Quiso el destino que la final de Sudáfrica 2010 esté muy presente en el Mundial de Brasil cuatro años más tarde. Y ya ven: en poco menos de un mes, España y Holanda volverán a verse las caras, cuando se enfrenten a priori por el liderato del grupo B, en el que Chile asoma como el tercero en discordia y Australia asume el tímido papel de “cenicienta”.
De España dicen algunos que es diferente, porque su derrota en la final de la Copa Confederaciones ante Brasil (0-3) marcó un punto de giro y emitió señales de un posible declive. A Xavi, que ha sido la brújula del equipo, se le ha visto desnortado últimamente; en la zaga, sin Puyol, falta la solidez de antes, los laterales hacen aguas, y la delantera, lo mismo juegue un ariete puro que un falso nueve, tiende a producir pocos goles.
Pero sin duda casi todos señalan a la Roja como una de las favoritas indiscutibles. A fin de cuentas, un triplete Eurocopa-Mundial-Eurocopa no se consigue todos los días. Para encadenar tres grandes trofeos, como ha hecho España, es necesario generar un ciclo virtuoso: el estilo, la cantera, una hornada de jugadores talentosos, la visión de Luis Aragonés en el banquillo y la continuidad de Vicente del Bosque, que acaso ha aportado su sello con la mancuerna Xabi Alonso-Busquets en el mediocampo.
No por gusto el “Bigotón” cuenta con opciones de sobra en la reserva para cubrir cualquier puesto, con un grupo exquisito técnicamente y bien compenetrado, que abraza la pelota en vez de apelar a la furia. Tanto entre sus pretorianos habituales (David Silva, Pedro, Cazorla, Jesús Navas, Javi Martínez…) como en el vivero de la selección sub 21 (Thiago, Koke, Dani Carvajal, Alberto Moreno), para cuya causa ha ganado también al brasileño Diego Costa, un delantero capaz de desquiciar a cualquier defensa y que encima no se cansa de marcar goles.
En cualquier caso, los españoles ya saben de antemano cuán importante sería evitar un revés en el estreno que los deje caminando en el alambre y a su vez los condene casi irremediablemente a cruzarse con Brasil en octavos.
Para Holanda, en cambio, la victoria tendría un aliciente extra, al suponer la revancha de aquella final, con la parada salvadora de Iker Casillas a Arjen Robben y el gol en la prórroga de Andrés Iniesta, que acrecentó su fama de eterna aspirante.
Ahora llega a Brasil tras una inmaculada fase clasificatoria, en la que ganó nueve de sus diez partidos, pero con las dudas que dejaron la derrota (0-2) en su último amistoso ante Francia y el fracaso de la Eurocopa 2012 aún latentes.
Quizás por ello, el técnico Louis Van Gaal ha querido cambiarle la cara en defensa, su punto débil, y anunció hace poco que adoptará el sistema táctico 5-3-2, dada la ausencia del volante de la Roma, Kevin Strootman, quien era uno de los tres fijos en su alineación y se perderá el Mundial por una lesión de rodilla sufrida en marzo.
Aun así, la base veterana sigue siendo la que hace competitiva a esta selección, como admitiría el propio estratega que llevó a la oranje a las semifinales en Francia 98: “Robben y Van Persie son los mejores jugadores de Holanda. Con ellos tenemos posibilidades de ganarle a España”.
Para poner las cosas más interesantes, el historial de duelos entre ambos no puede ser más parejo, con cinco triunfos, cuatro derrotas y un empate favorable al plantel ibérico; aunque la actual campeona del mundo no será la única piedra que encuentren los tulipanes en su camino. Chile, sin ir más lejos, también es fuego. El único rival que no quería Del Bosque en el sorteo.
Retomando la propuesta de fútbol ofensivo heredada de Marcelo Bielsa, el argentino Jorge Sampaoli administra un equipo que quema por su ambición y despliegue físico indesmayable, tanto en defensa como en ataque.
Tercera en las eliminatorias sudamericanas, con nueve victorias al igual que Argentina y Colombia, la selección chilena espera dar el salto definitivo en su crecimiento de los últimos años ante las dos finalistas de Sudáfrica, encabezada por dos referentes como el atacante del Barcelona, Alexis Sánchez, y el volante todoterreno de la Juventus, Arturo Vidal, quien acorta los plazos de su recuperación para llegar a tiempo a la cita.
El primer rival directo de los chilenos, en Cuiabá el 13 de junio, será Australia, que afronta su tercera participación mundialista consecutiva en plena reconstrucción tras la llegada de su nuevo seleccionador Ange Postecoglou, con un bloque de jugadores veteranos liderados por el delantero Tim Cahill y una misión imposible: superar los octavos de final que alcanzó en Alemania 2006.









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luis antonio dijo:
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21 de mayo de 2014
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Pavel dijo:
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21 de mayo de 2014
22:36:50
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22 de mayo de 2014
08:45:02
ciro dijo:
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22 de mayo de 2014
12:57:04
Luis dijo:
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4 de junio de 2014
13:04:45
Luis dijo:
6
4 de junio de 2014
13:07:25
yunieski dijo:
7
6 de junio de 2014
17:18:42
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