
Palabra formada mediante la conjunción del término griego meta (más allá de o después de) y del latín cognitio (conocimiento). Según López y Arciniegas, autoras del texto Metacognición, lectura y construcción de conocimiento (2004), «si lo cognitivo es lo que tiene que ver con el conocimiento, lo metacognitivo es lo que tiene que ver con el tener conciencia de ese conocimiento y de cómo se logra este; en otras palabras, saber lo que sabemos y no sabemos, así como también lo que conocemos sobre nuestro propio sistema cognitivo: capacidades y limitaciones y, por lo tanto, lo que tenemos que hacer para llegar a saber».
La metacognición implica la posibilidad de atender nuestras prácticas de aprendizaje, monitorear la manera en la que van siendo desarrolladas, detectar dificultades (errores, desviaciones, lentitud en la comprensión, etc.) e incluso, partiendo de esta base, introducir correcciones, extraer nuevos datos e informaciones referentes al proceso e integrar todo al conocimiento global que se posee. Tales características hacen de la metacognición un momento fundamental en el aprendizaje escolar (muy especialmente, de la lectura), lo mismo que para los procesos de innovación y, en general, cualquier esfera de la vida, sin que importen «nuestros deseos de permitirla o ignorarla», como señalan Metallidou y Moraitou en el prefacio de su compilación Trends and prospects in metacognition research across the life span (2021).
Según plantea Ricardo López Pérez, en su Diccionario de creatividad (2016), los procesos metacognitivos «se traducen en capacidad para: 1. Aprender a aprender. 2. Aprender a desaprender. 3. Comprender el sentido específico de cada tarea o problema. 4. Discriminar acerca de los distintos recursos y procedimientos con que se puede enfrentar una tarea. 5. Reconocer las distintas modalidades de la influencia social que actúan en las propias interacciones».
Metallidou y Moraitou también nos recuerdan que –como todo mecanismo de autorregulación– la metacognición «no actúa con independencia del afecto y la motivación, y no es un fenómeno puramente individual, sino que posee una poderosa naturaleza social». Finalmente, debe ser resaltado que –junto con la imaginación– la metacognición es considerada un integrante básico de la creatividad.
PALABRAS RELACIONADAS
AUTOAPRENDIZAJE - AUTOEVALUACIÓN - AUTORREGULACIÓN - CONOCIMIENTO - COMPETENCIAS - PENSAMIENTO - RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS
BIBLIOGRAFÍA:
- Pablo Briñol and Kenneth G. DeMarree Social (eds.) Social metacognition. New York: Psychology Press, 2012.
- López Jiménez, Gladys Stella y Arciniegas Lagos, Esperanza. Metacognición, lectura y construcción de conocimiento. El papel de los sujetos en el aprendizaje significativo. Cali: Cátedra UNESCO para la lectura y la escritura en América Latina Sede Colombia / Escuela de Ciencias del Lenguaje Facultad de Humanidades de la Universidad del Valle, 2004.
- López Pérez, Ricardo. Diccionario de creatividad. Santiago de Chile: 2016 (edición digital).
- Metallidou, Panayiota y Moraitou, Despina (eds.) Trends and prospects in metacognition research across the life span. Suiza: Springer, 2021.
- Runco, Mark A. & Pritzker, Steven R. Encyclopedia of creativity. San Diego, California: Academic Press, 1999.
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