El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador criticó que los gobiernos anteriores al suyo hayan concebido una red de espionaje como práctica predominante, algo revelado por el fundador de Wikileaks, Julian Assange.
Todo esto debe desaparecer, la no repetición es lo más importante, que ya no se espíe a nadie; por eso es importante la investigación que se hizo a nivel mundial», afirmó al mandatario en una conferencia de prensa donde se refirió al descubrimiento del malware Pegasus que se usaba para el espionaje telefónico y que ha sido el escándalo informativo de los últimos días.
Telesur refiere los criterios del mandatario mexicano, quien considera que Assange es tratado con saña y debe ser liberado. Para ello presentó el resultado de una investigación de la Fiscalía mexicana y de las autoridades federales sobre la contratación de servicios de espionaje telefónico que hiciera el Gobierno anterior al suyo.
Calificó ese tipo de práctica que duró desde 1982 hasta 2018, como una manera de control, de intimidar y manipular a empresarios y decisores en la aplicación de las corrientes neoliberales en su país.
El mecanismo de intrusión fue perfeccionado, a partir de una etapa nueva que comienza con Carlos Salinas de Gortari (1988-1944), cuando se creó el antiguo Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional, que en esta Administración fue reemplazado por el Centro Nacional de Inteligencia.
«Nadie debe ser espiado, se debe respetar a opositores, y los sistemas de inteligencia tienen que estar orientados a la defensa y protección de la Seguridad de los Estados, la seguridad nacional para garantizar la paz y enfrentar a la delincuencia organizada», enfatizó en sus palabras, citado por Telesur.
Julian Assange para salvar su vida se asiló en la embajada ecuatoriana en Londres en 2012 hasta 2019, en que el presidente Lenín Moreno le retirara el salvoconducto y lo apresaron en el mes de abril.
Las autoridades de Reino Unidos lo mantienen encarcelado debido a la falsa acusación de violación sexual cuando el motivo fundamental radica en que Estados Unidos lo quiere condenar por publicar miles de documentos clasificados en Wikileaks, que podría costarle una condena por 175 años de cárcel.
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