1. Por la insistencia, el empuje y espíritu de lucha de los “Elefantes”, quienes nunca se dieron por vencidos ante la telaraña defensiva de los japoneses.
2. Por la precisión milimétrica de Christopher Aurier, impecable en los dos centros que sirvieron de asistencia en los dos goles marfileños.
3. Por el liderazgo de Didier Drogba, quien apenas ingresar en la cancha, sin tocar el balón, inyectó energías renovadas a los suyos, capaces de revertir el marcador.
4. Por el gasto físico, el control y equilibrio aportado por Yayá Touré, auténtico motor de los marfileños gracias por su presencia tanto en jugadas defensivas como de ataque.
5. Por la ineficiencia del catenaccio a la japonesa, carente de elementos para replegarse por tanto tiempo frente a un conjunto con mucha potencia y opciones de cara al arco.









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