuba ha dejado los mejores dividendos en promedio (único equipo que compila para 310, con 30 jonrones y 69 extra bases)».

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Foto: Ricardo López Hevia

Un artículo publicado el 19 de octubre del 2016 en El Nuevo Herald era titulado con cínica satisfacción: El béisbol se hunde en Cuba, pero sus peloteros brillan en las Grandes Ligas. Es poco serio discutir sobre la real o supuesta merma de calidad en las Series Nacionales y en los equipos cubanos, si no mencionamos el continuado desangramiento que producen las deserciones (el robo) de peloteros consagrados y de talentos en desarrollo. Tampoco es posible ignorar las consecuencias de la debacle económica de los años noventa. La pregunta es: ¿funcionaba o no el sistema deportivo revolucionario?, ¿producía o no peloteros y equipos de primer nivel mundial?, ¿era o no una inobjetable conquista el quinto lugar que alcanzamos en las Olimpiadas de Barcelona? La respuestas a estas preguntas son vitales, porque la intención de nuestros adversarios históricos es pasarle la factura al socialismo del «estado actual» del deporte cubano. Con los peloteros que abandonaron el país y hoy son estrellas en diferentes organizaciones del béisbol profesional –me refiero a los formados por el sistema cubano, algunos de ellos, exmiembros de nuestro equipo nacional, por mucho que quiera atribuírsele a los compradores el haber limado posibles deficiencias– podrían confeccionarse varios equipos de nivel mundial.

Lo que nadie dice es que el bloqueo estadounidense obliga a los peloteros cubanos que se insertan en Grandes Ligas a vivir fuera de la Isla, y los estimula a hacerse pasar por opositores al sistema (aunque no todos acepten ese papel).

Tampoco suele mencionarse un elemento moral que atañe a quienes deciden, incluso en esas condiciones, abandonar el país y el equipo nacional –en la sociedad que queremos construir, el mercado tiene que ser confrontado por la moral–: esos peloteros aceptan la oferta de un sistema que intenta desangrar a su Patria, porque quieren alcanzar una gloria personal, material o deportiva, que no puede esperar –el tiempo deportivo es corto– a un contrato digno. El monto del dinero recibido no los dispensa de la indignidad.

Mi punto es este: aún cuando ese dinero que la MLB desembolsa –haciéndose cómplice de la trata de personas– tenga en parte motivaciones políticas, también pone de manifiesto la calidad de los peloteros cubanos. Los estadounidenses saben unir política (o más certeramente, guerra) y negocios. Calidad que se extiende a los cubanos que ahora integran equipos españoles, mexicanos, boricuas, venezolanos y asiáticos, exjugadores de series nacionales que nunca clasificaron o sí, para el equipo del país. Entonces, ¿cómo es que, a pesar de esa continua sangría, el equipo Cuba –sin un solo pelotero no nacido en su territorio, sin uno solo proveniente de las Grandes Ligas, sin un solo integrante formado en otra escuela que no sea la propia– logra recomponerse año tras año? Más aún, ¿por qué se habla de crisis de la pelota cubana, si cada año la escuela nacional aporta, de la peor manera, nuevas estrellas o prospectos a la Gran Carpa? ¿Por qué no se habla de crisis en la pelota caribeña, si sus series nacionales son cada vez más breves y con menos equipos, y en ella son indispensables los talentos extranjeros?

Hay que cambiar dinámicas en el béisbol nacional, empezar otra vez, cuesta arriba, con los más noveles, con los que no nos abandonaron –la guerra en torno a los símbolos nacionales, incluye a la pelota–, pero para eso todos tenemos que cambiar, incluso nosotros, los aficionados. Si perdemos la autoestima como afición, si dejamos de creer en los que salen al terreno a entregarnos lo mejor de sí, si el lugar de prestigio deja de ser el Latinoamericano, el Guillermón Moncada, el Sandino o el Capitán San Luis y pasa a ser el Yankee Stadium, los peloteros jóvenes no tendrán opción. En este sentido, Alfredo Despaigne hace un invaluable aporte: ha transitado por los mecanismos que la Comisión Nacional ha abierto en Japón y cada dólar suyo –salud, educación para los hijos, casa propia– se triplica para su provecho en Cuba. Vive y disfruta su Patria, y al dinero que gana une el amor, la veneración de su pueblo.

Sí, el mundo ha cambiado. Hay que adaptarse a las nuevas condiciones. Eso no significa que dejemos a un lado los principios del amateurismo. El mundo ha cambiado, pero nosotros no hemos renunciado a construir una sociedad socialista. El retorno de Cuba a los escenarios del profesionalismo, que ya son todos, no es una victoria. Es una derrota la conversión de las Olimpiadas en bazares inescrupulosos, en los que todo se vende, se publicita y se compra. Es una derrota –que la Humanidad subsanará algún día– la desaparición del espíritu amateur en el mundo. Escuché apostillar a un comentarista que alababa el regreso de Cuba a la Serie del Caribe que de ella «nunca debimos haber salido», y a otro que enfatizaba que de aquel evento nunca quisimos irnos, sino que nos echaron: no, queridos lectores, abandonamos con toda lucidez la senda del profesionalismo (probablemente nos echaron, pero igual ya nos íbamos), y esa fue una decisión sabia –«el triunfo de la pelota libre sobre la esclava», en palabras de Fidel– que hoy, con pesar, no podemos mantener. Lo que a partir de entonces denominamos amateurismo fue el esfuerzo del socialismo histórico por rescatar el deporte de las trampas del mercantilismo.

Nuestros peloteros, claro que son profesionales, eso lo he dicho en otras ocasiones, y deben ser remunerados en correspondencia con su rendimiento –el país necesita extirpar los falsos y dañinos igualitarismos–, pero siempre han jugado con espíritu amateur, y eso nos hace superiores. Conservar ese espíritu, en las aguas turbulentas del profesionalismo, es un reto que debe afrontar el deporte cubano. Aprendamos de los otros sin disminuirnos, sin que la descripción de un juego se convierta en el catálogo de los aciertos del contrario y el azote y la desconfianza evidente en la fuerza de los propios. Revisemos y reparemos las deficiencias, con la convicción de que el béisbol cubano no es inferior al de nuestros vecinos. Nadie duda de que en las Grandes Ligas, donde se reúne el talento mundial usurpado a fuerza de dinero, se juega un béisbol de alta calidad. Pero ellos, sus promotores, no dudan de que en una pequeña isla del Caribe, sin dinero, con la voluntad política de un Estado revolucionario, se producen peloteros espectaculares. ¿Lo dudamos nosotros?

