Un informe reciente del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente advirtió sobre el creciente peligro de la contaminación acústica para la salud del hombre. De acuerdo con lo señalado en la publicación, los sonidos prolongados y de altos decibeles asociados al congestionado tráfico vehicular, el funcionamiento de grandes industrias, la transportación por trenes y otras fuentes, provocan alteraciones del suelo y deterioran la salud mental de quienes se exponen a largos periodos de intensos ruidos. Incluso, pueden llegar a ocasionar enfermedades cardíacas y trastornos metabólicos, como la diabetes, además de problemas auditivos. El documento señala que la contaminación acústica provoca alrededor de 12 000 muertes prematuras al año en la Unión Europea y afecta a uno de cada cinco de sus ciudadanos. Plantea, además, que los más perjudicados son los ancianos y las personas que residen muy cerca de avenidas y autopistas con mucho tráfico o viven y trabajan en zonas fabriles, alejadas de los espacios verdes. Entre las urbes del mundo con notable contaminación sonora figuran Nueva Delhi, Calcuta, El Cairo, Cantón, Beijing, Estambul, Ciudad de México y Nueva York. Una de las medidas propuestas para combatir este problema en las grandes ciudades consiste en aumentar las zonas con presencia de abundante vegetación, tomando en cuenta que los árboles absorben la energía acústica y contribuyen a dispersar el ruido…
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Durante el siglo XIX acontecieron en La Habana importantes sucesos científicos, que colocaron a Cuba en una posición cimera dentro de las Américas en esa temática. Sobresalen en la relación la aplicación de la vacuna contra la viruela a cargo del doctor Tomás Romay Chacón, el 12 de febrero de 1804, la introducción diez años más tarde por el presbítero Félix Varela de la física moderna, la experimentación como método para el estudio de las ciencias, en el Seminario de San Carlos y San Ambrosio, y la creación en octubre de 1823 del Museo Nacional de Anatomía Descriptiva de La Habana, que tuvo un papel fundamental en el aprendizaje de la anatomía y la cirugía, promoviendo el uso de instrumental quirúrgico nunca visto en el país. Más avanzado en el tiempo, aparece la fundación, el 19 de mayo de 1861, de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, considerada por Enrique José Varona como la mayor suma de saber que tuvo Cuba en esa centuria, y lo ocurrido el 14 de agosto de 1881, cuando en la propia sede de esa institución el sabio cubano Carlos J. Finlay expuso su hipótesis de que el agente transmisor de la fiebre amarilla debía ser un mosquito, y que probablemente se tratara del hoy conocido como Aedes Aegypti...
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Jesús Palomo González dijo:
1
26 de febrero de 2022
15:48:49
Zenon Martinez dijo:
2
14 de abril de 2022
15:03:04
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