ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Mientras examina a una paciente en un CDI de los Cerros, Caracas, el doctor Carlos Mederos le explica el procedimiento a una venezolana estudiante de medicina. Aquí la docencia y la asistencia de nuestros especialistas van de la mano. Foto: José LLamos Camejo

CARACAS, Venezuela.—A Lucifer no le gusta que ellos anden por ahí generosos, dejando esa estela de amor —tan letal para él—. Los ve aquí, allá y acullá desprendidos; los difama. Y ni siquiera con una partícula de sus ráfagas pestilentes logra manchar el blanco purísimo de las batas; mucho menos la humana tersura en ellas envuelta.

Desplegados más de 400 000, durante casi seis décadas por la vida, por 170 naciones, por humildes barrios del mundo, ha tenido que soportarlos sin resignarse; al asecho, claro, para la estocada mortal.

«Llegó mi oportunidad», tal vez se dijo al mediodía del 20 de enero de 2017, parapetado en una mente con tejidos intestinales en el cerebro de un cuerpo sin alma, que desde entonces y por cuatro años reposaría las nalgas sobre la silla presidencial de la Casa Blanca, reservada en ese momento para su cuadragésimo quinto inquilino.

A Satanás, para completar sus designios le urgía socavar la solidaridad cubana en el terreno de la salud; la puso en el punto rojo del colimador y arreció los ataques mediáticos. «Cuba envía médicos en condiciones de esclavitud; incurre en Trata de Personas con ellos, los somete a trabajo forzoso; viola sus derechos humanos, …».

Con «veneno enriquecido» reforzó el enemigo sus armas virtuales para desacreditar la labor humanista de la medicina cubana en el mundo, y en el cenit de su paranoia hasta llegó a sugerir que se trata de soldados castrenses con apariencia de profesionales de la Salud. El propósito es privar de ingresos legítimos al país, y al Tercer Mundo de servicios vitales prestados por Cuba sin interés monetario en la mayoría de los casos. A la par del cerco económico endurecido con diabólico instinto, arrecia la agresión en medio de la pandemia.

Subestimó Satán el prestigio de la medicina cubana. Contra ese «chaleco antibalas» se estrellan las falsedades. El saldo de Barrio Adentro Salud en Venezuela en el 2021 puede resumirlo: más de 217 000 000 de personas atendidas, entre pesquisas, consultas y cuerpos de guardia, incluidos 40 000 ingresos con encumbrada supervivencia. Lució mal Lucifer en sus cálculos; lo dice la gratitud de los humildes de Venezuela; lo ratifican cerca de 20 000 cubanos que, como expresara el doctor Reinol Delfín García Moreira, jefe de Barrio Adentro Salud, permanecen aquí, «en posición y disposición».

COMENTAR
  • Mostrar respeto a los criterios en sus comentarios.

  • No ofender, ni usar frases vulgares y/o palabras obscenas.

  • Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.