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Jose R Garcia dijo:

1

12 de mayo de 2017

06:29:57


Comparto prácticamente con los criterios emitidos por Ubieta ,hay que ser mas creativos y tomar decisiones , crear mecanismos de ser necesario, utilizar los existentes , como el de Despaigne por Ej. pero es evidente que existe toda una campaña para desacreditar el estado de nuestro deporte nacional, poco falta para declarar héroes a los deportistas que emigran, que efectivamente siguen siendo cubanos , y tal vez sea correcto permitir que jueguen con el equipo Cuba algún dia, pero evidentemente esa no tiene que ser la solución. Resulta evidente que las instituciones que se ocupan del béisbol presentan problemas , algo hay que no funciona bien, desde la demora en la designación de un manager , hasta la selección de peloteros para integrar un equipo o la toma de medidas para garantizar la disciplina. Si tienen estos problemas como van a ser capaces de decidir , o hacer propuestas audaces para aprobar un nuevo sistema en nuestras series . No soy especialista deportivo, solo un simple aficionado, pero me duele que cada vez exalten mas a los deportistas que desertan, que nos roben nuestros talentos con total desfachatez. Y esta sumamente claro que detrás de todo esta no solamente la situación economica , sino , sobre todo , el ataque a nuestro sistema social al cual pretenden demostrar que no es capaz de sobrevivir. No podemos olvidar nunca , lo que dijo nuestro comandante invicto, " hay que cambiar todo lo que debe ser cambiado". Que se reúnan, analicen, discutan , que le den participación a todos los implicados en el tema y tomen decisiones. No olvidar que nos están atacando en algo que le duele y siente todo nuestro pueblo. Gracias

Jesús López Martínez dijo:

2

12 de mayo de 2017

08:14:10


!Qué bueno que alguien como Ud. aborda el tema y de esta forma! El imperialismo siempre ha tenido clara la importancia del deporte y en especial el beisbol para los cubanos y ha tratado de imponernos sus reglas, no por gusto Radio y TV Martí llevan años trasmitiendo la pelota de Grandes Ligas. Este trabajo suyo sería muy bueno que se discutiera por los trabajadroes de todas las redacciones deportivas del país. La mayoría de los periodistas deportivos cubanos son los que han llegado a convencer al pueblo que nuestro deporte es un desastre y en espcial el beisbol. Durante las trasmisiones del Clasico opté por verlas sin el audio del TV, porque a los pocos minutos de comenzar el juego Modesto y Rodolfo ya me habían convencido que nuestro equipo era el peor y que iba a perder. Caundo desapareció el profesionalismo nuestras primeras series nacionales eran más malas que aquella pelota, pero los Eddy, los Rubén, los Salamanca, etc. nos enesñaron a amar aquella pelota y a sus peloteros. Antes de salir el equipo para la competencia nuesros periodistas pronunciaban una frase lapidaria: Es el mejor euipo que podemos hacer en estos momentos.... Siempre hemos llevado el mejor equipo que hemos podido hacer, entonces por qué esa frase. Si nuestra pelota está tan en crisis, ¿por qué hay tantos cubanos en Grandes Ligas? ¿Los enseñaron allí en seis meses? ¿Por qué se van muchos peloteros y siempre a la hora de hacer el equipo Cuba se quedan gente fuera que pensamos que podían hacer el equipo? !Ah! !Que decir del poco respeto a nuestros técnicos! A raíz del Clásico varios periodistas hablaron de traer técnicos extranjeros a Cuba, no dudo que se pudiera intercambiar porque nadie tiene la verdad absoluta, pero se dijo como si nuestros técnicos fueran "indios con levita". En los juegos que ponen por TV he visto, entre los Yankees y el Boston, a un corredor en tercera base irse para home con un rolling al cuadro y esperarlo en home. Los comentaristas cubanos ni hablaron de eso, si llega a ser en la Serie Nacional habrían dicho: eso es elemental, no se pude llegar con errores tácticos a la Seire Nacional. Si queremos que nuestro deporte mejore, lo primero que debe cambiar es el enfoque que se hace en los medios del deporte cubano, en estos momnetos los peridoistas de ese sector son los primeros aliados que tiene el imperialismo para tratar de acabar con la cubanía.

Enrique Martínez dijo:

3

12 de mayo de 2017

08:42:45


"Peloteros espectaculares" en un artículo espectacular. Muchas gracias.

Osquel dijo:

4

12 de mayo de 2017

09:05:15


Lo unico que deseo es que su artículo viaje a los más recónditos lugares de los que leen sobre béisbol para refrescar miles, tal vez millones de mentes, gracias por su excelente escrito.

Jorge dijo:

