España entrega la corona

El rey ha muerto. En el Maracaná, sin las bo­tas puestas. Y el Maracaná coronará el próximo 13 de julio un nuevo rey.

Son las cosas que tiene el fútbol, así que España, monarca en Sudáfrica hace cuatro años, ha sido ahora la primera en partir de Brasil, ampliando la saga de campeones vigentes que se marchan a las primeras de cambio de un Mundial —Brasil (1966), Francia (2002), Italia (2010)—; con un mal sabor añadido, eso sí, el de haber igualado ese récord en apenas dos encuentros.

Para no hacer sangre del campeón caído, quizás lo más sano sería decir que al fin divisó el ocaso y un adversario pletórico y vivaz como Chile le ayudó a bajar el telón, pues el despliegue de los sudamericanos, atacando en masa, defendiendo con criterio y tocando el balón sin complejos, no desmereció para nada el resultado. Antes más bien, su triunfo 2-0 se quedó corto para reflejar los méritos de un equipo que pudo haber ganado por más.

Pero bueno, igual analizando el partido, no es menos cierto que se antoja necesario ofrecer ciertas claves del fracaso español. Que un abanderado de su estilo como Xavi asistiera al encuentro desde el banquillo era de antemano el síntoma más preclaro de que el equipo ya no es lo que fue, y algunos de sus jugadores habituales han perdido fuelle con el paso del tiempo. Como Villa, que no disputó en Brasil un solo minuto y la próxima campaña jugará en la MLS, o el propio Xavi, que abandonará el Bar­celona para irse a la liga catarí.

Cabe entonces la duda sobre si el DT Del Bosque no debió haber efectuado una renovación más profunda en su lista o probado al menos otras variantes que antes abonaron su éxito como el “falso nueve” y Cesc.

Y es que nunca sabremos a ciencia cierta cómo le habría ido a Diego Costa con Brasil, pero si algo dejó claro este Mundial, es que sus virtudes como depredador de área no cuajaron en ese estilo barroco de toque y toque. Aislado y sin munición, ayer volvió a semejar un náufrago tipo Robinson Crusoe en medio de la ordenada zaga chilena, sin que asomase ningún Viernes entre sus compañeros. Al Niño Torres, huelga decirlo, tampoco le fue mejor.

Lo que sí queda claro es que el revés de España también condenó a hacer las maletas temprano a Australia, que por un buen rato, inusitadamente, se le subió a las barbas a Ho­landa. Solo la velocidad vertiginosa de Robben, la pegada de Van Persie y un revulsivo emanado de la banca como el joven Depay lograron teñir de naranja otro duelo ameno y trepidante; mientras en la isla-continente, por cierto, el golazo de volea de Tim Cahill seguro puso a saltar de emoción hasta a los koalas. De ahí que las dos, España y Australia, deberán animar el próximo lunes un choque de trámite antes de verse las caras nuevamente en el aeropuerto, donde tam­bién estará Camerún, la otra baja que tuvo esta jornada.

Los Leones Indomables volvieron a quedarse por debajo en una cita mundialista y, sin Eto´o ejerciendo de “macho alfa” en su delantera, fueron arrollados por Croacia, que volvió a contar con un gran Olic y recuperó la pegada de su ariete Mandzukic. Con Holanda y Chile metidos ya de lleno por el grupo B en los octavos, y Brasil supuestamente en el A con pie y medio, Croacia y México presagian otro duelo de aúpa. Esperemos.

Resultados. Grupo A: Camerún, 0 - Croa­cia, 4 (Olic, min 10; Perisic,48; Mandzukic, 61, 73). B: Australia, 2 - Holanda, 3 (Cahill, 21; Je­di­nak, 54 de penal - Robben, 20; Van Persie, 58; De­pay, 68); España, 0 - Chile, 2 (Vargas, 19; Arán­­guiz, 42).