Mediante el estudio por técnica de espectrofotometría de un grupo de datos recopilados por el robot Curiosity, de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (nasa) de ee. uu., investigadores de la Universidad del estado de Arizona encontraron la presencia en Marte de unas estructuras rocosas en tonos claros, rodeando las fracturas que cubren parte del paisaje del llamado planeta rojo, las cuales contenían ópalo, un tipo de piedra preciosa que se relaciona con los cuarzos, y cuya formación obedece a la interacción de sílices y agua. Según reseña un artículo publicado por los autores del hallazgo en la revista académica Journal of Geophysical Research Planets, el descubrimiento adquiere suma relevancia, porque la comprobación de la existencia de esas formaciones geológicas de ópalo confirma la teoría de que Marte contuvo abundante cantidad de agua en el pasado. Ahora los científicos comienzan a considerar que el agua en ese cuerpo celeste pudo permanecer por más tiempo que el estimado hasta el presente, solo que no en la superficie, como ocurrió en la Tierra, sino en el subsuelo.
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Mas allá de exhibir organismos vivos y promover la educación ambiental para el cuidado, conservación y uso racional de los recursos y especies del medio marino y costero, el Acuario Nacional de Cuba incursiona, con resultados notables, en el campo de las investigaciones. Así, la culminación de diferentes estudios en las últimas dos décadas propició el registro de más de 40 nuevas especies para aguas cubanas, y la ciencia, junto a la introducción de nuevas técnicas de manejo y atención de mamíferos marinos, bajo condiciones controladas. Igualmente, se pudo caracterizar la abundancia y distribución del delfín Tursiops truncatus en los mares que rodean nuestro país, y lograr la reproducción en cautiverio de distintas especies amenazadas, entre ellas, el atractivo caballito de mar. En la actualidad, lideran el proyecto Cultivo y propagación de corales pétreos para la restauración de arrecifes en Cuba, en el cual participan, además, especialistas del Parque Nacional Guanahacabibes, el Centro Nacional de Áreas Protegidas, y el Instituto de Ciencias del Mar. Para Cuba, es de vital importancia disponer de una barrera coralina fuerte y saludable, tomando en cuenta que ese ecosistema resguarda las playas, los pastos marinos y los manglares, de los efectos perjudiciales de la erosión y de las fuertes marejadas producidas por eventos meteorológicos extremos, en particular los huracanes. También constituyen el hábitat natural de disímiles y valiosas especies (peces, crustáceos, moluscos) y fungen como refugio y espacio de reproducción de numerosos organismos y plantas acuáticas.
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