5

12 de mayo de 2017

09:58:05


Estimado Ubieta: Lo respeto por los artículos y comentarios que ha publicado. Sobre este, quiero decirle algunas opiniones que tengo: - Que nuestro béisbol "ha bajado" en calidad, no sé, antes jugábamos con amateurs y ahora con profesionales, no sé si antes hubiéramos ganado tantos Campeonatos Mundiales de jugar siempre con profesionales. Es una especulación. Lo que sí es un hecho (demostrado con los resultados) es que HOY (y hace unos años ya) nuestro béisbol no está a la altura de los mejores del mundo. Lo digo porque en el último párrafo Usted afirma que nuestro béisbol "no es inferior" al de nuestros vecinos. ¿Y por qué perdemos tanto con nuestros vecinos? - Me alegra que Usted haga un llamado a desterrar falsos igualitarismos y a aprender de nuestras deficiencias. No quiero llamarlo una "deficiencia", pero sí una lección: cuando empezó el Período Especial, la TV trasmitía comerciales en los eventos deportivos y eso ayudaba a financiar esas trasmisiones. Un día, alguien ponchó el comercial en el momento del himno nacional y botamos el sofá. No solo en la TV, eliminamos también las grandes vallas que anunciaban determinados productos y servicios. ¿Dejamos de ser menos socialistas por tener anuncios comerciales? No, la decisión no fue porque afectaba el socialismo, sino para responder el error (imperdonable) de alguien. Era mejor despedir a ese "alguien" y mantener una estrategia que permitía financiamiento que no teníamos ni tenemos. Le hago esta historia, para llegar al punto: ¿Por qué no puede haber sponsors en nuestros atletas y en especial, nuestros peloteros. ¿No decimos en todos lados que el béisbol es nuestro deporte nacional? ¿Y no decimos también que no tenemos dinero para ponerlo al nivel decoroso que debe estar, si tiene esa categoría?. ¿Qué afecta que un deportista cubano tenga en su camiseta e incluso, haga un comercial de una firma o una marca? ¿Acaso en la Liga del Diamante no los obligan a ponérselos? ¿Acaso los deportistas extranjeros reniegan de su bandera cuando ganan alguna medalla? Y ellos basan toda su preparación en patrocinadores que les financian sus entrenamientos y competencias. ¿Y los deportistas cubanos que ahora están contratados oficialmente en el extranjero, reniegan de su Patria? Y esos, se insertan en ese mundo de la propaganda comercial. Entonces, estimado Ubieta. Podemos decir que no es una "deficiencia", llamémosle adecuación a las nuevas cincunstancias. Pero, si no hay dinero y no queremos seguir pasando pena por las derrotas de nuestro béisbol, vamos a adecuar nuestros métodos a las nuevas circunstancias y desterremos también este tabú. Con reglas, todos los Estados las ponen. Pero, es un tabú (que como ya he explicado, hasta los nuestros lo hacen cada vez más frecuentes y siguen siendo tan cubanos como los demás). ¿Por qué entonces no aplicar nosotros el método del patrocinador y lograr mejores condiciones y resultados para nuestros deportistas? Gracias.

Enrique Martínez Respondió:


12 de mayo de 2017

13:45:55

Estimado Jorge, usted plantea. "Es una especulación. Lo que sí es un hecho (demostrado con los resultados) es que HOY (y hace unos años ya) nuestro béisbol no está a la altura de los mejores del mundo. Lo digo porque en el último párrafo Usted afirma que nuestro béisbol "no es inferior" al de nuestros vecinos. ¿Y por qué perdemos tanto con nuestros vecinos?". Al parecer no has comprendido bien la esencia del artículo. Se trata de buscar las razones de la inquietud que planteas. Recuerda que la politización del beisbol pasa precisamente por la "apariencia" de las cosas. Si tienes un bloqueo que no te deja casi ni respirar, tienes un robo continuo de tus talentos y además tu equipo es de cubanos netamente, sin importan talento alguno ¿estás compitiendo en igualdad de condiciones con los demás equipos que no tienen esas condicionantes? Es obvio, tienes que perder. Es como si te hicieran trampas, ¿entiendes? Por eso no puedes mostrar la cara de tu verdaero beisbol, compites con lo que puedes, no con lo que realmente tienes, porque te lo robaron o maniataron tus verdaeras posibilidades. Claro que no puedes ganar. Y el imperialismo sabe eso y lo manipula. No digo que no hayan insuficiencias en nuestras series nacionales (antes las habían y las habrá siempre, pues si no se detuviera la historia); digo que el profesionalismo mercantilizado es el que pone las condiciones, su hegemonía obliga al amateurismo a competir en profunda desventaja. Espero que entiendas. Piensa en las causas más que en las apariencias y entonces, comprenderás. Saludos.

ELP Respondió:


17 de mayo de 2017

17:12:50

Estimado Enrique, se trata, ante ese escenario adverso que ud describe correctamente, de adaptarse a los tiempos sin renunciar a la soberanía, no creo que el socialismo se vaya a caer porque un atleta luzca en su uniforme el logotipo o emblema de ADIDAS, NIKE, PUMA u otras marcas similares, hay que ser realistas, nuestro beisbol está urgido de financiamiento para poder adquirir equipos de última tecnología e implementos deportivos modernos, o para modernizar nuestros estadios y acondicionar los terrenos acordes a los parámetros de calidad exigidos a nivel mundial nos hemos quedado atrás también en este aspecto y nuestros atletas entrenan con implementos similares a los de los 60 y 70 en terrenos deficientes , esta también es una de las causas de la inferioridad que se ve en nuestras ligas y en nuestros atletas, para el presupuesto estatal adquirirlos es una carga muy onerosa, si se obtiene financiamiento por la vía de los patrocinadores, bienvenida sea, en definitiva, en los últimos años se han dado pasos en el aspecto económico que a mi juicio son más comprometedoras para el socialismo que el hecho de que un atleta luzca en su uniforme una marca o en la TV se dispense un espacio para un breve comercial, saque cuenta, solamente como ejemplo, de la cantidad de turistas norteamericanos que vienen a Cuba

Zugor Seg. dijo:

6

12 de mayo de 2017

09:59:54


Muy por el contrario compañero Ubieta, el consenso que existe no solo respalda, sino que comparte plenamente su opinión, solo que desgraciadamente no tenemos tribuna donde se nos oiga, atienda o de respuesta. Los intentos de mesas redondas, han sido con intenciones de “debate” pero no con el público, sino entre “entendidos”, “comunicación en una sola dirección”, de allá pa´ca, donde en el mejor de los casos se oyó “tienen razón en sus planteamientos”, pero…se hace como ellos “los entendidos”, los facultados (mas bien potentados), dictaminan. Más una falta de respeto y desprecio que otra cosa. En ese «lento y arduo proceso para extinguir el amateurismo» (sin decir, sin parecer, con disfraz de “buenas intenciones), e han participado y puesto no poco empeño, periodistas y “comentaristas” actuales, con mas animo de “faranduleo” y “presencia en el vidrio y viajes”, que conocimientos (¡Ahhhh, Eddy Martin, Héctor Rodriguez, Bobby Salamanca,… constantemente se sienten revolcarse de impotencia y rabia en sus sepulturas al oír las frases y opiniones “curtas y apreparadas” de Rodolfazo, o los lugares comunes o insensateces de la compaña!!!), propiciando e impulsando (loma abajo y sin frenos) la muerte del amateurismo como Ud. bien dice. Es real, ¡mucho se ha escrito!!! ¿Qué y quienes harán algo sensato, que permita que el amateurismo (logro también de la Revolución) reviva y perdure?, ¿o seguiremos de espectadores pasivos de la debacle? En estos momentos, ¡no hay nadie con voluntad ni co….raje para hacerlo!!!, al menos del INDER para abajo. Los resultados lo revalidan con creces, y no solo en la Pelota.

