La congresista de Estados Unidos, Rashida Tlaib, achacó al fácil acceso a las armas de fuego la raíz de hechos como el intento de asesinato al expresidente Donald Trump.
Tlaib habló en una audiencia de la Comisión de Supervisión de la Cámara de Representantes sobre el atentado a Trump, en la que testificó la directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle.
La legisladora demócrata por Michigan recordó otras masacres en la historia reciente del país. Dijo que aún «le rompe el corazón» el tiroteo ocurrido en una escuela de Connecticut, que dejó 26 muertos, incluyendo 20 niños de primaria (en 2012).
También mencionó sucesos trágicos en el estado que representa, y reflexionó que la diferencia es que el expresidente «consigue una audiencia por el intento de asesinato; nuestros residentes no consiguen una audiencia sobre los tiroteos masivos, sobre la violencia armada en nuestro país.
«Ellos no tienen Servicio Secreto para protegerlos (…), para proteger a nuestros hijos en las escuelas o en el supermercado, cines o yendo a una fiesta de barrio», señaló Tlaib.
Dijo que no puede creer que las discusiones no se centren en el «hecho de que estamos escuchando de nuevo en los titulares que un joven de 20 años tuvo acceso a un arma de asalto, un arma de guerra».
Es un arma para la cual hay que ser entrenados con el propósito de usarla, pero el atacante en Butler «pudo conseguirla. ¿Estaba guardada de forma segura por el padre?», añadió.
Tlaib lamentó que el 13 de julio, en el mitin de Trump, se perdieron vidas inocentes, y preguntó a Cheatle: ¿Qué tan difícil es su trabajo cuando hay tan fácil acceso a algunas armas en las calles?
La directora del Servicio Secreto admitió en su comparecencia este lunes, ante la Comisión de ese órgano del legislativo, que el intento de asesinato del expresidente Trump fue el «fallo operativo más significativo» en décadas.















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