Se denomina así a la rama del saber que se ocupa del estudio de los aspectos materiales que componen la cultura humana (viviendas, prendas y vestimenta, comida, artefactos tecnológicos, etc.); las relaciones que establecemos con estos elementos, tanto a nivel individual como social; el devenir y las transformaciones de esta conexión; las modalidades según las cuales son regulados su uso, consumo, circulación, eliminación, etc., en las diversas sociedades.
El fundamento de esta disciplina radica en la idea de que es posible, a través del análisis del objeto, reconocer, reconstruir y comprender tanto el ambiente, fuerzas y flujos que se reúnen para hacer posible los momentos de la producción, circulación y consumo (en sentido descriptivo y fenomenológico), como las estructuras que dan garantía a tales procesos (en sentido ideológico, político y culturológico).
De esta manera, la cultura material extiende su ámbito desde los más escondidos recovecos del espacio doméstico hasta los relatos de constitución de los imperios.
Si lo hasta aquí señalado implica que las cosas poseen una biografía, según anota Kopytoff (1991), entonces es posible seguir la cadena de preguntas que este autor propone:
«¿De dónde proviene la cosa y quién la hizo? ¿Cuál ha sido su carrera hasta ahora, y cuál es, de acuerdo con la gente, su trayectoria ideal? ¿Cuáles son las “edades” o periodos reconocidos en la “vida” de la cosa, y cuáles son los indicadores culturales de estos? ¿Cómo ha cambiado el uso de la cosa debido a su edad, y qué sucederá cuando llegue al final de su vida útil?».
Según la anterior perspectiva, los objetos que nos rodean a lo largo de nuestra vida en modo alguno constituyen una acumulación inocente, sino que son portadores de historias que conciernen a nuestras diferencias de género, raza, creencia religiosa, posición social, afiliación política, patrones de gusto, nivel de instrucción y otros marcadores.
Sobre esta base, es lógico suponer que el conocimiento de la cultura material no puede sino tender lazos en dirección al pasado, razón por la cual descansa en disciplinas como la arqueología y la antropología social; a la misma vez, esta estructura de saber establece lazos sólidos con la institución del museo y con la práctica del coleccionismo.
En palabras de Moreyra y Alves Mateus (2020): «La actual investigación histórica sobre cultura material nos devuelve un panorama signado por la multiplicación de parcelas temáticas, que se acoplan unas con otras: historia de la vida cotidiana; historia de la vivienda y el espacio doméstico; historia del consumo.
«De tal estado de cosas emergen, pues, algunos desafíos que nos permiten delinear posibles caminos a seguir».
BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA:
Appadurai, Arjun (ed.) La vida social de las cosas. Perspectiva cultural de las mercancías. México, D.F.: Editorial Grijalbo, S.A., 1991.
Barnard, Alan y Spencer, Jonathan. Encyclopedia of social and cultural anthropology. Routledge (2005). E-book.
Moreyra, Cecilia y Alves Mateus Ventura, Maria da Graça. Introducción al Dossier “Historia de la cultura material. Objetos, agencias, procesos”. Anuario de la Escuela de Historia Virtual – Año 11 – N° 18 – 2020.
TÉRMINOS RELACIONADOS:
Antropología cultural - Coleccionismo - Consumo - Espacio doméstico - Museos – Vida cotidiana.
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