Raimundo dijo:

7

12 de mayo de 2017

10:26:35


Excelente análisis!. Debería ser leído por todos los que de una forma u otra están relacionados con el béisbol cubano, incluyendo los periodistas , comentaristas y también los que deciden en el deporte cubano, el béisbol tiene un alto componente social, económico y político y su estrategia de desarrollo y sostenabilidad no puede trazarse a partir de caprichos, simpatías o criterios personales.

Zugor Seg. dijo:

8

12 de mayo de 2017

10:37:29


¿Se imagina Ud. Jesús López, a nosotros trayendo técnicos de Italia, Canada, Rusia, y otra cantidad nada despreciable de países a los cuales Cuba enseñó a jugar a la Pelota? Eso solo cabe en las cabezas de los actuales "figurines" que ocupan espacio frente a los TVs , en las deportivas. Piensan que "tener la plaza" ya lo es todo, los conocimientos "le bajaran como mi...usa".

Jorge Respondió:


12 de mayo de 2017

12:29:43

Estimado Zugor Seg: Le recuerdo el análisis que hizo públicamente nuestro .Ggeneral de Ejército Raúl Castro sobre el café en nuestro país: enseñamos a los vietnamitas a cultivar café y ahora resulta que tuvimos que contratar especialistas vietnamitas para que nos asesoren. En el béisbol es igual. La dirección del país comprendió que, ante la situación real y objetiva, es mejor contratar al que yo enseñé que quedarnos sin café. ¿Por qué el INDER no puede hacer lo mismo en el béisbol? Hay que meterse el orgullo en el bolsillo y trazar una estrategia que logre mejores resultados. ¿O Usted considera, con el mayor respeto, que los pitchers cubanos solo tiran 2 tipos de lanzamientos y no llegan a las 90 millas porque no quieren? ¿Y los entrenadores por qué no logran que NINGÚN pitcher lo haga? Algo tiene que estar muy mal en el equipo técnico del béisbol para que las deficiencias estén generalizadas. Por eso, no se trata de traer a un técnico extranjero a que nos "enseñe" a jugar béisbol, sino que nos enseñe las técnicas que evidentemente no tenemos. Gracias a Granma por propiciar el debate.

Osvaldo dijo:

9

12 de mayo de 2017

11:03:12


Para mi gusto, un serio articulo con un objetivo análisis de las causas y condiciones por las cuales se justifica que hayamos cambiado la Táctica, pero sin renunciar a la Estrategia: la estrategia es de mayor alcance, esa es la construcción de una sociedad más sana y justa, donde el hombre es lo principal, donde prime aquel pensamiento de que no solo de pan vive el hombre, sino también de espíritu, Fidel decía que las mejores cosas que había logrado la Revolución se alcanzaron trabajando con la vergüenza de los hombres, sembrando ideas, resultado de esos esfuerzos surgieron hombres como Muñoz el gigante del Escambray, Luis Giraldo Casanova el señor pelotero, Braudilio Vinent el Meteoro de la Malla, el Niño Omar linares y Pedro Luís Lazo el gigante del montículo cubano, por solo citar estos ejemplos, que jugaron a la pelota dejando el pellejo en el terreno y en condiciones mucho peores que las que tienen actualmente nuestros peloteros en la series nacionales. Se transportaban en guaguas girones, dormían el albergues, la alimentación era de comedor obrero y salarios bajos salido por empresas estatales, y aun así brillaron y como brillaron. Por ellos y por los que los antecedieron, tuvimos un TEM de ensueño en los finales de la década del 80 y principios de los 90. Por eso de acuerdo totalmente en que nuestro sistema deportivo revolucionario produce excelente deportistas. lo que si pienso que todo el que tenga que ver con el deporte cubano, técnicos, personal de mantenimiento, dirigentes, deportistas y el pueblo en general, tienen que saber que la táctica es pasajera y que la estrategia es seguir defendiendo el amateurismo como método para formar un deporte donde el hombre no se convierta en una mercancía, y donde prevalezca el dinero por encima de la dignidad y la vergüenza, lo que no quiere decir que en esta etapa de la construcción del socialismo, se paguen de manera diferenciada, los resulta individuales y colectivos que se alcance. Por eso me gustó tanto cuando se decidió instrumentar la nueva política de estimulación en el deporte nacional. Y para los que lo entiendan y continúen alabando al dios todo poderoso del profesionalismo, por lo menos los dejamos pensando.

Rafael Andrés dijo:

10

12 de mayo de 2017

13:06:38


Ubieta, ha venido a dar tranquilidad a mi conciencia, pues pense que era el único que tenía igual criterio que usted, creo que debemos revisar también si los comentaristas deportivos que tenemos hoy en nuestra televisión son los realmente idóneos para el trabajo que hacen, pues es un hecho real, tangible y extremadamente notable, que sus opiniones -aparte de mediocres- son parcializadas y sesgadas, a veces uno escucha los criterios que emiten sobre determinada opinión de un aficionado y parece estar escuchando a un guapetón de barrio amparado en las cámaras y microfónos. Se debe ser responsable, sobre todo aquellos que pueden establecer matrices de opinión en la sociedad, por la influencia de su voz sobre millones de personas, creo que en Cuba hay miles de Héctor Rodríguez y Eddys Martín, seleccionarlos es la tarea. Ahh, otro elemento, no estoy de acuerdo ni estaré que compitan por Cuba aquellos que sin pensar en el pueblo que los seguía, abandonaron su Patria en busca de millones, porque aquí millones de cubanos no ganan su jugosas tajadas, pero dejan su corazón y su sudor por verlos jugar en sus estadios, no duermen de noche para producir los bienes materiales que después disfrutan, en muchas ocasiones sin que esos que los producen puedan adquirirlos por lo modesto de sus salarios.

