Según propone Fred David la planeación, como piedra angular de la administración estratégica, debe ser considerada como «el proceso por el cual se determina si se debe intentar una tarea, se calcula la manera más eficaz de alcanzar los objetivos deseados y se hacen los preparativos para vencer las dificultades inesperadas con los recursos adecuados». (David, 2013).
De este modo, el proceso de planeación obliga a movilizar todo el conocimiento que directivos y personal (de una empresa, organización, asociación o institución) poseen sobre: a) pasado que identifican y les sirve como fundamento; b) estado cuantitativo y cualitativo de estructuras y recursos necesarios para operar; c) calificación de cuadros, operarios y empleados para la tarea; d) estado de la logística externa (factibilidad operacional a largo plazo); e) condiciones de desarrollo y funcionamiento de proyectos semejantes (competidores); f) informaciones que permiten entrever e imaginar, en base a investigación, reacciones en grupos de usuarios o consumidores.
La lógica de la planeación –sea esta empresarial o institucional– obliga a realizar prospectiva mediante la construcción de escenarios de futuro; no solo para describir panoramas hipotéticos, sino también señalar cómo alcanzar objetivos concebidos o impedir desviaciones dañinas.
De ello habla Baena Paz cuando señala que «el maridaje entre prospectiva, estrategia y planeación pretende completar el ciclo de búsqueda de un futuro mejor (“mejor” a ojos de los decisores)». (Baena Paz, 2015)
Para Sánchez González (2017) estas tipologías de escenarios de futuro, de análisis imprescindible en todo proceso de planeación estratégica, responden a la siguiente clasificación:
Tendencial: extrapolación basada en las estructuras del presente. Responde a la pregunta ¿qué pasaría sin ningún cambio o esfuerzo adicional?
Utópico: escenario extremo de lo deseable, con estructuras potencialmente diferentes a las actuales. Responde a la pregunta ¿qué pasaría si todo saliera bien?
Catastrófico: escenario de lo indeseable. Se ubica en el extremo de lo temible. Responde a la pregunta ¿qué pasaría si todo sale mal?
Futurible: escenario lo más cercano a lo deseable y superior a lo posible, pero aún factible. Es el principal instrumento de planeación prospectiva, el futuro escogido entre otros, por ser deseable y, al tiempo, posible.
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA
Baena Paz, Guillermina. El anti-azar: La planeación prospectiva estratégica.
En: Baena Paz, Guillermina (coordinadora). Planeación Prospectiva Estratégica. Teorías, metodologías y buenas prácticas en América Latina. México D. F.: Universidad Nacional Autónoma de México, 2015.
David, Fred R. Conceptos de administración estratégica. México: Pearson Educación, 2013.
Sánchez González, María. Gestión estratégica, innovación y prospectiva en comunicación. BaseTs, técnicas y casos prácticos. Barcelona: Editorial UOC (Oberta UOC Publishing, SL), 2017.
TÉRMINOS RELACIONADOS
Administración estratégica - Gestión estratégica - Inteligencia empresarial - I+D+i (Investigación+Desarrollo+innovación) - Liderazgo - Planificación estratégica - Reingeniería
COMENTAR
Pedro Alvarez Medero dijo:
1
31 de julio de 2023
07:26:59
Pedro Alvarez Medero dijo:
2
31 de julio de 2023
07:31:37
Pedro Alvarez Medero dijo:
3
31 de julio de 2023
11:20:11
Pedro Alvarez Medero dijo:
4
31 de julio de 2023
11:33:36
José R.Oro dijo:
5
31 de julio de 2023
13:03:09
Responder comentario