Una investigación liderada por científicos de Colombia radicados en la Universidad de Exeter, en Reino Unido, reveló que hace 23 000 años ocurrió una masiva extinción de especies animales en la zona del Pantano de Monquentiva, en los Andes colombianos, la cual se repitió nuevamente hace alrededor de 11 000 años. Según las conclusiones del estudio, publicadas en la revista académica Quaternary Research, ambas oleadas de extinción afectaron mayormente a animales prehistóricos con un peso corporal superior a los 45 kilogramos. Figuraban, entre ellos, el armadillo gigante y el perezoso terrestre gigante, similar a los perezosos actuales, pero con una talla muy superior. Para llegar a esos resultados, los especialistas analizaron muestras de esporas de hongos coprófilos de la turbera del Pantano de Monquentiva, ubicada a unos 60 kilómetros de Bogotá, halladas en antiguos restos de heces fecales de animales, así como de polen fósil y carbón vegetal. Si bien se desconoce la causa de estas extinciones locales, los científicos sugieren que pudieron obedecer a un evento climático o quizás al impacto de un meteorito… El 8 de mayo de 1887 quedó inaugurado formalmente el Laboratorio Histobacteriológico e Instituto de Vacunación Antirrábica de La Habana, una de las instituciones científicas emblemáticas de la segunda mitad del siglo XIX en la capital. El centro tuvo como principal promotor al médico oftalmólogo Juan Santos Fernández, quien interesado por aplicar en Cuba los métodos y descubrimientos del científico francés Luis Pasteur, en particular la vacuna contra la rabia, envió a París a los doctores Diego Tamayo, Francisco Vildósola y Pedro Albarrán, para entrenarse y familiarizarse con tan modernos procedimientos. El Laboratorio radicó en la Quinta de Toca, lugar de residencia de Santos Fernández, el cual asumió los gastos y el posterior mantenimiento de la entidad. La instalación tuvo suma importancia para el desarrollo de la medicina cubana y la enseñanza de la bacteriología. Antes que en ningún otro país de América, allí se produjo el suero antirrábico en el propio año 1887, mientras que en 1894 un equipo de investigadores de la institución obtuvo la vacuna contra la difteria, seis meses después de haber sido dada a conocer por Emile Roux, el principal discípulo de Pasteur en Francia. Dentro de las enfermedades estudiadas en el Laboratorio estuvieron la fiebre amarilla y el cólera asiático, así como los desarrollados por Tomás Vicente Coronado, vinculados a la patogenia de la gripe. Otros resultados de interés logrados en el centro fueron el suero contra el tétanos, la fiebre tifoidea y el antiestreptocócico… Las naves Voyager 2 y su hermana gemela Voyager 1 son las únicas que viajan a través del espacio interestelar. Lanzadas en 1977, con la misión inicial de explorar Júpiter y Saturno, hoy contribuyen a realizar descubrimientos científicos sobre la forma de la heliosfera, la burbuja protectora de partículas y campos magnéticos generados por el Sol, y su papel en la protección de la Tierra frente a las partículas energéticas y otras radiaciones que circulan por el espacio interestelar. Como las dos naves seguirán alejándose de nuestro sistema solar y acercándose a otros, aun cuando se queden sin energía eléctrica, ambas están preparadas para ejercer de embajadoras de la humanidad, en caso de que puedan ser encontradas en un futuro por alguna civilización extraterrestre, al llevar a bordo un extenso mensaje diseñado para ser interpretado por cualquier inteligencia avanzada.

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