Roberto dijo:

11

12 de mayo de 2017

13:31:14


Quisiera Co. Ubieta Ud. me explicara algo: como es eso de "que los consensos no son verdades, se construyen" eso como concepto esgrimido por Ud. sería applicable para todos los casos, o es simplemente para el caso del beisbol. Gracias.

Enrique Ubieta Gómez Respondió:


12 de mayo de 2017

16:20:20

Estimado comentarista: Los consensos no son necesariamente verdades, algunos se construyen sobre ellas, otros a espaldas de ellas. Las grandes trasnacionales de comunicación construyen los que el sistema requiere. Por eso es que Fidel dijo que queríamos un pueblo que leyera, no uno que creyera. Gracias por su comentario.

Yoel Diaz Barzaga dijo:

12

12 de mayo de 2017

15:38:46


Sobre este tema, solo decir que ahora hablamos de crisis en el beisbol, pero si analizamos bien, la crisis es generalizada a otros deportes en los que antes brillábamos igual: Atletismo, Boxeo, Voleibol, Pesas, Balonmano, Baloncesto y otros en los que de una forma u otra hemos ido perdiendo terreno. Recuerdo que cuando niño, el alumno que pertenecía a un área deportiva, no tenía que hacer educación física. Pero esta área, proveía a este muchacho con las indumentarias básicas para practicar su deporte, y esto estimulaba a esos estudiantes a ser mejores atletas e imitar el ejemplo de los campeones. Además de tener la máxima nota en esta asignatura. Este eslabón de la pirámide del alto rendimiento hoy se ha perdido o mal funciona, por ahí es donde primero debemos analizarnos y fortalecer la atención a los entrenadores de la base. Cuantos años tras años no abandonan su labor por la poca o nula consideración que se les da. Hoy, muchos de los que antes jugaban pelota en la calle y se metían en un gimnasio de boxeo, hoy juegan futbol y siguen las ligas foráneas aunque ningún cubano, por lo menos que yo sepa, nos represente a ese nivel. Otros, se han decidido por realizarse profesionalmente para de una forma u otra mejorar su vida. Es decir se hacen profesionales. Porque juzgar a los que deciden probarse a otro nivel y así poder mejorar también su modo de vida y ayudar a su familia. No se le puede tener miedo a la palabra profesional, de hecho desde hace muchos años, los integrantes de las preselecciones nacionales cubanas de cualquier deporte lo eran. No se dedicaban a tiempo completo a su deporte, no eran beneficiados con un estipendio, salario o como se le llame mensualmente. Entonces de que estamos hablando. Los miembros del equipo de beisbol de Cuba, era una casta privilegiada. Cuantos peloteros conocemos que militaron durante años en el mismo rindieran o no rindieran. Porque pertenecer a este, tenía sus grandes beneficios: Casa, carro, etc, etc. Y cuántos de estos hoy, después de su retiro, no están también del lado de allá. No apruebo ni aprobare jamás la idea de los equipos unificados, con los de allá y los de acá. Los de acá, que entrenan con otras condiciones, con un nivel de vida diferente, estarían en franca desventaja solo por querer seguir jugando por su patria y su bandera desde su país. Permitan los EEUU, la libre contratación en su carpa de los atletas cubanos sin condicionamientos y veremos, que el beisbol en Cuba no está en decadencia. En decadencia están algunos métodos y mentes que dirigen directa o indirectamente la pelota nacional.

Jorge Abigantud Raez dijo:

13

12 de mayo de 2017

16:07:10


Excelente articulo, la obra de la revolucion es tangible en toda las esferas de la vida economica , politica y social , no olvidemos nunca que el primer principio del deporte revolucionario cubano ha sido "El deporte derecho del pueblo" y yo digera mas ha hecho patente que el deporte es derecho de todos los seres humanos al compartir nuestras experiencias con todos los continentes y el beisbol no ha sido una exepcion incluso hoy paises de los cuales tenemos que aprender dieron sus primeros pasos con las experiencias de nuestro beisbol, por lo que atemperarnos a los tiempos que coren aunque nos duela es nuestro principal reto ya que el beisbol no es un tema secundario , es identidad , es patria.

Zugor Seg. dijo:

14

12 de mayo de 2017

18:01:56


Estimado Jorge: A nosotros puede que nos haga falta que nos enseñan a construir iglús, vivir a temperaturas bajo cero, la cría intensiva de avestruces, ¿a sembrar café?, ¿a jugar a la Pelota?, ¿a estas alturas? Resulta que «tuvimos que contratar especialistas vietnamitas para que nos asesoren»… en disciplina, constancia, dedicación al trabajo, asuntos que han ido mermando fundamentalmente porque hay muchos, con muy mala memoria, y menos empeño aún, que a falta de esforzarse por solucionar las cosas con el trabajo firme, se dedican a embelesarse, obnubilarse, y esperar a que de otro lugar vengan a enseñarnos, o ir a buscar, lo que “olvidan” que hemos aprendido, sabido y practicado, con muy buenos resultados. Con el mayor respeto, considero que no, que no quieren los pitcher cubanos tirar mas de 2 tipos de lanzamientos ¿o dirá alguien ahora que fuimos Campeones Mundiales y Olímpicos, que ganamos a mas de uno de los “equipos fuera de liga” de a-fuera con solo dos tipos de lanzamientos? ¿qué no conocemos las técnicas?¿Huelga, Changa, Hurtado, y otras tantas glorias del pitcheo tenían solo dos tipos de lanzamientos?; y no llegan a las 90 millas porque no quieren, porque no se esfuerzan, porque tenemos maravillosos entrenadores de pitcheo, porque se desestimulan por las atrocidades de “selecciones” que vemos ahora, de mecanismos estrambóticos de “refuerzos”, de como se realizan las temporadas, las series, por los “showsitos farandúlicos de moda” resultado de perdida de valores por quienes des-dirigen ese deporte actualmente, porque hay muchos que les meten en la cabeza con sus “criterios”, como en esta misma columna opinan, que “están mal remunerados, pagados”, con “malas condiciones de vida”, y hasta etcéteras, y que la solución es el deporte rentado. ¡Eso es lo que está mal!!!, ¡como terriblemente mal está que no se haga nada por retomar el camino correcto!!! El orgullo que hay que meterse en el bolsillo es el que sale de la vanidad, de la arrogancia el compatible con el dinero. El que nace de causas nobles y virtuosas, hay que llevarlo en el pecho, en todo momento, llenarnos del valor y el coraje de los que nos convirtieron en lo que somos, una nación legítimamente orgullosa de su pueblo, de su Revolución, hecha desde dentro, levantarnos y mostrarle al mundo, que como en otras esferas de la vida, ¡en la Pelota, todavía hay mucha CUBA!!!

