El primer vicepresidente cubano, Salvador Valdés Mesa, quien participó este viernes en la ceremonia central por el aniversario 40 de la Revolución Sandinista, en Managua, Nicaragua, aseguró que el triunfo del sandinismo representa una victoria frente a los intentos de intervención extranjera en esa nación y ratificó la voluntad de lucha y resistencia de nuestros pueblos frente al imperialismo.
Reunidos en la Plaza La Fe, más de 500 invitados internacionales acompañaron a miles de nicaragüenses durante la celebración, donde la vicepresidenta de ese hermano país, Rosario Murillo, ratificó que «el pueblo valiente y digno de nuestra Nicaragua, siempre bendita y libre, ni se vende ni se rinde jamás».
«A 40 años, llenos de gloria, juventud, historia y futuro, la Revolución Popular Sandinista marcha airosa y orgullosa», destacó Murillo.

«Nicaragua les duele, pues les duele el amor. Cantamos en los 40 años de la Revolución Sandinista, que cambió la historia latinoamericana», destacó también este viernes en su cuenta en Twitter, el Presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez, quien, además, felicitó al presidente Daniel Ortega y a la vicepresidenta nicaragüense Rosario Murillo, al Frente Sandinista de Liberación Nacional y al pueblo de ese hermano país.
El canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla recordó al Comandante en Jefe Fidel Castro, cuando expresó que «el triunfo sandinista no es solo la victoria frente a 45 años de somocismo; es la victoria frente a 150 años de dominación extranjera...».

La Revolución sandinista le canta a la paz
Jóvenes artistas nicaragüenses cantaron a la paz en el teatro nacional Rubén Darío, en vísperas de este 19 de julio, aniversario 40 del triunfo de la Revolución Sandinista, como culminación de las actividades realizadas desde los días previos en barrios, municipios y comunidades de todo el país en donde se cantó a la paz.
«Esta es una Revolución que continúa, no se detiene, y avanza triunfal 40 años después para beneficio del pueblo», dijo la vicepresidenta Rosario Murillo este viernes al amanecer, al informar a medios locales que en el acto central en la Plaza La Fe, de Managua, estarían presentes delegaciones de Abjasia, Alemania, Argentina, Bélgica, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, de la República Popular Democrática de Corea, Costa Rica, Cuba, Dinamarca, Ecuador, El Salvador, España, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Guatemala, Honduras, Italia, Irán, Japón, México, Osetia del Sur, Panamá, Palestina, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Trinidad y Tobago, Federación de Rusia, Taiwán, Turquía, Reino Unido, República Árabe Saharaui Democrática, Suecia, Uruguay, Venezuela y Vietnam, entre otros países.

Presidentes, cancilleres y otras personalidades de muchas partes del mundo enviaron mensajes de felicitación al pueblo nicaragüense, a los que Murillo calificó como «hermanos solidarios con las luchas históricas, presentes y futuras del pueblo nicaragüense».
El presidente ruso Vladimir Putin dijo que el Gobierno y pueblo de Nicaragua siempre podrá contar con la ayuda de su país en la «solución de sus objetivos de desarrollo nacional y la defensa de la soberanía estatal».
Por su parte, el mandatario venezolano Nicolás Maduro envió, a través de Twitter, un abrazo «al hermano Daniel Ortega, a Rosario y al pueblo nicaragüense, que sigue firme, defendiéndose con dignidad de los ataques del imperialismo».

La militancia del FMLN expresó también, mediante un comunicado, su «efusiva felicitación y fraternal abrazo al pueblo y Gobierno de la hermana República de Nicaragua, a su presidente Daniel Ortega y al Frente Sandinista de Liberación Nacional».
Y es que a los hijos e hijas de esta tierra hermana les queda aún mucho camino por recorrer. Latinoamérica y el mundo los admira; porque sabemos bien que la lucha sigue y no hay tiempo para el cansancio. Porque, al decir del poeta cubano Víctor Cassaus: «Para sentir todo lo que cuenta esta crónica/ que es como sentir lo que hoy en Nicaragua está sucediendo/ no hace falta comprender el latido mecánico/ de la clave Morse/ Basta que uno escuche/ en el sitio adecuado del pecho/ cómo le teclea /humanamente/ al mismo tiempo/ el propio y el ajeno/ corazón.























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