Los procesos contra el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva se juzgarán en el Tribunal Federal del Distrito Federal (DF), dispuso en pleno, y por votación mayoritaria, el Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil, informa la agencia latinoamericana de noticias, Prensa Latina (PL), desde Brasilia, capital del gigante sudamericano.
De acuerdo con la información, seis jueces votaron a favor de enviar los expedientes a la justicia de Brasilia, tres se inclinaron por mantenerlos en la sureña ciudad de Curitiba, y otros dos defendieron la remisión del proceso a Sao Paulo.
Los magistrados del STF habían confirmado la semana pasada, por ocho votos a tres, la decisión del juez Edson Fachin, de que el Tribunal Federal de Curtiba no sería el lugar correcto para juzgar los procesos de la desarticulada operación Lava Jato contra Lula, veredicto que le permitió al fundador del Partido de los Trabajadores (PT) reivindicar sus derechos políticos, entre ellos el de aspirar a la presidencia de su país en los comicios del próximo año.
Según PL, en la audiencia, 11 ministros del Supremo examinan también si 14 recursos de la defensa del dirigente obrero ya no necesitan ser analizados. Uno de ellos fue juzgado en la segunda sala de la corte superior y se determinó que el exjuez Sérgio Moro tuvo un desempeño parcial para condenar a Lula en el caso del apartamento triplex de Guarujá, en el estado de Sao Paulo, una de las imputaciones que le persiguen.
Anteriormente, con ocho votos a favor y tres en contra, la Corte Suprema de Brasil había ratificado la decisión del 8 de marzo pasado, tomada por Edson Fachin, quien mediante medida cautelar revocó todas las condenas penales contra el expresidente brasileño, las cuales sumaban más de 20 años de prisión. Ese fallo, apelado de inmediato por la fiscalía carioca, conllevó a que los jueces que integran el alto tribunal se pronunciaran al respecto. La votación se efectuó el 15 de abril pasado, y el resultado confirmó la medida.
«Mi lucha es con mi caso en específico. Estoy discutiendo mi inocencia. Si alguien la robó, será arrestado», manifestó Lula, víctima, a todas luces, de una conspiración judicial.
Las acusaciones contra él, motivadas por turbios intereses políticos, le impidieron participar en las pasadas elecciones presidenciales, para las que contaba con amplísimo margen de preferencia, por encima de Jair Bolsonaro, «ganador» en los citados comicios.
«La élite brasileña nunca ha aceptado el hecho de que yo haya optado a favor de América del Sur –sostiene el fundador del PT–, Brasil era un país que estaba de espaldas a América del Sur; no miraba hacia África sino miraba directamente hacia EE.UU. y la Unión Europea. Yo decidí cambiar eso».
«Estoy convencido –abundó Lula en esa ocasión– de que hay un vínculo entre los intereses de la élite brasileña y los de la élite extranjera, sobre todo la de EE.UU».















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