ROSQUETE dijo:

15

12 de mayo de 2017

18:31:53


Te vuelvo a felicitar compañero Ubieta por el artículo que nos has ofrecido en el día de hoy, por lo que aporta el mismo en este duro momento que vive nuestro querido beisbol, desde una óptica objetiva muy diferente a tantos otros escritos que inundan las redes. El mismo es poseedor de convincentes argumentos al abordar un tema tan complejo, dando sólidas e irrefutables evidencias, sobre un problema del cual tantos en Cuba tienen opinion y que por supuesto, estan en su derecho de tenerla, pero que tu artículo ayuda a ver en un contexto justamente consecuente con la linda historia del movimiento deportivo cubano y por supuesto de las complejidades que vive en el momento actual. Muchas Gracias.

Tiburon dijo:

16

12 de mayo de 2017

20:01:30


Es sabido , no es un secreto de nadie , que el pelotero en Cuba se da como la mala hierba, de donde quiera se pueden sacar peloteros que con un buen entrenamiento se convierten en estrellas de nuestro deporte nacional , por lo que quien diga que la calidad de la pelota cubana esta en el piso , se esta enganando soberanamente .Ahora bien el problema de calidad esta en la infraestructura y en quienes dirigen el deporte en Cuba , no solo el beisbol ha perdido brillo . El deporte necesita dinero , necesita inversion , necesita toparse , conocer otros metodos y otras formas de jugar , de competir , de luchar por el triunfo. Con el profesionalismo y los pagos a los atletas , estos quieren ganar cada dia mas y por tanto se preparan con lo ultimo que hay en tecnica deportiva y la ciencia en el deporte y todo esto cuesta dinero , dinero que no tenemos porque primero estamos enfrascados en sanear nuestra economia , el pais libra una batalla por arrancar la corrupcion existente en algunas intituciones por donde se fuga una gran cantidad de recursos, entonces el deporte ha pasado a un Segundo plano en este sentido, ya no tenemos la ayuda del extinto campo socialista y tenemos que generar riquezas con lo que tenemos,.Los campeonatos nacionales en nuestro pais no son de gratis , son costeados por el gobierno y eso cuesta una gran cantidad de dinero que se invierte en todo desde la atencion a los atletas , la prensa el publico,las instalaciones y mucho mas , todo absolutamente todo le cuesta al gobierno cubano , no tenemos sponsors que ayuden a financiar un torneo nacional, y esto cuesta y bastante. Por eso estoy de acuerdo con que en nuestros capeonaos nacionales se deben buscar sponsors a los distintos equipos , asi como a atletas y que el gobierno se quite parte de esa gran carga de encima . Que un atleta o equipo sea esponsorado por una empresa o una firma que los ayude en su preparacion , no va ser menos patriota por eso .En fin senores el problena de nuestro deporte no esta en la calidad de los atletas , esta en la situacion que se esta viviendo hoy dia y en los pocos recursos que tenemos . Dinero que no tenemos para costear muchas cosas necesarias dentro del deporte , dinero que como dicen es el diablo , pero diablo que todos quisieran tener para hacer las cosas un poco mas facil. Saludos.

omar Hernández Rivero dijo:

17

13 de mayo de 2017

12:22:54


Gracias amigo Ubieta. Excelente tu escrito. Ojala todos en el mundo pudieran entenderlo .

Eduardo dijo:

18

14 de mayo de 2017

12:51:52


Primero: yo crecí viendo jugar a Urbano, a Capiró, a Reyes, a Marquetti.. cuando acababa el juego, mi viejo me llevaba a la salida de los vestidores para verlos de cerca. Cuando ganaban los Industriales, salían locos de contento, pero cuando perdían... parecía que había muerto alguien del equipo. Por ahí hay que empezar, por la vergüenza deportiva. Segundo: coincido con el lector que dijo que habría que ver si hubiéramos ganado tantos campeonatos si hubieran jugado con los pro en esa época. Es una especulación, pero MUY válida. Tercero: creo que no se debe hablar de "robo" de talentos en ningún ámbito. Esos peloteros no fueron robados (que tratándose de personas equivale a secuestro); se les ofreció un jugoso contrato, o en el peor de los casos, ellos consideraron que tenían potencial para obtenerlo una vez que estuvieran "del lado de allá". Cuarto: en la lucha de clases, hay cosas a las que hay que renunciar. Si el mundo gira hacia el profesionalismo, es obvio que muchos, como dice Ubieta, irán hacia esos contratos millonarios, sobre todo porque en el deporte -como en el ballet- si no lo hiciste de joven, cuando envejezcas queda la gloria pero no la fortuna. Y si una buena parte de los mejores se van por ese camino, es matemática simple: irán quedando los buenos que prefieran no irse y los "promedio", porque Cuba bajo el sistema socialista no puede pagar millones a una estrella, por cuestiones económicas y de principios. Por eso digo que en la lucha de clases, hay cosas a las que hay que renunciar, y en este caso una de ellas es a la pretensión de que seguimos siendo "tan buenos como los vecinos". De que surgen peloteros espectaculares en Cuba, nadie lo duda, ni los medios de prensa ni la MLB. Por algo allá juegan, ganan y cobran !!!

duniesky dijo:

