Neologismo del idioma inglés (prosumer), que unifica producer (productor) y consumer (consumidor). Según Carlos María Marpegán (2021), identifica a los «usuarios que no solo consumen información, sino que también la crean. (…) escriben y comentan en blogs, hablan de las marcas en sus redes sociales, etc.».
Según este autor, el prosumidor «no tiene fines lucrativos, solo participa en un mundo digital de intercambio de información». Para Rosa María Alonso González (2020), entre las motivaciones –que «generan» y hacen que tal práctica se mantenga, de «forma activa y continuada»–, destaca el deseo de compartir «conocimientos, gustos y aficiones con otras personas en internet».
Más enfocada en el impacto económico de la nueva figura, Wikipedia nos habla de un «consumidor bien informado que, cada vez más, se hace activo en la distribución de un determinado producto, ya sea a través de recomendaciones sobre este en su entorno personal o profesional, así como participando del desarrollo y mejora del producto a través de los canales de comunicación establecidos por el productor del mismo». (Wikipedia, 2023).
Es por esto, precisa Marpegán, que los prosumidores «son interesantes para las marcas y los community managers, ya que, aunque sea subconscientemente, influyen en las decisiones de compra de sus contactos».
Para Alonso González son características de la nueva figura: a) la voluntad de «crear para compartir»; b) el carácter estrictamente voluntario, sin fines de lucro y sin afiliación alguna con la entidad que produce el bien o servicio consumido/disfrutado; c) la pertenencia a un grupo o estamento social que posibilita el acceso al bien/servicio y a los medios tecnológicos para comunicar; d) la previa posesión al efecto de «herramientas, conocimientos adecuados; e) en algunos casos, el «apoyo de otras personas para lograr integrarlo en un paquete digital transferible»; y f) la tendencia a crear comunidades.
Con una visión del proceso más crítica y objetiva, Islas y Arriba (2020) consideran que (l)a economía colaborativa descansa en modelos de negocios falsamente desinteresados, que convierten a la información obtenida a través de big data en el verdadero negocio. Esto ocurre porque los usuarios (en este caso, los prosumidores y sus seguidores) dejan sus datos y metadatos que luego son utilizados por los productores; de esta manera, lo que «aparentemente es gratuito» termina siendo «sumamente rentable».
Es así que «(el) prosumidor en realidad es víctima de un inédito y complejo sistema de explotación».
BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA:
Alonso González, Rosa María. La práctica de prosumir en Internet. México: Universidad de Colima, 2020.
Islas, Octavio y Arribas, Amaia. En el imaginario de la actualización y extensión del concepto del prosumidor.
En: Aguaded, Ignacio y Vizcaíno-Verdú, Arantxa. (eds.) Redes sociales y ciudadanía: hacia un mundo ciberconectado y empoderado. Huelva (España): Grupo Comunicar Ediciones, 2020.
Marpegán, Carlos María. Glosario de la educación tecnológica. Construyendo nociones y conceptos. Glosario de la Educación Tecnológica. Lago Puelo, Argentina, 2021.
TÉRMINOS RELACIONADOS
 Big data – Consumidor - Internet - Marketing digital – Producción de contenidos – Sociología del consumo - Usuario activo - Youtube


 
                        
                        
                        
                    




 
             
             
             
             
             
             
             
             
             
             
             
             
             
             
             
             
             
             
             
             
             
             
             
             
         
         
        


 
     
         
        
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