La principal noticia del primer día laborable del 2015 en Europa fue el auge de la Coalición de Ia Izquierda Radical (Syriza) y la amenaza de que la agrupación política gane y cambie totalmente el tratamiento a las medidas neoliberales que se abatieron sobre Grecia y otras naciones, con una victoria que unos ven cercana y otros no.
Este partido se plantea renegociar la deuda externa impuesta por la llamada troika (Fondo Monetario Internacional, Banco Central Europeo y Comisión Europea).
El líder que tiene asustados a esos organismos internacionales es Alexis Tsipras, izquierdista que ha ido acumulando fuerzas hasta situarse en segundo lugar en el Parlamento heleno y relegar al Partido Socialista Panhelénico (PASOK) a un tercer nivel. Es decir, rompió el bipartidismo.
Andonis Samaras, jefe actual de Gobierno, fracasó tres veces en su intento de elegir un nuevo presidente de Grecia e imponer las medidas neoliberales recetadas por la troika para salvar a los bancos, no a los griegos. Los griegos han respondido con un desplazamiento hacia la izquierda.
Según Francisco Pineda, el analista de Mundo Financiero Digital, la troika “ha encendido todas las alarmas” ante la convocatoria de elecciones anticipadas por Samaras para el próximo 25 de enero. En opinión del comentarista: “El miedo que quieren trasladar los organismos supranacionales puede ser contraproducente, en una campaña en que Syriza irá sumando voluntades acercándose al 50 % del voto total”.
La izquierda griega busca con sus demandas la recuperación de la soberanía nacional entregada a los grandes prestamistas mencionados, los cuales han impuesto la política de recortes en sanidad, educación y prestaciones sociales, condenando a los griegos a una situación extrema, con profusión de pobreza, desahucios, suicidios y pésimo manejo de la economía.
España está tan conmovida que el reaccionario periódico ABC se ha lanzado a una propaganda poco disimulada para asustar a los helenos con la opinión adjunta de que una victoria de Syriza perjudicaría al partido Podemos, surgido de las jornadas de protesta contra el neoliberalismo impuesto por el Partido Popular español.
Los griegos lograron terminar el año pasado con el bipartidismo que no supo, o no quiso aprovechar los momentos previos a la debacle para hacer fuerte la economía griega y gastaron sin previsión, sin ocuparse de la gente, sino de cumplir las demandas foráneas. La población ha visto disminuir sus salarios, su poder adquisitivo, la calidad de su empleo, sus prestaciones sociales, con un 25 % de paro y un 50 % de desempleo juvenil.
Tsipras recalcó en su primer discurso electoral que un gobierno dirigido por su partido negociará con sus socios europeos “sobre una base realista” y exigirá “una quita de la mayor parte de la deuda, porque esta (de decenas de miles de millones de dólares) objetivamente no puede ser pagada”.
La reacción de la derecha europea se ha expresado en las amenazas a los griegos con el caos para que no apoyen a Syriza ni a Tsipras, y les achacan que pueden colocar al país al borde del abismo, en el cual, realmente, ya se encuentran desde el gobierno de Samaras (Nueva Democracia) e incluso del anterior Partido Socialista Panhelénico (PASOK).
Samaras acusa a Syriza de querer sacar a Grecia de la zona euro, y sin embargo, Angela Merkel, la jefa del gobierno alemán, amenazó con sacar a los helenos de la divisa común europea si Syriza gana las elecciones del 25 de enero. Y Berlín tiene más fuerza que Atenas.
Un Gobierno de Syriza busca negociar, pero mediante la técnica de no perjudicar a los ciudadanos de Europa, sino a través de “mecanismos colectivos europeos”, recalcó Tsipras, para añadir que lo que se hizo con Alemania en 1953 (Conferencia de facilidades para pagar la deuda) puede hacerse en Grecia en el 2015.
Los guardianes del sistema capitalista y financiero están nerviosos porque un posible gobierno de Syriza no cumpla con sus obligaciones de deuda contraída por la derecha con los draconianos límites establecidos por la Unión Europea de endeudamiento global.
El otro problema de los gigantes europeos —si Syriza triunfa— es que ninguno puede vaticinar cuál va a ser la reacción de los habitantes de algunos países que están sufriendo los golpes neoliberales de una crisis sin fin desde el 2008.
Todo el revuelo de la derecha financiera parece encaminado a detener un movimiento popular en la misma dirección del griego, de Podemos, y un poco menor en Irlanda con el Sinn Fein.
El futuro de la historia no se puede predecir y menos en las condiciones en que Grecia se torna un laboratorio de Europa, de consecuencias completamente impredecibles. Esperemos el 25 de enero.
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juan carlos pedot dijo:
1
12 de enero de 2015
20:10:31
Homero dijo:
2
13 de enero de 2015
06:43:40
sivio fernandez cabezas dijo:
3
15 de enero de 2015
05:01:39
thanos dijo:
4
27 de enero de 2015
12:52:56
José Novoa B dijo:
5
30 de enero de 2015
13:37:16
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