19

15 de mayo de 2017

09:20:36


Periodista leí detenidamente su artículo… pero… insisto… el debate es necesario porque incluso algunos de los que estamos con el proceso revolucionario, necesitamos expresar nuestras opiniones diversas con respecto a algunas de las cosas que usted expresa. Su opinión materializada en su artículo es extensa y desde mi punto de vista… valiente… pero… divaga en gran medida sobre las mismas concepciones erróneas que han llevado a nuestro deporte hacia un abismo… usted emite algunas interrogantes interesantes y con su permiso las voy a repetir para poder emitir las respuestas consecuentes que merecen cada una de las mismas, usted genera dudas razonables tales como ¨ ¿Funcionaba o no el sistema deportivo revolucionario? ¿Producía o no peloteros y equipos de primer nivel mundial? ¿Era o no una inobjetable conquista el quinto lugar que alcanzamos en las olimpiadas de Barcelona?¨ en mi modesta y humilde posición me voy a arriesgar a darle respuesta vital a cada una de estas preguntas… en mi opinión nuestro sistema deportivo si funcionaba, pero como todo pretérito imperfecto… perdió de vista la dialéctica, o para hablar en buen cubano… dejó de obedecerla y se ha convertido lamentablemente en algo inamovible, que en apariencia quiere trasmitir la idea de que asume patrones externos y se adapta a los tiempos imperantes; cuando la realidad, la triste y cruel realidad deja entrever que su posición actual solo intenta opacar el hecho de que se ha quedado obsoleto, con mecanismos formales inadecuados y actualmente in-funcionales, negando la evidencia práctica de que todo está en constante movimiento y desarrollo ¿De quién es la culpa? Sin lugar a dudas… la culpa… la maldita culpa es… de todos nosotros… y digo de todos nosotros los aficionados, porque somos los que hemos permitido que nuestros funcionarios deportivos, hayan dejado durante los últimos años de cumplir con el deber más sagrado que tienen, que es representarnos debidamente a la mayoría de nosotros y por supuesto a la totalidad de los deportistas, los funcionarios deportivos son los encargados de velar porque el deporte a nivel de base funcione, porque los entrenadores a nivel de base sean atendidos, debidamente supervisados, correctamente remunerados, esos mismos funcionarios que son los responsables de recuperar el scauteo, la búsqueda de talentos en cualquier rincón de nuestra isla, el rescate de los técnicos deportivos, de las glorias deportivas, de incentivar el amor al deporte y en especial al beisbol que recorre las venas de este país, son responsables por velar y sufrir en carne propia el estado de nuestras EIDE, solucionar los problemas organizacionales de las mismas, son los responsables de combatir la corrupción, el campeonismo, están ahí en la altura de sus cargos para proteger a los atletas de las vicisitudes ajenas al deporte, de velar por sus necesidades, de solucionar sus preocupaciones para que estos mismos atletas se dediquen por entero al deporte que aman, estos funcionarios tienen la obligación de preocuparse porque las categorías infantiles y escolares no tengan que ser sub-ventadas por los padres de los muchachos, que son los que hoy día en nuestro querido caimán sostienen las categorías inferiores ¿Podemos decir que estos funcionarios cumplen hoy en su totalidad con estas y otras tareas? La respuesta lamentablemente, es un rotundo y desalmado NO (salvo honrosas excepciones, que lamentablemente, son las menos). Sobre su segunda pregunta permítame agregarle que si, Cuba ha producido peloteros de gran nivel y equipos muy funcionales que podían jugar contra equipos de cualquier categoría… ahí está la evidencia irrebatible del tope contra los Orioles en pleno desarrollo del fatídico y lamentable período especial; así como los equipos presentados en los Tres Primeros Clásicos, pero del tercer al cuarto clásico los acontecimientos se precipitaron y léase que no fue en nuestro momento de mayor crisis económica (si el éxodo de atletas hubiera acontecido en los años 90 con crisis de los balseros incluida se pudiera entender mejor) pero no, el éxodo fundamental de atletas se produjo mucho después, en una etapa de aparentemente mayor fluidez, que incluía una mejor remuneración a los atletas, que si bien es cierto resulta insuficiente, refleja índices superiores a lo que los atletas recibían en los años 90, sin embargo… ¿Por qué sucede el éxodo? ¿Por el robo de atletas a partir de las ofertas millonarias? Pero si esas ofertas siempre han existido y en los 90 había inclusive mucho más necesidad… pero si existe una diferencia notable y no está solamente en el índice monetario, en los años 90 nuestro sistema deportivo (a duras penas es verdad) todavía funcionaba… se veía obsoleto… pero funcionaba, nuestras series nacionales de beisbol, por ejemplo, tenían problemas pero arrastraban público, se jugaba de noche, se constituía en pasatiempo nacional… no existía en nuestras transmisiones un ataque directo al corazón de nuestro beisbol al no intentar desplazar del sistema audiovisual la preferencia por el deporte de las bolas y los strikes, los atletas sabían que jugaban a estadios llenos, que eran héroes de millones y eso los mantenía enfocados, comprometidos, ajustados, vinculados directamente a nuestras series nacionales, porque sabían que el beisbol que jugaban tenía nivel y si bien no estaban en la mejor liga del mundo, su liga no era segunda de nadie. Al nuestra liga principal perder calidad, los atletas empezaron a mirar hacia otra parte, a valorar otras posibilidades y a pensar inclusive en su propio bienestar y el de sus familiares, lo cual irremediablemente iba unido a su superación profesional, pero lo más triste de todo es que no solo comenzaron a marcharse los atletas o la mayoría de los atletas establecidos, se comenzaron a marchar uno tras otros los relevos de esos atletas y los relevos de esos relevos, así como las preferencias de muchos aficionados se fueron tras sus rastros y les siguen la pista estén donde estén… resultado… nuestras series nacionales se deterioraron hasta el punto que un alto por ciento de los atletas que en ellas juegan, todavía no están listos para prestigiar un serie de ese tipo, en circunstancias normales les hubiera costado dios y ayuda para poder jugar por su municipio de residencia en