La alarmante cifra de que más de 1,9 millones de niños y adolescentes hayan padecido la COVID-19 en el continente americano en lo que va de este 2021, frente a los 1,5 millones del año pasado, fue informada recientemente por la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa Etienne, como un llamado de alerta urgente para evaluar la situación actual de este sector poblacional en la región.
Según precisa un reporte de RT, Etienne dijo que este es un grupo cuyas necesidades no han recibido la atención que merecen, tal y como lo revelan los elevados porcentajes de hospitalizaciones e incluso muertes por COVID-19 en edades pediátricas.
También, con relación a las secuelas que deja la enfermedad, la titular de la OPS apuntó que la pandemia les está afectando la salud de otras maneras. «Los niños de nuestra región están perdiendo los controles anuales, así como las vacunaciones sistemáticas debido a las perturbaciones generadas en los servicios sanitarios», acotó.
Explicó que la mitad de los jóvenes han vivido situaciones de mayor estrés y ansiedad durante la pandemia, pero «los servicios de salud mental y apoyo siguen estando fuera del alcance de muchos».
Advirtió, además, que los confinamientos y las perturbaciones económicas han aumentado el riesgo de violencia doméstica y para muchos niños los hogares no son lugares seguros, por lo que instó a los Estados a garantizarles el apoyo a los menores de edad y a sus cuidadores.
Asimismo, Carissa Etienne señaló que de acuerdo con varios expertos la pandemia ha desencadenado la peor crisis educativa que se haya visto en América.
«Hoy en día, los niños y adolescentes de nuestra región corren el riesgo de convertirse en la generación que perdió las oportunidades de salud, educación y sociales que necesitaban para alcanzar su máximo potencial», subrayó.
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