El catenaccio a la japonesa todavía tiene mucho que perfeccionar. Esa es la principal lectura que nos quedó del partido entre los nipones y Costa de Marfil, ganado por estos últimos con una relampagueante reacción en dos minutos, aunque se venía gestando desde el mismo pitido inicial.
Los “Elefantes” africanos pisaron fuerte la Arena Pernambuco y su imponente presencia se notó con constantes disparos e internadas repelidas por la defensa asiática, concentrada y con suficientes energías para limitar el ataque de los marfileños, sin su estrella Didier Drogba.
Con el excepcional delantero fuera de escena, los zarpazos de Wilfried Bonny, Arthur Boka, Gervinho y Yayá Touré quedaron en nada y, en cambio, el primer acercamiento japonés causó estragos en la zaga africana.
Como un cuchillo Keisuke Honda recibió el balón y con un control orientado dentro del área dejó atrás el aliento del defensa, anonadado luego por un disparo que pareció sutil, pero en realidad fue un trallazo que salpicó el agua acumulada en las redes por la lluvia.
Tras el gol, los japoneses creyeron en sus opciones y con un poco menos de temor multiplicaron el trabajo del arquero Barry Copa, aunque después se diluyeron, quedaron sin alternativas, imposibilitados de enlazar más de cuatro pases consecutivos.
Sin dudas, estábamos en presencia del catenaccio a la japonesa, muy al estilo del técnico italiano Alberto Zaccheroni, solo que falta casi una hora para la conclusión del encuentro…demasiado pronto para pensar en el cerrojo.
Las consecuencias se notaron al empezar el complementario, sobre todo cuando el estratega de los marfileños, el francés Sabri Lamouchi, dio entrada a Drogba, cuya presencia, por sí sola, resultó suficiente para meter el miedo en el cuerpo de los nipones y despertar el espíritu indomable de los africanos.
Solo tres minutos después que pisara el campo, sin tocar el balón, Costa de Marfil era otro equipo, más animado, más acertado, con más ideas. Particularmente, el lateral derecho Christopher Aurier se inspiró y de dos centros suyos nacieron las dianas de los “Elefantes”.
De nombre poco conocido, Aurier, zaguero del Toulouse en la Liga Francesa, envió dos misiles teledirigidos a las cabezas de Wilfried Bonny y Gervinho, quienes en tres minutos dieron la vuelta al marcador y sentenciaron la estrategia conservadora de Zaccheroni.
El DT italiano no aprovechó el buen manejo del balón ni el criterio en el traslado de sus discípulos, reconocidos siempre por la rapidez y el equilibrio de sus líneas, y no por su defensa a ultranza de un resultado.
Para enmarcar el espíritu y la garra de los marfileños, que además manejaron el choque con paciencia, conscientes de su capacidad para darle la vuelta al resultado, algo que finalmente consiguieron con el empuje de su estrella y capitán, Didier Drogba, en el mojado césped de Recife.
Ficha del partido
Japón (JPN): Kawashima; Uchida, Yoshida, Morishige, Nagatomo; Hasebe (Endo 53’), Yamaguchi, Okazaki, Honda y Kagawa (Kakitani 85’); Osako (Okubo 66’).
Costa de Marfil (CIV): Barry; Aurier, Zokora, Bamba y Boka (Djakpa 74’); Tioté, Yaya Touré y Serey Die (Drogba 61’); Gervinho, Kalou y Bony (Konan Ya 77’).
Goles: Honda 16’ (JPN), Bony 64’ (CIV), Gervinho 66’ (CIV)
Tarjetas: Yoshida 22’ (JPN), Bamba 53’ (CIV), Zokora 57’ (CIV), Morishige 63’ (JPN)
Árbitro: Enrique Osses (CHI)
Arena Pernambuco, Recife
Estadísticas
Posesión: JPN (42 %) CIV (58 %)
Disparos a puerta: JPN (4) CIV (9)
Faltas: JPN (13) CIV (12)
Fuera de juego: JPN (1) CIV (3)









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Ramon dijo:
1
15 de junio de 2014
04:18:45
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