las series provinciales. La apatía se ha ido apoderando de la mayoría de nosotros los aficionados, incentivada por los fracasos que se suceden uno tras otro de nuestras selecciones nacionales… Entonces ¿Qué pasó? Fácil de responder del 2013 al 2017 y quizás desde un poquitico antes, pésimo trabajo de base, pésimas concepciones administrativas en materia de deporte, podemos negarlo cuanto queramos pero eso no va a hacer que deje de ser la triste verdad, funcionarios deportivos viviendo del y no para el Deporte, funcionarios deportivos que no escuchaban, ni escuchan a los atletas, ni a la mayoría de los aficionados, series nacionales y ahora la sub- 23 que se juegan a estadios vacíos, lo que genera descontento tanto en los propios atletas, como en sus familiares, así como; en el resto de la afición, en resumen un deporte nacional que se muestra incapaz de hacerle frente a los retos actuales y a la emisión desenfrenada del futbol internacional que tiene una calidad innegable y que se pone a todas horas por todos lados y con una oportunidad, envidiable… su tercera pregunta versa sobre las Olimpiadas de Barcelona y la conquista que fue… y le respondo que efectivamente fue una gran conquista como lo fueron las olimpiadas de Atlanta, de Sidney, de Atenas pero a partir de ahí empezaron los problemas , que ya existían… pero no se dejaban ver… eran… como decirlo… manejables… pero hoy día no… hoy por hoy estamos viviendo de recuerdos… por seguir inamovibles y léase que no defiendo la implementación del profesionalismo en nuestro país, estoy tan en contra como usted compañero periodista… pero lo que está pasando hoy en día nos conlleva a generar una interrogante más vital que esas tres que usted hace y que me permito sustraerla de la sabiduría popular ¿Cuándo vamos a acabar de reconocer que todo cuanto ha pasado si bien no totalmente , es culpa en gran medida de nuestras propias deficiencias organizativas, conceptuales y de nuestro irremediable padecimiento de ¨plaza sitiada¨? Usted en otra parte de su artículo refiere y cito textualmente sus propias palabras ¨… esos peloteros aceptan la oferta de un sistema que intenta desangrar a su patria, porque quieren alcanzar una gloria personal, material o deportiva, que no puede esperar –el tiempo deportivo es corto- a un contrato digno. El monto del dinero recibido no los dispensa de la indignidad…¨ me dispensa pero estoy en desacuerdo con usted porque en primer lugar la oferta contractual de jugar en MLB no se lo hace el sistema en sí , no es el gobierno estadounidense quien los contrata, la MLB no nos intenta desangrar, somos nosotros los que les facilitamos los atletas, como resultado de nuestras ineficiencias e incapacidades, las que no nos permiten acabar de definir como solventar la inversión final en el atleta que formamos, gastamos una x cantidad de recursos en su formación, en profesores, escuelas deportivas, eventos, etcétera y la inversión final que se debe hacer para que ese atleta no sienta la necesidad de irse a otras ligas, nunca se hace, entonces el atleta se marcha y le decimos indigno, entreguista, desertor, traidor y entonces ¿Qué calificativo le damos al funcionario o a los funcionarios que con su ineficacia, con su falta de sentido de pertenencia, con su falta de entrega provocaron que el atleta tomara la decisión de marcharse? ¿Quiénes demuestran ser más indignos, los que se ven obligados a actuar debido a las circunstancias o los que provocan esas circunstancias vaya a saber usted bajo que intereses mezquinos por determinar o porque sencillamente son el fiel reflejo de la incapacidad manifiesta? Aquí en Cuba se producen peloteros sumamente espectaculares y no estoy de acuerdo con aquellos que demeritan a los peloteros de los años 70, 80 y 90 porque jugaron en su mayoría con peloteros universitarios o porque sencillamente no jugaron en el Big Show ¿Quién puede afirmar categóricamente que Germán Mesa no hubiera podido estar a la altura de Ozzie Smith, que Kindelán no hubiera podido despachar innumerables jonrones en el mejor beisbol del mundo, que Omar Linares en su mejor forma no hubiera sentado cátedra, que Lázaro Valle no hubiera sido un lanzador abridor de primer nivel en la gran carpa y muchos más que harían interminable la lista? Periodista respeto su comentario y es libre de publicar o no el mío, eso no es lo esencial, solo defiendo al beisbol de los cubanos de uno u otro lado del mar Caribe, recuerde que para la mayoría de los aficionados, el beisbol es lo que importa… usted decide si es capaz de asimilar criterios que apoyan por momentos y difieren en parte de los suyos. Quisiera trasmitirle que en mi humilde opinión la pelota profesional cubana y la pelota revolucionaria son condimentos del mismo vino pues sin una no hubiera podido surgir la otra, ambas han tenido un gran nivel, pero nuestras propias deficiencias las han deteriorado, nuestros propios errores de concepto las han menoscabado y les han quitado razones, nuestra propia falta de tacto al mantener politizado el beisbol ha provocado que suceda lo que se quería evitar… nos hemos quedado atrás… es hora de sumar, en vez de restar… es hora de unir voluntades… los peloteros que se fueron son tan CUBANOS como los que se quedaron y los que se quedaron tienen que demostrar que su calidad pudiera estar a la altura de los que se fueron, para de conjunto unos y otros, despertar a nuestro beisbol del coma que le ha sido inducido, por el actuar inmisericorde de las fuerzas conjuntas que emanan, de las veleidades del injusto bloqueo y del síndrome de plaza sitiada que irremediablemente… padece nuestra nación.

marco velazquez cristo dijo:

20

15 de mayo de 2017

09:21:04


Muy buen artículo, solo decir algo, los comentaristas deportivos cubanos tienen que contribuir al esclarecimiento de este y otros temas, a veces los he escuchado decir refiriéndose al beisbol de grandes ligas, “el mejor beisbol del mundo” o “todos estos peloteros tienen mucho oficio”, magnificando estas características, ellos tienen la responsabilidad de contribuir a romper falsos conceptos y a enseñarnos la verdad que se esconde detrás de todo el entramado mercantilista de esas llamadas grandes ligas, donde el atleta deja de ser una persona para convertirse en una mercancía, que se deberían llamar, “Liga de los talentos robados”.